¿Solo curiosidad por ti?

Capítulo 28: Te vuelvo a ver

Con la partida de Kenny, Kevin instó a Butters para volver a su casa sin hacer ninguna clase de comentario. Le ofreció su compañía hasta ella, aun cuando Leo la había rechazado. El trayecto fue en total silencio, como si cada uno recién estuviera procesando todo lo acontecido ante hechos que parecían sacados de una mala película.

Al estar frente a la puerta de la casa, las miradas volvieron a cruzarse, una muy avergonzada, la otra muy ida.

—      Lamento lo que...

—      Quiero decirte...

La incomodidad se reflejó en sus rostros por el cruce de palabras. Con un gesto, Kevin pidió a Butters que le escuchara.

—      Sé lo que probablemente me quieres decir, pero de verdad no hay necesidad de eso — una pequeña sonrisa afloró en sus labios — no es necesario que me des explicaciones, ni menos que me pidas disculpas por algo que no da a lugar — señaló con algo de gracia su mejilla — lo importante aquí es que aclares tus ideas, porque por lo visto, estas demasiado confundido. Quizás deba disculparme yo por ponerte en una situación incómoda en un mal momento.

—      No...no Kevin, no es así  — respondió deprisa el rubio.

—      Si es así y lo lamento, pero quiero que quede claro, que ya no necesito una respuesta a la pregunta que antes te hice — Butters lo miró atento — pues tu respuesta salta a la vista, después de ver como reaccionaste cuando McCormick se iba.

En el rostro de Leo volvió a aflorar la vergüenza y no encontró palabras para defenderse ante tal acotación. Su silencio le hacía sentir vulnerable ante el otro, pero negar su actuar espontaneo, sería aún más deshonorable. Aun no lograba procesar lo que Kenny le había dicho, ni siquiera sabía si hablaba en serio, pero algo en ese tono, le produjo certeza de esas palabras. Recordar aquello, volvía a hacerlo sentir ese agujero en el pecho, que con todas fuerzas, intentaba ignorar, pero que a cada minuto, se hacía más presente. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?

—      Tu silencio me lo está confirmando ahora — comentó el pelinegro cerrando sus ojos un segundo, mientras dejaba escapar un suave suspiro atrayendo nuevamente la atención del otro — solo espero que hagas lo correcto y no te demores tanto en tomar una decisión, mira que las cosas se enfrían y después viene el arrepentimiento.

—      No tengo nada de qué arrepentirme — contestó Leo con voz acongojada — el único que se tiene que arrepentir de algo, es él — apretó sus puños con fuerza — debe de una vez dejar de jugar conmigo.

Kevin alzó una de sus morenas cejas en señal de confusión — ¿Jugar? — Interrogó — ¿Crees que McCormick te dijo todo eso por jugar?

—      Si — contestó — él no sabe hacer otra cosa que no sea daño.

—      Escucha Butters — dejó salir un sonoro suspiro — créeme que soy el primero en la lista que no desea te involucres con alguien como él, pero tampoco voy a dejar que tú mismo te engañes— se inclinó un poco más hacia el chico — creo que McCormick habla muy en serio con respecto a ti — el corazón de Leo palpitó bruscamente ante esas palabras — no tengo idea de lo que pase por su cabeza, pero lo ha llevado muy lejos para ser solo un juego ¿no lo crees? — lo miró de soslayo — Ojo, que no estoy diciendo que esté de acuerdo con todo esto, por mí que... te olvidaras de él — alejó su mirada por solo un segundo — pero debes hacer lo que tu desees y lo que en verdad quieres por encima de todo, o te arrepentirás.

Butters absorbió cada una de las palabras dichas por Kevin, mirándolo con admiración.  Por algún motivo sintió algo de envidia, pues él también quisiera tener esa capacidad de ordenar sus ideas y mantener claras las cosas.