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Taehyung entró a un hotel con la esperanza de que no lo echaran. No tenía dónde dormir, no tenía mucho dinero más que el que había pedido en las calles por la mañana.

Se acercó a la recepción y preguntó si podía tener un trabajo.

—Se lo ruego, puedo hacer lo que quiera. Limpiar el suelo, limpiar ventanas, sólo necesito dónde dormir.

El recepcionista negó con vergüenza. Una mujer de baja estatura de cabello agarrado en un chongo llegó a su lado.

—Joven, hoy habrá una festejacion en el hotel por el cumpleaños del joven Kim. ¿De verdad estas dispuesto a trabajar?

—Sí, claro, yo de verdad lo necesito.

—Un chico me quedó mal y no ha venido. Necesitamos a alguien que lo suplante como camarero. Si haces tu trabajo a la perfección, el puesto es tuyo.

—Le juro que no la decepcionaré. Me llamo Kim Taehyung.

—Soy Lilia. Y espero no me decepciones, —Le tomó la mano. —Estarás como mozo principal de el presidente y su familia.

Taehyung recibió toda la información que debía guardar para hacer bien su trabajo. Por lo que le contaba Lilia, al parecer el presidente pedía que todo estuviera a la perfección pero que no es un hombre al que le gusta despedir nomas porque sí, sino, que da segundas oportunidades en aquellos que realmente le gustaron.

Estaba nervioso, eso nadie se lo podía quitar.
Algunas horas pasaron, el hotel tenía algunas decoraciones, pero una gran sala con un comedor es donde estaban todos. Taehyung estaba en una esquina, esperando a que el festejado llegara con su familia. Él no podía hacer nada si no estaba.

Una mujer a su lado le sonrió, y él también lo iba a hacer de no ser porqué se abrió la puerta ancha y entró un hombre alto de cabello azabache con una niña en brazos.

—Ahí está el presidente Kim.

Taehyung asintió a la mujer. Lo veía desde dónde estaba, aún no podía acercarse, estaba saludando.
El presidente se giró a sus espaldas y tomó de la mano una mujer con un vestido blanco con piedras doradas y corto. Ella sonreía magnífica.

—Y ella es su esposa, T/n, con quién tiene una linda niña llamada Taeha.

Taehyung carraspeó la garganta. No podía ser cierto de quién se trataba. En cuanto se acerque, ella no querrá que esté allí, pero no tenía trabajo.

—Taehyung, Por favor, ofrece una bebida a la familia —Exasperó Lilia con ojos grandes. El chico asintió de inmediato y tomó una bandeja.

Estaba a unos cuantos pasos, el nudo de su garganta no lo dejaba pasar saliva. Prefirió no verla y dirigirse directamente a él.
—Feliz cumpleaños, señor Kim. —Saludó como se lo había dicho Lilia.

—Gracias, ¿eres el nuevo? —Él asintió. —Veo que traes bebidas. Amor, ¿Quieres algo? —Le habló a la niña que tenía en brazos, Taehyung ya sentía la vista de la mujer en su rostro.

—Jin, voy a saludar a tus padres. —Sus miradas sólo se cruzaron por algunos momentos.

—¿No llevarás nada de beber?

—Hm... No, será luego. Ven, bebé, vamos con los abuelos.

SeokJin suspiró sin ganas.

—Nunca voy a entender a las mujeres, en especial a mi mujer. ¿Sabes algo? Hace días la he visto extraña, como si tuviera miedo, pero no sé de qué... —Taehyung bajó la vista. —Pero bueno, te dejo descansar. ¿En un rato más podrías llevarme otra de estas?

Taehyung aceptó y se fue a su anterior lugar.

—¿Qué te ha dicho? —Lilia se le acercó después de un tiempo.

—Creo que le agrado —Le sonrió y ella igual.

Un chico de tez morena se acercó con una bandeja en manos y se la entregó a Taehyung como propósito de llevar al presidente.
Él llegó hasta ellos, y la niña en cuanto miró el chocolate se le acercó para tomar algunos. Él le sonrió e iba a tocar su cabello, pero T/n llegó y lo impidió con su cuerpo. Tomó un bocadillo, lo miró. Una de aquellas miradas que nunca antes había visto en ella, una cargada de emociones que le carcomia tanto en la mente, y cuando sus rodillas le temblaron, le otorgó una sonrisa que lo hizo fuerte y seguro.

—Gracias.

Su voz era distinta, ya no era igual que antes, cuando la conoció. Ni siquiera se veía como la misma persona, aun que la reconocería en donde sea.

—Mamá, ¿puedo tomar otro más? —T/n dirigió su mano a la bandeja y agarró otros dos y dejó un papel arrugado. —Estos son los últimos bebé.

Taehyung se fue no sin antes de hacer una reverencia. Tomó el papel y lo puso en su bolsillo.

—¿Podrías cubrirme? —Le pidió a la chica a un lado de él. —Tengo que ir al baño.

—Claro, guapo.

Taehyung se fue al baño y se encerró en un cubículo para ver aquél papelito. Era un número. No evitó sonreír, podía negar en su mente verla de nuevo, pero lo que realmente desea es verla y estar siempre cerca a ella. 

STALKER [K.T] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora