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Taehyung tocó la puerta de su jefe dos veces. Atras de él se encontraba una mujer de largo cabello oscuro y una estatura baja. Ella sólo había dicho que tenía asuntos pendientes con SeokJin, y cuando pudo ver a su jefe abrir, comprobó que realmente era importante.

Una vez en su pequeña pero espaciosa oficina se sentó en el suelo para acomodar algunos papeles, según él, le faltaba espacio en su escritorio.

El teléfono sonó, y con paciencia atendió la llamada.

—¿Que harás en la salida?

Su voz se quebró de inmediato. Era como si todo a su alrededor era más positivo.

—N-no sé, ¿qui-quieres Ha-hacer algo? —Se pegó contra la pared. Las palabras se le pegaban en la lengua.

—SeokJin acaba de llamar que vendrá hasta tarde y mi hija está con sus abuelos. A mi realmente no me agrada mucho estar sola en casa.

—¿Quieres que vaya? —Taehyung creyó que su corazón se saldría.

—¡No! Será mejor en otro lugar.

—¿Otro lugar? ¿El parque central quizás?

—No, hay mucha gente... ¿Y que tal tu casa?

Sí, en definitiva a Taehyung se le saldría el corazón en cuanto cuelgue la llamada.

—¿mi ca-sa? —Tembló. A decir verdad le daba vergüenza que ella viera dónde vive. —Está bien.

Finalmente dijo no tan convencido. Ella asintió.

—Pasame tu dirección.

El chico deslizó su espalda en la pared con los ojos y boca bien abiertos, abrazó el teléfono en sus manos sin creer en lo que acababa de suceder.

Las horas pasaron, Taehyung estaba impaciente por su salida. Su pie hacia un baile, esperando a que SeokJin tocara a su puerta para decirle que su jornada había terminado. Un golpe seco en la puerta lo emocionó, ésta se abrió después mostrando a un Seok bastante tranquilo.

—Por fin, Taehyung —Le sonrió. El otro también pero no le sonreía a él, sino a la vida. —¿Quieres te lleve?

—No se moleste, antes pasaré al supermercado.

Jin esbozó una sonrisa y se despidió de él.
Sus cosas en realidad ya estaban guardadas, tenía todo listo. Él estaba preparado para irse.

Todo lo hacía con tal emoción que hasta Lilia se sorprendió de que le haya dado un beso en la mejilla de despedida.

Taehyung compró algunas cositas para darle a su invitada especial, se dió el lujo de comprar un vino tinto.
Llegó a su pequeña casa y comenzó a preparar la cena, claro que él no sabía cocinar, antes había preguntado a una señora que miró en el mercado. Era su primera vez cocinando, pero para él era como si todo lo difícil se le volvía fácil por la alegría que tenía.

—Mi chica es la razón~

Cantó contento.

La mesa estaba echa, todo era tan perfecto a su punto de vista, sólo faltaba una cosa, claramente, T/n.

En la habitación principal estaba T/n y SeokJin preparándose para dormir.
El hombre había llegado sólo un poco más tarde de lo usual, aun que con un gran ramo de rosas rojas y amarillas.

—Creí que llegarías más tarde, como llamaste para avisar...

—Irene fue a verme.

—Hm... —Esbozó ella. Seok sabía lo que pasaba.

—Sabes que la reina eres tú, T/n.

—Pero ella sigue llendo, ¿es por ella que llegaste tarde?

—Quizás sí... —Ella bufó enseguida. —Sólo hablamos de "Quiero comprar tu hotel" —Hixo comillas con sus dedos. —Y rechacé de nuevo la propuesta.

—¿Eso es todo?

SeokJin asintió, hizo un ademan con la mano izquierda para que ella se sentara en sus piernas. Cuando la tuvo cerca le tomó el cabello e hizo una trenza, ella sonrió por la amabilidad que siempre tenía en ella.

—¿No has pensado en ser estilista?

T/n miró su peinado y le sonrió. Se giró a su esposo con ambas piernas a sus costados y brazos alrededor de su cuello. Mientras que Seok mantenía los ojos puestos en los ajenos, intercalaron miradas y luego sonrisas.

—¿Sabes que prefiero ser? El dueño de tus sueños más profundos.

—Sé lo que tratas de hacer.

Las manos de Jin acariciaban la espalda desnuda de su esposa, subía y bajaba con delicadeza. Después de escucharla se detuvo en los broches de su sostén y con dos dedos lo desabrochó.

—Kim Seok Jin...

Lo regañó.
Una risita salió de sus labios cuando una mano paseó por su hombro sacando un tirante y después otro.

El hombre se dedicó a bajar la vista y con ello sus manos hasta sus pechos y de ahí su abdomen. Sujetó su cadera y con ligera presión sobre ésta, la atrajo más a su cuerpo e hizo presión en su entrepierna. Volvió sus manos a sus pechos y masajeó, un pequeño casi inaudible gemido salió de los labios de T/n, y con total deseo la miró con la boca entre abierta. Ella gimió más alto, jadeante por la fricción que él ahora estaba ejerciendo entre sus partes íntimas.

SeokJin borraba el recuerdo de su compromiso con Taehyung con las primeras caricias, y terminó de deshacer todo rastro de la cita que rondaba por su mente.

STALKER [K.T] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora