• Nueve - Presente •

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Gruñó un momento después de que tomarse la poción. Era la última que debía tomar y ya estaría totalmente curado... todo menos por esa estúpida migraña que no se iba desde que los sueños empezaron a formarse.

Salió de la Enfermería después de dar las gracias a Madame Poppy, quien simplemente asintió y le dijo que no hiciera mucho esfuerzo. El partido pasado había sido un asco, si bien habían ganado, Harry terminó cayendo de diez metros por culpa del estúpido de Dean, quien no pudo controlar su escoba.

Sirvió para que pudiera descansar, desde que el Torneo de los Tres Magos había iniciado todo había sido muy complicado de manejar. Los sueños, las pruebas, los estudios, sus amigos y el no poder subirse a una escoba hacían que todo se tornara estresante, lo positivo es que Ron había decidido confiar en él y habían vuelto a hablarse.

Suspiró mientras se dirigía al Gran Comedor. Seguía sin entender porqué los sueños se sentían tan reales y el nuevo deseo de reunirse con Tom... Voldemort era más fuerte con el transcurso del tiempo. Había estado todos sus días en la biblioteca, todos pensaban que era para prepararse de las pruebas, pero eso no era tan importante como la sonrisa de Tom Riddle, alias Lord Voldemort, la cual sólo hacía estragos en su estómago.

Notó a sus amigos a los lejos y sonrió. Mínimo los tenía a ellos, aunque Ron se había puesto un poco insoportable desde que no pasaba tanto tiempo con él por estar "estudiando", en cambio, Hermione le contestaba que debía acompañarlo para que hiciera sus tareas en vez de pedirle los ensayos a ella.

Miró por la ventana, viendo las pocas cosas que habían cambiado del jardín, pero, más a lo lejos, se notaba la diferencia más grande. El árbol boxeador no estaba en esa época, solía gustarle asomarse desde el salón de Curación para ver el hermoso paisaje que Hogwarts le regalaba. Ahora, si se asomaba del aula, que en ese momento se encontraba en desuso, podría notar que las anteriores vistas no son tan hermosas como lo eran antes.

Recordó su anterior sueño, la forma en la que su corazón se sintió cálido y, de alguna manera, sabía que eso significaba una promesa de alma, ¿cómo podría describir cosas que nunca había investigado, hacer hechizo y hasta preparar pociones como si todo eso estuviera en su sistema desde hace años? ¡Hasta el profesor Snape se estaba preocupando por su notable mejoramiento en sus clases!

—Harry, que bueno que ya estás bien.

—Gracias, Herms —dijo el nombrado sonriendo de forma un poco forzada, sin salir de sus pensamientos. Si había hecho una promesa de alma, eso significaba que, si Henry volvía a nacer, estaría entrelazado con... Alto, ¿renacimiento?—, pero necesito ir a la biblioteca.

Sin esperar respuesta, dio medio vuelta y emprendió su camino hasta la Biblioteca, corriendo a todo lo que sus pies podían sin dejar que ese pensamiento abandonara su mente, ¿el renacimiento existía? Si fuera así... no quería saber qué seguiría después de eso.

Se molestó por su propio comportamiento, ¡se estaba comportando como un estúpido Gryffindor por estar corriendo por un pasillo lleno de estudiantes!

Joder, no. Él era un orgulloso Gryffindor, nada cambiaría eso.

—¿Crees que se haya golpeado fuerte en el juego? —preguntó Ron mirando a su amigo con el ceño fruncido— Nunca había puesto los libros antes que la comida.

—Ron, él no es como tú —reprochó Hermione poniendo los ojos en blanco, pero sin negar que era preocupantes que Harry estuviera haciendo eso—. Vamos, comamos y le guardamos algo a Harry, puede que esté nervioso por la prueba final.

El pelirrojo asintió y dio media vuelta después de darle una última mirada a su compañero, si no se apuraba se iban a acabar las piernas de pollo. Tal vez podría hacer una competencia con Seamus para ver quién comía más en un minuto.

Sueños profundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora