• Catorce - Pasado •

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—¡Henry!

El nombrado miró hacia atrás y bufó antes de acelerar su paso, pero, bueno, Tom se había llevado el récord de quién crece más rápido y un paso del mayor implican dos de Henry. El ojiazul se paró frente a su amigo, haciendo que éste chocara con su pecho y, de paso, mirara a su alrededor para darse cuenta que no habría un estudiante estúpido que le salvara de esa charla.

—Oh, no. —detuvo el menor levantando una mano para que su espacio personal no fuera violado— Sigo enojado contigo.

—Siempre estás enojado conmigo... —el menor le dirigió una mirada de muerte a su amigo.

—Pero esto es otra cosa —balbuceó mirándolo molesto, pero, antes de que Tom pudiera comentar algo más, volvió a hablar—: ¡Me robaste mi primer beso!

—Si quieres te lo devuelvo —contestó Tom sonriendo.

El menor frunció el ceño e hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos. Tom rió ante la infantil acción y se acercó al azabache, quien sólo se encogió en su lugar sintiendo que sus mejillas se tiñen de rosa.

—Tom, mi espacio personal —se quejó tratando de no balbucear por los nervios.

Eso hizo que el nombrado sólo sonriera más de lo que ya hacía. Había investigado lo suficiente como para saber que, a comparación del mundo muggle, lo que empezaba a sentir era bien visto. Aún tenía sus dudas, pero todo estaba bien mientras estuviera al lado de Henry.

—¿Lo quieres de regreso o no? —cuestionó el Slytherin mayor a centímetros de los suaves labios ajenos.

Henry simplemente asintió inflando sus mejilla con poco aire.

—Hey, alto, ¿yo seré el pasivo? —preguntó el ojiverde cuando sintió la mano de Tom colarse por su cintura, quien lo miró confundido antes de entender el significado de eso y sonreír.

—Yo creo, realmente no me veo como pasivo.

—Oh, eso es cierto. —Henry bajó lentamente sus brazos para luego llevarlos a los hombros de su mejor amigo-ya-no-tan-amigo— Que conste que sólo lo hago porque tú no eres pasivo...

—Ajá, como diga, mi lady.

Henry iba a replicar, pero unos labios hicieron que toda conexión boca-mente se extinguiera, mas un pequeño pensamiento se coló por su mente: ¿Qué eran ahora? El ojiverde estaba seguro que, con su comportamiento, era claro que no eran amigos, pero no estaba seguro de que llegaran a hacer novios porque... bueno, simplemente no estaba seguro de eso.

Unas campanas sonaron a lo lejos y Henry recordó que se encontraban yendo hacia la clase de Pociones, la cual se encontraba algo lejos de donde estaban. Se alejó de su compañero con una sonrisa en sus rostro y un pequeño cosquilleo en su estómago, pero eso no detuvo que agarrara la mano del contrario y le jalara mientras corría hacia el aula donde se imparte la clase.

Tom simplemente se dejó jalar, estaba demasiado satisfecho como para reclamarle ese hecho a su acompañante.

♣ ♣ ♣ ♣

Las lechuzas llegaban dejando el periódico del día y una que otra carta a los alumnos. Henry frunció el ceño cuando una carta de sus padres le llegó y, dejando el discreto agarre que tenía su mano con la de Tom, abrió la carta, leyéndola de la forma que Tom también pudiera hacerlo, aunque el mayor respetó su privacidad y siguió comiendo.

—Los nazis atacaron Francia —susurró Henry en voz baja, el ojiazul lo miró levantando una ceja—. Mis padres ya sabían que debía pasar algo así, ya ves, en la primera guerra muggle también hubieron conflictos en Francia.

Sueños profundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora