CAP 21- La verdad

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PUNTO DE VISTA DE

Miré a Liam como si se estuviese volviéndose loco

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Miré a Liam como si se estuviese volviéndose loco.

Zarah era MI hermana, hija de MI madre y MI padre.
Debía haber un error.

-No entiendo.- le dije enojada, como si me hubiera contado un terrible chiste.

Llegamos a su departamento, nunca había estado allí antes, siempre había pensado que vivía en casa de su padre.

Se sentó en el sofá de cuero negro y me invitó a sentarme a su lado.

Me sentía cansada, había sido un día duro y lo que Liam me diría, lo sería aún más.
Pude notar en sus ojos rastros de una sensibilidad que desconocía.
Me sentía perdida.
Olvidándolo todo, recosté mi cabeza en su hombro y lo escuché hablar.

-Hace unos 30 años, tu padre se casó con Miranda Gardes, una mujer que había conocido en la universidad.
Se mudaron aquí a Nueva York y tuvieron una preciosa hija. Fue el tiempo en el que tu padre y el mío empezaron a trabajar juntos y con eso llegaron los problemas. Tu madre no aceptaba que tu padre hiciese cosas ilícitas, y un día, asustada después de que la banda enemiga la amenazara, huyó de Nueva York dejándote con él. Tan solo tenías meses de nacida, así que es normal si no la recuerdas.
Un año más tarde, tu padre conoció a Juliette. Era la esposa de Mike, pero cuando se conocieron, se enamoraron.
Juliette intentó dejar a Mike muchas veces, pero se le hacía imposible, y tu padre aún no tenía suficiente poder para mantenerla a salvo, así que Juliette pasaba días con ustedes, aquí en Nueva York, y luego volvía con Mike.
Tu padre decidió que era mejor para ti hacerte creer que Juliette era tu madre y creciste pensando eso.
Cuando cumpliste 8, te anunciaron que tendrías una hermana, pero esa bebé que portaba Juliette, era hija de Mike y no de Leo.
Tu padre lo sabía, pero no había nada que hacer.
Cuando la bebé nació, Juliette se mudo definitivamente con ustedes a pesar de las amenazas de Mike. La banda era ya bastante poderosa y tu padre pensó que podría protegerla.
Pasaron un par de años y vivieron como una familia, sin contar nunca la verdad, hasta que Mike decidió que cobraría venganza y mando a... A asesinarlos.
Desde entonces Mike busca a su hija y ahora que tu estás en este negocio, ha sido más fácil para él conectarla contigo.-

Cerré los ojos con fuerza deseando que todo fuese mentira. Pero sabía que no lo era. Muchas cosas entraban en su lugar. Como todas las veces en la mamá se iba 'de viaje' diciéndome que eran cosas del trabajo.

Me alejé un poco y no me di cuenta que estaba llorando hasta que Liam quitó una lagrima de mi mejilla.

No había llorado en años, pero esta vez no podía detenerme.
Sentía que nada tenía sentido, que  me habían engañado toda la vida.
¿Cómo le contaría esto a Zarah?
Las lágrimas siguieron corriendo.

Liam me abrazó escondiendo mi pequeño rostro en su cuello.

Ni siquiera me importó estar llorando frente a él. En ese momento, no importó nada.

Liam acarició mi cabello largos minutos hasta que mi llanto se detuvo.

-¿Cómo sabes todo eso?- terminé por preguntar y sentía el enojo subir en mí.
¿Cómo es que nunca me había enterado?

-Mi padre me lo contó todo, era amigo cercano de tu padre, así que conoció a Miranda y vivió con tu padre todo lo que ocurrió-

Intenté calmarme y respirar de manera regular. Pero no funcionaba, me estaba asfixiando.

Liam no despegó sus ojos de mí un solo instante, como si tuviera miedo de que pudiese romperme en cualquier momento.
Tomó mi mano y dejó allí un beso que decía que todo estaría bien.

Limpié mis lágrimas rápidamente y me puse de pie. Se había hecho de noche y me sentía muy cansada, necesitaba dormir.

-Volveré a mi casa, gracias por todo- dije tomando mi bolso, pero antes de que pudiese dar un paso hacia la puerta. Liam tomó mi mano.

-Quédate- dijo más como una súplica que como una petición.

Al darse cuenta de lo acababa de decir agregó:

-Sería peligroso que volvieras a tu apartamento, los hombres de Mike de seguro saben donde vives- soltó mi mano bruscamente, como si le hubiese quemado y revolvió su cabello dorado.

Estaba ¿nervioso?

Sonreí ligeramente y asentí.

Tampoco quería quedarme sola.

Miré entonces las fundas con la pasta y la salsa que habíamos comprado ese mismo día.

-Vamos a cocinar entonces-
Liam me miró sorprendido por mi cambio de humor.

No me quedaría llorando.
Esa no era yo.

Me siguió obediente a la amplia cocina de mármol gris.

Puse a hervir el agua y le agregué sal y otros ingredientes mientras Liam observaba desde la puerta.

Lo mire y le tendí un cuchillo y unos tomates.

-Cortalos- le dije y  me miro como si estuviese loca.

-Nunca he cocinado en mi vida- respondió con una sonrisa de niño.

Rodé los ojos, por alguna razón no me sorprendía.

Tomé uno de los tomates y lo corté rápidamente en pedacitos mostrándole como debía a hacer.

Liam tomó el cuchillo sin estar muy convencido y empezó con su tarea tan concentrado como si se tratase de desactivar una bomba.
No pude evitar reír.

Liam me miro con las cejas alzadas, indignado de que me estuviera burlando de él, así que tomó un pedazo de tomate y me lo lanzó haciendo que dejase de reír. Tomé entonces la harina que descansaba en una de la repisas de la cocina y en un movimiento ágil, le lancé un poco en el rostro, haciendo que quedara blanco.
Me reí escandalosamente al ver lo ridículo que se veía, pero Liam decidió tomar venganza y hacer lo mismo, y tan solo uno minutos después, la cocina parecía un auténtico campo de batalla.
Me tiré en el piso vencida, sin poder detener mis carcajadas mientras Liam hacia lo mismo. Ambos sentados allí, nuestras miradas de cruzaron. Ver a Liam feliz era algo que nunca pensé que podría ver y estaba feliz de compartir esos pequeños momentos con él.

Fue entonces cuando se acercó peligrosamente a mí con su sonrisa seductora y sin prevenir, me plantó un beso en la mejilla.
Me sonrojé violentamente a pesar de que mi cara estaba cubierta de harina y nos pusimos de pie.

Cenamos en un silencio reconfortante, actuando como sí el mundo a nuestro alrededor no estuviese colapsando.
Me sentía en una pequeña burbuja en la que todo estaba bien.

 Sentía que nada malo podía ocurrir.

Olvídame Cielo  #OLVIDADOS#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora