Ella era un corazón de piedra, una sonrisa olvidada, un cielo nublado.
Él era un profundo misterio, un laberinto infinito, fuego y hielo.
¿Qué pasará cuando el destino los una?
Ziel era una agente de la policía.
Liam era uno de los delincuentes más...
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Alguien máteme.
¿¡¿Porqué pensé que organizar una boda en menos de un mes sería fácil?!?
Tenía ya dos horas sentada con las coordinadoras, y aún no había elegido los colores temáticos.
Maldición maldición maldición.
¿Porqué era tan difícil?
Y el tonto de Liam no había querido venir. Lo haré todo rosa eléctrico a ver si se arrepiente.
Suspiré, creo que dorado y blanco.
¿O tal vez algo de rojo?
Argggg.
¡Y eso que todavía me quedaba comprar el vestido!
Pero todo eso dejo de importarme cuando recibí la llamada de Kalum.
Punto de vista Liam Williams
Corrí al parqueo de la base y me subí a mi moto tan rápido como mis piernas me lo permitían.
No podía ser posible. No.
Aceleré olvidando cualquier ley de tránsito, apretaba tan fuerte el agarre de la moto que pensé que se me explotarían las venas.
No entendía como había ocurrido, la casa estaba rodeada por mis hombres, me había asegurado de que estuvieran a salvo.
¿Cómo habían entrado los hombres de Mike a la casa de Bianca?
Mi pregunta fue respondida en tanto llegue a la casa.
5 cuerpos.
Eso fue lo que me encontré cuando cruce el umbral de la puerta.
Miré a Tyler que caminaba por todo el lugar, dándole órdenes a sus hombres, sacando los cuerpos antes de que la policía se hiciese presente.
Miré los rostros grises, 5 miembros habían muerto a manos de la banda de Mike.
Bianca estaba herida y Zarah... había desaparecido.
¿Cómo?
Me senté unos minutos, sentía que mi cabeza explotaría, todo se me había salido de las manos y eso era algo que no soportaba.
Ziel ya estaba de camino, le habían avisado al mismo tiempo que a mí.
¿Qué le diría?
Había fallado a mi promesa, había subestimado a Mike como un imbecil, demasiado seguro de que era indestructible. Hacia tan solo una semana que habíamos anunciado nuestro compromiso, había bajado la guardia, me había relajado demasiado.
No esperé siquiera a que Ziel llegara cuando me subí a mi moto nuevamente.
Visitaría a alguien.
Punto de vista Ziel Castellan
Impotencia.
Eso sentía.
Sentía que me habían arrebatado el mundo, que nada más tenía sentido.
¿Y si le habían hecho daño? ¿Y si...?
No. Mike no le haría daño a su hija. ¿O si?
¿Cómo podría saberlo?
¿Se la habría llevado lejos?
No lo sabía.
No sabía nada.
Había perdido a lo único que me había mantenido viva esos últimos años.
¿Qué haría ahora sin ella?
Imaginarme una vida sin mi hermana era algo imposible. No la perdería, a ella no.
Sentí una lagrima rebelde resbalarse por mi mejilla.
Era la primera en años, y sentía como la cordura se me iba de las manos.
Estaba sedienta, y solo algo podía calmarme: arrancarle la cabeza a Mike.
Me levanté de golpe del sofá en el que estaban sentados conmigo Noche y Tyler, haciendo que ambos se sobresaltaran.
-¿A dónde vas?- preguntaron al unísono con miradas alarmadas.
-No se preocupen por mí-
Salí de la casa antes de que pudiesen responder y me dirigí directo a la boca del lobo.
PUNTO DE VISTA DE
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Llegué a la majestuosa casa que conocía tan bien.
Esa en la que tantas veces había asistido a cenas de negocios.
Esa a donde uno de mis aliados se hallaba y donde la traicionera se escondía.
Me adentré a la casa obviando a los guardias y a las mucamas y subí al segundo piso donde me esperaba tranquila y perfectamente arreglada, Sofía Helson.
-Sin duda me hubiese ahorrado la charla y te hubiese mandado a matar si no fueras una Helson- dije aún de pie a modo de saludo.
Ella lucia particularmente fría, nunca había conocido su lado manipulador.
Era esta, la verdadera Sofía. La Sofía que se revelaba cuando su madre no estaba.
-Cómo sabes que fui yo?-Dijo con una sonrisa cínica, orgullosa de lo que había hecho, y vi como entraba por la puerta mi mejor amigo, al que consideraba un hermano.
El que había estado conmigo desde el principio.
Al que mi padre había sacado de las calles.
Al que había ayudado siempre.
Vi en sus ojos ira, una ira desenfrenada e infinita. Era odio.
-Morirán ambos- espeté tratando de guardar mi calma, pero la repugnancia que sentía en ese momento de apoderaba de mí.
Por qué eso era lo que provocaban en mí: asco.
-¿Porqué, James?-pregunté finalmente aún sin creer su traición.
Había sido él, él había delatado la posición de mis hombres y le había entregado a Mike a Zarah en bandeja de plata.
-Porqué no mereces ser feliz-
Dijo esas palabras con su mirada en la mía y no pude responder, porque sabía que era verdad.
Salí de aquella sala sin decir nada más, con una parte del alma más negra que antes.
