Prólogo

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Hola amigos me llamo Dylan Cooper soy una chica de 17 años, vivo con mi mamá y papá en un ambiente amoroso, me gusta el color rosa, uso ropa de marca y de colores claros como: amarillo, rosado, azul o blanco, amo la moda, me encantan las zapatillas, mi cabello es rubio, cada dos días voy al spa, me encantan los vestidos e ir de compras, cada fin de semana me cambio las uñas acrílicas que traigo, mi habitación es de color rosa con fotos y cuadros de mí, me gustan las princesas (siempre soñé con ser una), soy vegetariana, tengo un coche blanco el cual maneja un chofer, traigo guardaespaldas, soy la chica más popular de la preparatoria, tengo las mejores notas, siempre salgo en el cuadro de honor, tengo un gran grupo de amigos, mi novio es el capitán del equipo de fútbol americano, soy amable, cariñosa, respetuosa con mis mayores
¡Tengo una vida perfecta!

...

JAJAJAJA, ¿acaso creyeron que era yo? Na, en ese caso seria mi otra yo, pero no, no lo es.

Mi nombre es Dylan Cooper tengo 17 años, vivo con mi papá en un ambiente para nada amoroso, me gusta el color negro, gris y morado, en mi armario no hay ropa que no sea de ese color, amo los tenis y las botas, mi cabello es color morado ¿morado? Si morado que loco ¿no?, siempre uso pantalón o shorts, regularmente pinto mis uñas de negro, morado o a veces simplemente no las pinto, mi habitación es de un color azul obscuro, no hay nada mas en las paredes que una guitarra, un casco y un cuadro de mi madre, me gustan los vengadores (siempre soñé en conocer a uno de ellos), como de todo aunque me gusta más la comida rápida, tengo una motocicleta color gris, soy la chica menos popular de la preparatoria, bueno... en realidad si soy popular, pero por ser la chica mala de allí, soy la única que viste colores obscuros, tiene una motocicleta, le respondo a los profesores, siempre me meto en problemas, fui expulsada de tres preparatorias y esta es la cuarta, mis notas son buenas, no excelentes pero siempre obtengo una calificación aprobatoria, no tengo amigos y mucho menos novio, el amor no se hizo para mí... Soy fría, tajante o "insensible" como todos me dicen, soy una persona libre sin reglas ni límites, las cosas dejaron de tener sentido desde que mi madre murió, desde ese día prometí no volver a ser la misma chica de antes dulce y amable con todos, las cosas cambian, el tiempo pasa, las personas cambian y ¿por qué yo no?

Esa autobiografía que leyeron al principio podría haber sido mi vida antes de que mi madre se fuera y me dejara, antes de que cerrara sus ojos para siempre, antes de que se quedara dormida y nunca despertara, antes de todo lo que soy ahora… Cuando ella falleció yo caí en una gran depresión, desde ahí yo no volví a ser la misma de antes, no encontraba como desahogarme, hasta que un día salí de la casa y me fui sin dirección alguna, camine, camine y camine, camine tanto que llegue a las afueras de la cuidad, pare mi andar ya que escuche el rugir de muchos motores y el rechinar de unas llantas. Soy curiosa y pues la curiosidad me ganó, me adentre al lugar y trate de mezclarme con los demás sin llamar la atención hasta que choque con un hombre mayor

- Hola linda ¿qué andas haciendo en un lugar como éste? - su voz era muy ronca y a leguas se notaba que estaba pasado de copas
- Solo escuche hablar de este lugar y vine - dije encogiéndome de hombros
- Pues no debiste venir - llevó la botella que tenía en su mano hasta su boca y le dio un gran trago
- Es un lugar muy peligroso para una niña tan bonita como tú - me miró de arriba para abajo
- No soy una niña - mascullé enojada
- Como sea - dijo el hombre mirando su cerveza
- Apuesto a que no sabes ni como manejar una moto - me miró con aires de superioridad
- ¿Eso es un reto? - enarque una ceja demostrando le que no me asustaba
- No, ésto es un reto. Quiero que te metas a esa carrera, compitas y ganes - habló acercando su rostro al mío y Wow que le apestaba la boca
- Claro, solo que no tengo una moto - doy un par de pasos hacia atrás
- Pues coge la mía - señalo una motocicleta de color negro. Y sin nada más que decir me acerque a la moto y subí una pierna encima de esa hasta quedar con una pierna de cada lado, el hombre se acercó a mi y me dió las llaves
- Solo no la ralles - se dió la vuelta dejándome sola, entonces introduje la llave en la ranura de la moto haciendo rugir el motor y agradecí a mi rápido aprendizaje y buena retentiva. Cuando mi mamá vivía le encantaban las motos y a mi me encantaba verla manejar, un día le pedí que me enseñara a manejar y lo hizo sin ningún problema. ¿Y aprendí? Pues...

Iba a la cabeza de la carrera con 235k/h podía sentir como la adrenalina corría por todo mi cuerpo, el aire hacía que mi cabello fuera de un lado a otro sin control o sentido alguno, me sentía libre, me siento libre. me sentía de una forma que no puedo describir, no pensaba en nada, no había recuerdos, ni gritos, ni llanto, solo yo liberando todo eso que no puedo quitar de mi pecho con solo llorar, necesitaba una forma de sacar toda esta ansiedad que me carcomía poco a poco y por fin lo e logrado, ya encontré mi escapatoria a todos los problemas.
Aquí soy yo misma, soy la que manda, la que siempre gana, la que encabeza cada carrera, la que tiene la última palabra de todo y sobre todos, nadie se atreve a enfrentarme pues me temen porque soy la hermana del narcotraficante más grande de la cuidad.

Me dicen La Pimpernel...

Engaño De Amor (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora