Capítulo 3

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Sé perfectamente a qué se refiere, la palabra "venganza" solo puede significar venganza a mi madre, pero no sé cuál sea su plan, ¿Qué tipo de venganza esta planeando? ¿Está colaborando con alguien? ¿Trabaja para alguien y por eso no se quiere hacer cargo de la empresa? ¿Estará metido en negocios sucios? ¿Correrá peligro? Esas y muchas preguntas más se formulan en mi cerebro, siento como un nudo se instala en mi garganta y en mi pecho de la preocupación por las dos últimas preguntas que mi cerebro formula y hace que se me repitan una y otra ves.
Me siento asfixiada así que decido salir de mi habitación, bajo las escaleras a toda prisa hasta llegar al garaje donde me subo a la moto y salgo a toda velocidad de la mansión para poder controlar mis pensamientos, para sentirme un poco liberada, para olvidarme de todo por un momento.

Narra Franco Cooper...

Hablé con Gustavo, mi mano derecha, y le pedí que me consiguiera a un muchacho para que vigile a Dylan, es mi hija y me preocupo por ella. Sé que aún no supera la muerte de su madre y no la culpo, yo tampoco supero que mi amada esposa ya no esté a mi lado, que me fue arrebatada de las manos por ese hijo de puta, que la hizo sufrir de una manera muy cruel e inhumana. Sé que la muerte de ella merece venganza pero también sé que a ella no le hubiese gustado verme con las manos manchadas de sangre, sé que ella no le hubiese gustado verme metido en negocios sucios y también sé que no le hubiese gustado que mandara a matar a ese hijo de perra, a pesar de que le hizo vivir un infierno no lo quería ver sufrir, desde que él la comenzó a seguir y acosar yo le dije que lo iba a poner en su lugar, que le iban a dar la paliza de su vida pero ella lo impidió diciendo "Dejarlo ir, todos cometemos errores y él pronto se dará cuenta del suyo, él a sufrido mucho a lo largo de toda su vida, deja que encuentre la paz consigo mismo... solo soy un capricho para él así que dejemos que se le pase, lo conozco y sé que tiende a aburrirse rápido de las cosas o personas, no le hagas daño..."

Ella siempre fue una mujer muy fuerte, bondadosa, con un gran corazón, amable, cariñosa, excelente madre, respetada por todos, gentil y una esposa inigualable, ella era el amor de mi vida, bueno ES el amor de mi vida, era la reliquia más preciada que tenía hasta que nació Will y Dylan, ellos tres se volvieron mi mundo. Will es sobre protector, paciente, sereno, piensa las cosas dos veces antes de actuar o tomar una decisión, amigable, da todo sin obtener nada a cambio, sensible, cuidadoso, coqueto, amable, risueño, se parece a su madre, pero no en el físico.
Dylan es más como yo, actúa por impulso o "por sobre vivencia" como decía mi esposa, es testaruda, enojona, tiende a desesperarse con facilidad, muy impaciente, si algo le parece mal lo dice no se queda nada, es algo cerrada, se mete en su mundo y no sale de allí, ella es rebelde y diferente a Will, pero lo que me gusta de ella es que siempre, a pesar de todo sale del agujero en el que esta metida, es muy fuerte; Dylan me recuerda mucho a su madre, es la reencarnación de Dalia.

Unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos
- Adelante - digo sentándome del otro lado del escritorio
- Señor - habla Gustavo entrando al despacho
- Dejalo pasar - sueno más firme de lo que esperaba, en eso veo entrar a un muchacho no mas de 20 años, alto, fuerte, con un aspecto bastante familiar pareciera como si ya lo hubiese visto antes
- Señor el es James una persona de mi confianza y... - no lo dejo terminar
- Que hable él y me de todos sus datos - lo miro de pies a cabeza

- Me llamo James tengo 19 años y dentro de dos meses cumplo 20, estudio los sábados ya que trabajo, vivo solo, soy independiente - me mira serio y hay algo raro en su mirada, un brillo que ya antes había visto pero aún no identifico dónde
- No estoy metido en nada ilegal, soltero sin hijos, sé defensa personal, boxeo, también sé cómo maniobrar un arma - eso último me convenció
- Perfecto James, contratado - el hecho de que sabe maniobrar un arma es de indispensable por si mi hija corre algún peligro, no contrataría a un inexperto.
Estiro mi mano para estrecharla con la suya y cerrar el trato
- Tu único trabajo será estar cerca de mi hija Dylan, serás algo así como su guardaespaldas o espía secreto -
- Me está diciendo que tengo que vigilar a una niñita mimada - dice haciendo una mueca
- No, lo que quiero decir es que tienes que seguirla donde valla, saber con qué personas se junta, dónde va cada noche, si tiene novio... - ahora frunce las cejas
- No me diga que no la puede controlar y por eso me contrató - una sonrisa burlona se dibuja en sus labios
- Ella es... Rebelde y testaruda, la verdad es que si, no la puedo controlar - digo derrotado
- Está bien - el chico hace un asentimiento de cabeza
- Solo que, para eso necesito saber donde estudia, su número de teléfono, la placa de su auto y una foto de ella - dice enumerando los datos que necesita con los dedos de sus manos
- Ella no tiene auto - digo
- ¿Ah no? - él me mira frunciendo el ceño
- Ella tiene una motocicleta - veo como su expresión cambia a uno de sorpresa y diversión a la ves
- Wow, entonces si es una chica rebelde - se lleva una mano a la barbilla
- Mmm interesante, pero puedo lidiar con eso - dice bajando la mano
- Muy bien solo tienes que estar distante, no te puedes acercar mucho a ella y tampoco debe saber de tu existencia - me levanto de la silla

- ¿Es en serio? - dice incrédulo
- ¿Qué? - digo confundido
- ¿Cómo quiere que vigile a su hija si no puedo acercarme a ella? ¿Cómo se supone que me debo infiltrar en sus amigos? ¿Cómo se supone que debo saber donde va todas las noche? - eleva su voz y eso me sorprende
- Bueno que seas de confianza para Gustavo no significa que seas de confianza para mi - digo obvio
- Esta bien señor, solo necesitó los datos que le pedí - habla tranquilo
- Gustavo te los dará - asiente para girar sobre sus talones y salir del despacho con Gustavo dejándome solo.

Engaño De Amor (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora