Capítulo 30

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En lugar de ir a ver a Diaval voy hacia mi departamento para darme una ducha y pasar un rato con esta hermosa mujer que tengo a mi lado.
Ya que llegamos al edificio apago el motor del auto para bajarme de este y comenzar a caminar hacia la entrada, escucho a Dylan murmurar algo
- Date prisa, nos verán - digo viéndola de reojo
- Como que ya se te esta haciendo costumbre ¿No? - dice algo molesta
- ¿Qué cosa? -
- El salir casi corriendo y dejarme atrás - escucho un bufido
Me giro viendo como se detiene viéndome con el ceño fruncido, no digo nada, solo me agacho para tomarla de las piernas y ponerla sobre mi hombro como costal de papas
- Pero qué diablos... Bajame - golpea mi espalda
- Querias que no te deja atrás ¿Cierto? - río
- Si pero no que me cargaras idiota - trata de patear pero no puede ya que la tengo agarrada de las piernas
- Yo no recuerdo que hayas dicho que no te cargará - subo las escaleras
- ¡Estúpido, bajame de una puta vez! - grita
- No preciosa, no te bajaré si me sigues insultando y gritando - le digo calmado y con un gran sonrisa en mis labios
- ¡¡Maldito!! - pega con fuerza en mi espalda
- Te arrepentirás niña, así que mejor calladita te vez más bonita - saco la llave de mi pantalón para introducirla en la cerradura de la puerta abriéndola, entro y cierro detrás de mi
- Bien, ya llegamos, ahora me bajas - dice
- Por... -
- Ya bajame idiota - me pega
- ¿Cómo me dijiste? - me detengo para dejar las llaves en el desayunador de la cocina
- ¡Que me bajes maldito gato muerto de hambre! - me grita

- Última oportunidad.... Por... - digo tranquilo y atento para lo que vaya a decir
- ¡Joder que me bajes de una puta vez mierda! -

Niña mala...

Me encamino a mi habitación, una vez dentro ella grita que la baje, pero hago caso omiso por su mal comportamiento
- Eres una niña muy mal educada ¿Te lo han dicho? - le pregunto
- Si ¿Y? ¿Algún problema con ello? - abro sus piernas sobre mis caderas por lo que ella las enrolla y pasa sus manos por mi cuello sujetándose, su rostro queda a escasos centímetros del mío
- La verdad si - susurro cerca de sus carnosos labios
- Pues no me importa - desvía su mirada, coloco mis manos en sus muslos y siento como todo su cuerpo se tensa
- Yo sé que si - subo y bajo las manos de sus muslos a su cadera
- Pues te equivocas - garraspea
- ¿Segura? Porque tu cuerpo dice otra cosa - introduzco mis manos bajo la delgada tela de su blusa, siento como le recorre un escalofrío ya que tiembla
- Segura - susurra y sé que está tratando de contenerse

- Mentirosa - mis dedos buscan la orilla de sus Jeans ajustados y cuando la encuentras se deslizan haciendo suaves líneas por toda la orilla, escucho como ahoga un gemido
- No miento, ahora bajame - tiene lo ojos cerrados
- Eso no me dijiste la otra vez que estábamos aquí - recuerdo que de no ser por el estúpido de su hermano casi, casi, ¡Casi! lo hacemos, y joder es que me quede caliente ese día, pero se me quito al ver como ese estúpido le gritaba a Dylan
- Me dejé llevar - abre los ojos poco a poco
- Ajá y ahora te estas conteniendo ¿No? - ceso las caricias
- No - responde mirándome con el entrecejo ligeramente fruncido, aunque con la poca iluminación que proporciona la ventana de mi habitación logro verla a la perfección; nariz pequeña, tez blanca como la nieve aunque algo pálida, o quizá sea que el negro la hace ver su piel pálida, la verdad no sé, cejas pobladas y cafés, pestañas largas y quebradas, ojos pequeños y hermosos de color miel y con un brillo azul muy sutil que casi no se puede distinguir a simple vista, sus labios, esos labios pequeños y carnosos que me enloquecen, es que es tan hermosa que ¡Dios! Es perfecta, bueno, casi perfecta porque claro que todos tenemos defectos y el de ella es el ser muy enojona, necia, testaruda, etc; tiene todo los males.

- Bueno - la dejo en el piso con cuidado dándome la vuelta para prender la luz y buscar ropa en mi armario
- ¿Bueno? - dice algo confundida
- Sí, sino quieres nada no te obligaré ¿Ok? - la miro y sigo buscando mi ropa
- Bien, ahora me daré una ducha y mientras tanto sientete como en tu departamento - cojo mi toalla poniéndola en mi hombro derecho para salir al cuarto de baño
- Bien, me quedo aquí esperando - escucho que dice y solo sonrío

La ducha fue rápida, salgo con la toalla enrollada en la cadera mientras mi torso es cubierto por una camiseta gris, mi cabello aún esta mojado por lo que caen pequeñas gotas mojando la camisa. Veo a Dylan acostada en mi cama con la mirada perdida en el techo gris, si, lo sé, me gusta el color gris ¿Si? antes de venir aquí pedí que le cambiaran el color a toda la habitación o mejor dicho a todo el departamento.

- Se acabo la espera y es tu turno - camino hacia el mueble a un lado de la cama para abrirlo y sacar un pantalón
- ¿Te bañaste bien? - me pregunta con una pequeña sonrisa en sus labios y mirándome de pies a cabeza
- Sí - aviento el pantalón sobre el colchón y me quedo parado
- ¿Y? - me dice achicando los ojos
- Y estoy esperando a que te vallas a bañar para que me pueda vestir a gusto -
- Ahora entiendo - ríe
- Eres de los que no les gusta que los vean y cuidan su esculturoso cuerpo - se levanta de la cama
- Puede que tengas razón en algo - miro fijamente sus hermosos ojos miel con el singular brillo azul
- Tengo que cuidar mi esculturoso cuerpo y no es que me de pena que me veas solo que no quiero que babees todo mi departamento por ver este muy perfecto cuerpo - paso una mano por mi pecho como toda una diva
- Ja ni que estuvieras tan bueno - sale hacia el cuarto de baño negando con la cabeza, prosigo a vestirme y arreglarme lo normal, perfume, algo de crema corporal, desodorante y aceite para el cabello.

Después de unos minutos escucho que se abre la puerta del cuarto dejándome ver a una muy pero muy sexi mujer con el cabello morado mojado y largo, con su cuerpo enrollado en una toalla que no le llega mas largo que arriba de las rodillas, me mira fijamente con una pizca de diversión
- Cuidado, no vallas a babear todo el departamento - pone ambas manos en su cadera
- No, claro que no - carraspeo aclarandome la garganta
- Que bueno, ahora si me permites me vestiré - miro la puerta y cuando estoy a punto de irme de la habitación dice
- No te preocupes en irte que a mi no me importa que te babees - deja caer la toalla al piso y casi se me salen los ojos al ver el perfecto cuerpo de esta mujer en ropa interior de color negro, su piel se ve mucho más blanca, se nota que esta ligeramente bronceada, sus pechos son pequeños y redondos que estoy seguro que llenan a la perfección mis manos, su abdomen esta plano, su cintura y sus caderas ¡Joder esas caderas! de la medida perfecta, sus suaves piernas ¡Dios! esta mujer es perfecta, juro que me mataría si fuera mi hermana o hija. Veo como me sonríe pícara mientras desliza unos jeans por sus hermosas y curvadas piernas, luego prosigue a colocarse una blusa un poco corta, no deja descubierta nada de su piel pero tampoco se preocupa por demostrar al mundo el escultural cuerpo que tiene

- Lista ¿Nos vamos? - se acerca a mi para agacharse y tomar los botines negro del suelo
- Vamonos - me trago el nudo que se formó en mi garganta saliendo del departamento camino a la casa de Diaval...

Engaño De Amor (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora