Capítulo 29

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Éste trata de zafarse pero es en vano ya que al estas muy bien atado no tiene mucha movilidad, ya con la lengua entre mis manos la clavo en la navaja enseñándosela
- Creo que calladito te ves mas bonito - sonrió de lado, dejo su asquerosa lengua sobre su regazo para pasar este ligero y peligroso artefacto que tengo entre mis manos por su rostro, cortando los costados de su cara
- ¿Eres fan del guasón? Si... ¿No? Pues si lo eres deberías de agradecerme porque estas quedando como él, excepto por lo de la lengua - hago una mueca de lastima fingida, mas una sonrisa maliciosa se desliza por mis labios.
Ladeo la cabeza viendo como esa viscosidad que tanto me gusta mancha cada parte de su piel y lo envidio, el muy imbécil no sabe lo afortunado que es al tener toda esa sangre por todo su cuerpo, por todo su ser, no hay nada que se compare al estar bañado de tu propia sangre.

- Señor - habla alguien a mis espaldas, me volteo bruscamente y veo como todos los presentes retroceden algo asustados
- Ya casi es la hora - me informa uno de los hombres
- Coloquen todo, ya casi queda - lo último lo susurro
- Terminemos - miro su pecho cubierto de sangre, tomo la navaja con fuerza para clavarla en la parte izquierda, el halconcillo grita con todas sus fuerzas, o eso creo ya que sin lengua suena rara su voz, o lo que sea que haya dicho. Sus gritos me hacen girar la navaja enterrada en su pecho haciendo caer la sangre como cascada, los gritos cesan y cuando este deja caer la cabeza para atrás saco la navaja.

- Muevanlo - giro sobre mis talones para encaminarme a la parte delantera del Pier 39, los hombres se encargaran de trasladar al difunto así que no me preocupo, camino y siento como mi corazón late con fuerza golpeando mi caja torácica, la sangre que pasa por mis venas quema y la que cargo encima de mi cuerpo y ropa se vuelve pegajosa, el olor metálico de este líquido me enloquece y hace que no piense con certeza.
- Bien, ahora que acabaste de divertirte me dejaras a mi hacer mi trabajo? - habla Dylan a mis espaldas mas la ignoro y sigo mi andar
- Te estoy hablando idiota - dice
- Oyes - me toma del brazo a lo que me volteo brusco zafándome de un jalón
- No estoy para juegos ¿Si? - al momento en que la miro a los ojos siento que vuelvo a mí y noto un poco de sorpresa en su hermoso rostro
- Ah, lo siento - me agarro el puente de la nariz
- No me lo esperaba pero, esta bien - sonríe ¿Orgullosa? Y comienza a caminar
- Suele pasar - alcanzo a escuchar a la lejanía
Muevo mi cabeza para volver mi atención al trabajo
- Todo listo - le digo a uno de los hombres a lo que él asiente
- Perfecto - llego a la entrada del gran centro comercial

Esta amaneciendo...

Y lo sé, veo el difunto halconcillo sin vida tendido en el suelo con el cuerpo cubierto de sangre, siento una espinita en el pecho y sé porque es... No lo hice gritar suficiente pero no importa, esto fue algo rápido no como me abría gustado pero ni modos. Veo como Dylan se va acercando lentamente a lo que la miro y noto que se a puesto otra blusa
- Estoy lista y no queda mucho tiempo - me mira unos segundos para desviar su mirada para ver detalladamente al halconcillo
- Vaya que te liberaste, y en tiempo record - curva sus labios en una pequeña sonrisa
- Ten - le extiendo mi mano con un pedazo de papel
- Esto es lo que escribirás - miro la sangre que comienza adherirse a mi piel
- ¿Esto? ¿Y se puede saber que diablos es lo que dice? Yo solo veo bolitas y palitos ya sean parados, acostados, inclinados, rectos, hasta unos encimados - frunce el ceño
- Es complicado, solo hazlo - cojo una cubeta con una gran cantidad de viscosidad carmesí de el tipo tirado
- Como sea, algún día me lo tendrás que decir - me mira coqueta para tomar la cubeta entre sus manos y prosigue a sacar una brocha de sus jeans y agacharse para comenzar a escribir el la puerta del gran Pier 39 con una gran advertencia para el Diablo.

- No me puedo ir en la moto - dice Dylan mientras mira su vestimenta manchada de sangre
- Lo sé - miro como limpian el lugar para no dejar huellas
- Me voy contigov- me informa a lo que la volteo a ver
- Lo siento pero tengo que hacer una parada en otro lugar y no creo poder llevarte - enarca una ceja
- Es afirmación no pregunta -
- Lo siento pero no recuerdo haber accedido a ser tu esclavo - frunzo el ceño
- Te recuerdo quien soy - posa una mano sobre su cintura
- Y yo te recuerdo quien soy yo - alzo el mentón, me mira fijamente y le mantengo la mirada hasta que...
- Ya quedo todo listo y su carro esta esperándolo - volteo a ver quien es el que me habla y al hacerlo escucho una fuerte risa
- JA gané - me golpeo mentalmente
- Solo por esta vez - digo comenzando a caminar hacia la salida para largarme de aquí, escucho sus pasos detrás de mi a lo que digo
- A ese paso no llegaremos nunca - me burlo de ella, a pesar de estar algo alta no es lo suficiente como para pasarme, me llega a la altura de la nariz, otra cosa que me gusta de las mujeres, no me gusta que estén muy altas, si me pasan de las cejas u ojos no interactúo con ellas.
- Agg odio tus patotas largas - acelera el paso
- No es mi culpa que estés muy chaparra - río
- No estoy chaparra, tú estas muy alto - que queja
- Ya, vamos apúrate que casi amanece - subo al auto
- Que caballeroso - dice con sarcasmo
- Oh no sabía que te gustaba la caballerosidad de un hombre - la molesto
- La verdad no pero pensé que a lo mejor aparte de idiota, alto y sádico tenías tu lado caballeroso - sube al auto
- Lamento decepcionarte - pongo en marcha el motor y enciendo el aire acondicionado, el ambiente es silencioso pero no incómodo y el aire que se respira es agradable, su perfume y el olor metálico inundan mis fosas nasales haciendo que me relaje y disfrute este corto y silencioso viaje...

Engaño De Amor (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora