Capítulo 39

302 23 0
                                    

- ¡Dios bendito! - mis párpados pesan y sé que estoy a punto de desmayarme y no quiero, prefiero estar despierta sintiendo todo este puto dolor en mi cuerpo que desmayarme, no sentir nada y no despertar; si, ya sé que soy una estúpida por decir que le haría un favor al mundo si me muero y luego digo que tengo miedo de cerrar los ojos y no despertar pero es que aún no he acabado mi trabajo, no me puedo ir al infierno sin antes hacer que el hijo de puta de Diaval se este retorciendo cual lombriz en el suelo

Trato de mantener los ojos abiertos, pero me es difícil, no escucho nada, es como si me hubiera quedado sorda, lo único que puedo ver es a Bernarda correr de un lugar a otro moviendo las manos en el aire mientras dice no sé que, soy consciente de que llegue cubierta de sangre como "Carrie" la protagonista de una buena película, tengo que confesar que esa película me gusta mucho, más el final, la dulce venganza...

Y como si el silencio se hubiera cansado de mí llega el ruido...
- Ambulancia ¡Una ambulancia! - abro los ojos como platos y con fuerza, que no sé de dónde me salió, digo
- No - ella que estaba de espalda me voltea a ver rápidamente molesta
- No estas en condiciones de contradecirme - me señala con el dedo acusador mirándome molesta
- Estoy bien - trato de incorporarme en el suelo
- No hace falta que llames a una ambulancia - relaja su mirada y se coloca de cuclillas frente a mi
- Sabes que, que hice algo indebido y no es conveniente que valla a un hospital, me harán preguntas, y no contestaré ni una mierda porque no pienso ir a la cárcel - toma mis manos llenas de sangre y les da un suave apretón, que no me dolió nada, mientras me mira a los ojos
- Bien niña, vamos al baño que haya te limpiaré y vendaré, aparte tendrás que ducharte - me regala una tierna sonrisa y a como puedo me trato de incorporar, Bernarda ya esta un tanto mayor de edad por lo que no quiero que mañana amanezca diciendo que le duele alguna parte del cuerpo así que con mucho esfuerzo me levantó del suelo y camino lentamente hacia el baño de la planta baja. Una vez dentro me despojo de mis jeans y remera quedando en ropa interior, veo a Bernarda entrar con unos trastos y otras cosas para comenzar a curarme.

(...)

Abro mis ojos encontrándome en la sala de la casa, volteo a mi alrededor y no hay nadie... Soledad.
Cierto mis ojos y al volverlos a abrir me encuentro con la puerta principal, doy un paso hacia atrás un poco asustada porque es la antigua puerta, aquella que mi hermano eligió cuando era un niño, la puerta que cambiaron y reemplazaron por una totalmente diferente desde...

Mi corazón comienza a acelerarse, mis manos comienzan a sudar, los bellos de todo mi cuerpo se paran por un electrizante escalofrío...

Ya sé lo que viene...

Es solo un sueño Dylan, es otro puto sueño...

Con las manos sudadas cojo la manija de la puerta para girarla lentamente, cierro mis ojos con mucha fuerza tratando de reprimir las horribles ganas que tengo de ver lo que viene. Abro mis ojos de golpe y fijo mi vista en el suelo

Es éste sueño otra vez...

Mi pecho se contrae impidiéndome respirar, mi mandíbula tiembla al igual que todo mi cuerpo, mis piernas flaquean, mi vista se torna borrosa por toda la agua salada acumulada tratando de salir, mis oídos pitan, llevo mis manos a mi cabello tirando fuerte de el hasta casi arrancarlo al mismo tiempo que caigo de rodillas al suelo.

Veo el cuerpo de mi madre en el suelo de la peor manera posible, su piel pálida cubierta de moretones y sangre, y la poca ropa que trae puesta está, está... De mi garganta sale un fuerte grito, mi mamá esta... ¡No! Esto es mucho joder
No es ella, no puede ser ella ¿Acaso la...

- ¡¡No!! - trato de alejarme más no puedo, lo único que puedo hacer es recorrer a mi madre con la vista y eso me duele, verla sin vida, con tan poca ropa que es casi imposible no verle sus partes íntimas ¡Joder esto duele! ¡Duele mucho!
Ella se ve tan, pero tan mal que casi no la reconozco. Sus pies cubiertos de sangre seca que se ve que brotó de sus tobillos los cuales tiene en carne viva, sus piernas tienen delgados y finos cortes, rasguños, moretones, sangre; su entrepierna esta cubierta por una braga sucia manchada de algún flujo desconocido toda rota y mal acomodada, su abdomen totalmente plano, del cual sobresalen sus costillas, los cortes, rasguños y la sangre no abandona ninguna parte de su cuerpo, justo debajo de sus costillas se ven unas marcas rojas y moradas a la ves, como si hubieran enterrado sus asquerosos dedos levantando cada una para hacerla sufrir más a propósito. Sus brazos... ¡Diablos! Desvío la mirada.
Esos brazos en los que encontraba refugio cada mañana, cada tarde, cada noche, cada mal día, aún cuando el día no era malo podía ir a refugiarme en ellos para poder sentir su calor, paz... Siempre estaban para mi, nadie me podía hacer daño en cuanto me rodearan... Pero eso se acabo, eso era antes, ahora ya no tengo ningún refugio, no tengo esos brazos que me envolvían cálidamente brindándome, amor, protección, paz...
Nadie me podía hacer daño en esos brazos pero nunca me detuve a pensar en si alguien le podía llegar a hacer daño a ellos. Estúpida e ingenua niña que era al pensar que ella nunca se iría de mi lado, que me sería eterna pero sorpresas nos da la vida ¿No? Así como me la dio me la quitó, me la arrebató de la peor forma posible ¿Acaso la vida me podría joder más? Claro que sí, lo hace cada puto día.
Siento todo mi cuerpo tensarse de una forma dolorosa más no tomo mucha importancia porque nada se puede comparar a lo que siento justo ahora, es como si retrocediera años atrás solo para sufrir y torturarme observando y sintiendo todo aquello con lo que lucho día a día, con la muerte de mi madre...

¡Maldita sea la hora en la que nació Diaval Clerck! 
¡¡Maldito!!

Vuelvo mi vista a sus brazos totalmente cubiertos de sangre, un gran corte traza el camino de sus venas, el corte parte desde sus muñecas, también en carne viva, hasta la parte superior de ellos, las venas partidas en dos haciendo que salga sangre en gran cantidad, es sangre, es la sangre de mi madre, es mi sangre... Por un momento me visualizo en su lugar y grito, grito por la gran punzada tan dolorosa que se instala en mi pecho, la respiración me falla y siento que no hay mas aire, mis ojos se elevan al cielo sin verle el rostro a mi madre, otra vez no se la he visto, otra vez...

- Dylan... -

Alcanzo a oir un susurro mientras llevo las manos a mi pecho del lado izquierdo como si el corazón se me fuese a salir

- Dylan -

Mi cuerpo empieza a temblar y mis párpados lentamente y sin que yo quiera se van cerrando
- No - digo débilmente
- Mi mamá... - trato de mantener los ojos abiertos y bajar la vista hacia ella, para ver su rostro, pero mi cuerpo temblando sin control como si tuviese frío me lo impide, pero no del todo y a como puedo bajo la vista, abro los ojos como platos al ya no ver a mi madre

Se ha ido...

Me ha vuelto a dejar sola y sin volver a ver su rostro...

- Ya Dylan, solo es un sueño - me siento de golpe en la cama llevando las manos a mi pecho del cual siento que casi se sale mi corazón, los cabellos de mi nuca y de mi frente se han pegado a mi piel por el sudor, miro mis manos rasposas y maltratadas que tiemblan, trato de normalizar mi acelerada respiración, cierro mis ojos e inhalo profundo para luego abrirlos y encontrarme con la persona que menos me esperaba

- ¿Todo mejor? - posa una de sus grandes manos en mi hombro

Engaño De Amor (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora