Al fin llegamos a Okinawa, y yo no puedo estar más emocionada por lo que nos depara el futuro en esa isla.
¿Será de verdad Axel el jugador que estamos buscando?¿O todo acabará siendo una simple y mera ilusión?
El lugar, he de decir, es precioso. El mar cristalino y el cielo sin ninguna nube hacen que parezca un lugar idílico para pasar las vacaciones. La única pega que le puedo encontrar es el horrible calorazo que se nos ha pegado al cuerpo nada más bajar del autobús en el que nos hemos movido desde el pequeño puerto.
Luego me llamaban exagerada por la cantidad indecente de ropa que llevaba…Aquí está la prueba de que soy una mujer previsora. Ellos van con el chándal sudando como pollos y yo divina de la muerte preparada para deleitarme con un caipiriña en el primer chiringuito de playa que encuentre.
Sé que venimos en busca de alguien pero nunca está de más un buen coctel a la orilla del mar mientras vemos torsos de hombres fornidos.
-Tenemos que investigar entre todos si queremos encontrarle.-dice Mark con una sonrisa enorme en la cara de pan esa que tiene.
-¿Investigar?-subo mi mirada y veo como a Jack le brillan los ojos.-¿Cómo en las pelis de detectives?
Entre Willy y él se montan una escenita típica de Sherlock Holmes.
Los demás, mientras, esperamos a que terminen de pensar que ahora estamos investigando un asesinato en extrañas circunstancias y debemos llamar al CSI para que nos echen un cable.
Nos tenemos que dividir y por lo que parece, Erick no se va a librar de Sue en todo el tiempo que estemos aquí. Ella le comenta algo de enseñarle su bañador mientras se dan un chapuzón. Él nos mira con cara de pedir auxilio.
Da igual lo que haga, Sue no va a desistir a un chico tan guapo ni aunque le paguemos con todo el oro del mundo.
Un objeto volador no identificable interfiere entre los rayos dorados del sol y mi cara, generando una sombra que consigue fijar mi atención en este.
-¿Eso es un balón?-pregunto al aire mientras señalo el cielo y entorno los ojos.-No veo ni tres en un burro.
-Sí, sí que lo es.
Nos encaminamos hacia allí como si nos persiguieran una manada de leones hambrientos. El capitán se adelanta. Creo que él también sueña con que sea Blaze.
No tardamos ni dos minutos pero cuando le alcanzamos le vemos en una situación muy particular.
Hay como cinco niños pequeños llorando a moco tendido mientras Evans les mira de uno en uno con cara de auxilio y con la pelota en las manos.
-¿Qué has hecho ahora, Mark?-le recrimina Jude
-Que no he hecho nada.-se defiende.
-¿Qué no? Pues explicarme esto.-señalo a las magdalenas andantes que tenemos delante.-¿Por qué si no iban a llorar sin motivo?
Me va a contestar cuando oímos un ruido enorme y alguien que nos grita mientras viene corriendo.
Resulta ser un clon gigante de los críos que va con un delantal de señora mayor y con una escoba en la mano.
-¿Quién ha sido?¿Quién ha hecho llorar a mis hermanitos?
Salvo por las pintas, da un poco de miedito.
-Él.-señalo rápidamente al capitán y me aparto un poco.
-Nos ha quitado el balón.
-Lo siento, lo siento. No quería hacerlo, en serio.-les devuelve la pelota.-Perdonarme.
-¿Seguro que no querías? Para empezar…¡Tú!-señala a Sharp con el palo de la escoba.-Resultas sospechoso con esas gafas.
-Que poca educación tienes.
Jude ni se inmuta. Simplemente aparta el objeto con desdén con la parte delantera de la mano.
-Bueno, bueno, relax todo el mundo.-intento calmar las cosas.-Ayúdame un poquito.-le digo a Darren por lo bajo mientras le doy un codazo.
-¿Y tú quién eres?-me pregunta de forma ruda.
-Adrianne Dark.-me presento con una sonrisa intentando parecer simpática.-Somos el equipo de fútbol del Raimon.-se sorprende y suelta una risa que resuena por todo el lugar.-¿Te ríes?
-Sois ese equipo que está jugando contra los extraterrestres. Me llamo Thor Stuver y también juego al fútbol.
Mark se presenta. Ya no hay tensión en el ambiente.
El chico con el mechón rubio enseguida nos enseña como remata. Jude no se queda atrás y, con la pelota entre sus pies, va a por él con todas sus ganas. No llega muy lejos ya que el chico tiene una técnica bastante buena.
-Ahora tú.-me dice a mi mientras me indica con su dedo.-Demuéstrame que es lo que sabes hacer.
Pienso en negarme, ya que esto no es lo que hemos venido a hacer, pero le veo tan ilusionado mirándome aún con el delantal puesto que no me atrevo a decir que no.
Me lanzan el balón y lo intercepto antes de que toque el suelo. Con gran maestría lo llevo de un lado al otro del campo mientras él intenta pararme. Cuando cree que me tiene cogida, chuto hacia arriba y me cuelo por su lado izquierdo para pasarle de una manera fina y elegante.
-Vaya, si que eres la misma Adrianne Dark.-le miro con extrañeza.
-¿La misma?
-Sí, la de los partidos, ya me entiendes.
Suelta una risita con los dientes apretados mientras hace unos cuantos gestos con las manos.
Le miro con una ceja alzada durante unos segundos y luego suspiro. Creo que la idea de que Axel esté en esta isla me está volviendo loca. No debo ilusionarme más de la cuenta, sino el batacazo podría ser tremendo.
-¿No sabrás nada del “Delantero de fuego”?-cuestiono.
Este revuelo nos descarrila del verdadero objetivo así que aprovecho para convertirlo en algo que pueda darnos pistas.
-Que va, no me suena de nada.-se pone una mano en la barbilla intentando acordarse de algo.-Lo siento.
Paseo por la isla más sola que la una. He perdido a los chicos de vista hace un buen rato, deben de haberse adelantado empujados por la alegría de Mark de buscar hasta debajo de las piedras.
La labor de detective es complicada, y más en este sitio. No paro de ver terrazas en pleno apogeo de turistas provenientes de todas las partes del país; los chicos guapos caminan por el paseo marítimo sin camiseta, exhibiendo sus cuerpos de surfistas mientras que su media melena mojada se pega a su cuello. Están para mojar pan; y por si fuera poco, el calor hace que mi cuerpo, sobretodo mi boca, proteste de deshidratación continuamente.
Hago una parada en el camino para comprarme un pequeño bote de plástico, con tenedor incorporado, de melón amargo. Por lo visto aquí es muy típico.
Mientras zampo continuo mi tarea de caminar casi a ton ni son ya que he dejado de preguntar hace unas cuantas calles atrás. He decidido que sólo preguntaría en las que hiciese sombra.
Me cruzo con alguien con una chaqueta naranja que lleva la capucha de esta puesta. Por una milésima de segundo puedo reconocer el rostro de Axel entre la gruesa tela pero, al girarme, ya no hay nadie con esa característica.
El estómago me da un vuelco y el corazón se me acelera. Habría puesto la mano en el fuego jurando que era él.
Calmo mi respiración comiendo un trozo de melón. Ha sido una mala jugada de mi cerebro.
El sol sigue golpeando con fuerza mi piel desnuda mientras yo me quedo sentada en un murete de espaldas al mar.
Ojalá hubiese sido verdad.
Mi móvil vibra en el bolsillo delantero de mi pantalón corto. Es un mensaje de Bobby. Dice que han encontrado al chaval pero que no es Axel.
Hago el trayecto de vuelta con cara de perro apaleado. Sabía que no tenía que haberme hecho tantas ilusiones pero, sin darme cuenta, la idea de que iba a ser él se había afincado en mi cabeza.
Espero con el resto, incluido Thor, a que el misterioso chico junto con Shawn y Bobby vuelvan al punto de partida.
-He pensado que se podía unir al equipo.
-Alto ahí. Lo siento, pero me temo que es imposible.-se disculpa.
-¿Y por qué?
Que mal les sienta el calor a algunos…
-A ver, Jude. Intenta pensar con las neuronas que no se te han derretido por el calor, ¿quieres?-me asesina con la mirada pero me da exactamente igual.-Tiene hermanos que cuidar y son muy enanos para dejarlos solitos y desamparados.
-Exacto, la chica ha dado en el clavo. Eso sí, si la lucha llega hasta aquí jugaré a vuestro lado.
-Oh, genial.-suelto sin mucha emoción.
La noticia me ha dejado sin pizca de alegría en el cuerpo.
-¡Chicos!-es la voz de Shawn y la de Schiller.-¡Hemos encontrado al delantero de fuego!
Nada mas ver de quien se trata mi sangre empieza a hervir. Sonríe socarronamente haciéndome sentir la imperiosa necesidad de partirle la boca de un puñetazo.
-El delantero de fuego es él, Beacons.
Lo reviento. Así.
-Me llamo Claude Beacons. ¿Eres el capitán Mark Evans, no? Es un placer.
No parece ni darse cuenta de que estoy casi a su lado mirándole con cara de asesina en serie. Al parecer prefiero fingir que no existo.
-Se enteró de que le estábamos buscando, y vino él directamente a presentarse en persona.-relata Bobby.
Claro, como que ha aprovechado la ocasión para venir a fastidiar un poco. Algo muy típico de él desde que era un mocoso insoportable. Salvo con Bryce.
-¿Vives por aquí?
-Más o menos…
-A mí no me suena tu cara…-oh, gracias, alguien que desconfía.
Creo que ya le he cogido cariño a Thor.
-Pues mira, a mí tampoco me suena la tuya, ¿y qué?
Los chicos le piden que nos enseñe su remate pero él prefiere cambiar un poco el plan. Decide someterse a examen. Él contra todos nosotros.
-Serás chulo.-le observo con los brazos cruzados.-Te diré una cosa…Dime de que fardas, y te diré de que careces.
-Las chicas charlatanas sois demasiado molestas.-me responde levantando la barbilla con altivez.-No te creas la reina del mundo, bonita, que es muy fácil quitarte la corona.
-No me hace falta una corona para saber de sobra lo que valgo, Beacons.
Le guiño un ojo y me doy la vuelta dándole la espalda.
Estoy al cien por cien segura de que sabe quien soy. Puede mentir muy bien y hacerse el duro pero su mirada siempre le ha delatado. Me ha reconocido y aún así va a seguir con esta absurda apuesta.
Nos vamos al campo de fútbol y nos preparamos. Sé que va a ganar con creces pero es normal. Nadie puede prever sus movimientos exceptuándome. Y frenarle en seco me delataría.
Tira el balón hacia el cielo y, literalmente, pega un salto que le hace volar de verdad. Chuta con su Llamarada atómica y el capitán se come un gol como un camión.
-Si me uno al equipo los extraterrestres no tendrán nada que hacer.-alzo una ceja y reprimo lo que pienso.
-Me gustaría hacerte unas cuantas preguntas.-dice Aquilina mientras viene hacia nosotros.-Ten en cuenta de que me voy a hacer responsable de todo lo que te pase desde que te unas al equipo. A si que dime Beacons, ¿a qué instituto vas?
Veo como su cara se contrae y mira con un odio profundo a la entrenadora. Una situación perfecta para que explote.
-Eso, Beacons, dinos.-le pincho con una sonrisa traviesa pero se queda callado.
-A la Academia Alius.-la voz resuena desde arriba.
Miro formando una visera con una de mis manos para que el sol no me deslumbre. Resulta que es Xavier. Bufo con desesperación. A falta de uno tengo que lidiar con dos.
-Vaya, llegas justo en el momento indicado, Xen. ¿Qué suerte eh, Claude?
Me lo estoy pasando pipa yo sola poniéndole de los nervios.
-Rayos, deja de fastidiarme los planes.
-¿Ah, si?¿Tú que pretendías?¿Para qué querías infiltrarte en el Raimon?
No sé que motivaciones le llevan a esto pero de algo estoy segura. Haga lo que haga no conseguirá que le perdone lo de Shawn.
-Sólo quería ver como era ese chico que tanto parece gustarle a Xen. Y ella…necesitaba comprobar que era verdad.
Contengo la respiración. Como hable, me lo cargo.
-Cuidado, Mark. No te dejes engañar.
Tira un balón negro hacia nosotros haciendo que Claude lo pare sin problemas y se ponga el uniforme de su verdadero equipo.
-Este soy yo en realidad, me llamo Torch. Ya podéis recordarlo bien.
-¿Torch?¿De antorcha?-pregunto con la ceja en alto.-Hijo mío pensaba que serías un poquito más original…Además, si quieres ponerte un mote que te vaya al pelo, ponte “Tulipán”.
-¿Qué eres?¿La graciosa del grupo?-me río por su forma de atacar.
-Venga, sigue con tu monologo, por favor. Quiero acabar esto hoy.
-Soy el capitán del Prominance de la Academia Alius. Yo siempre hago lo que me da la gana, y si intentáis interponeros…Os destruiré.
-Inténtalo si puedes.
Soy la única que le contesta. Los demás tienen cara de besugos congelados.
Xavier coge carrerilla y se lanza como si no hubiese una cantidad horrible de metros desde la plataforma hasta el suelo.
-¿Destruirles? Eso sería muy poco rentable, es mejor idea que se unieran a nosotros.
-¿Unirse?¿Quién?¿Este grupito?
-A que lo mato…-murmuro arremangándome unas mangas invisibles.-le voy a dar para él y para su hermana.
Miro con rabia a los dos pelirrojos. Y yo que pensaba en su momento que no existía persona más odiosa que Byron…El pobre era un simple aficionado.
-¿Quieres que te demuestre lo estúpidos que son Mark y sus amiguitos?
-Estás hablando demasiado.
-¿Hola?-suelto al aire.-¿Desde cuándo esto se ha convertido en una disputa vuestra?
Nadie me hace caso, siguen a lo suyo hasta que desaparecen en un haz de luz.
Tenemos que seguir buscando. Mi corazón vuelve a revivir y late con ansias. La esperanza de que esta vez sí sea Blaze reanima mi ilusión.
(…)
A la mañana siguiente, contra todo pronóstico, soy la primera que se despierta. Bajo del autobús mientras intento arreglar el alborotamiento que mi pelo tiene todos los días.
Tiene pintas de que va a hacer calor porque apenas son las ocho y media de la mañana y el sol ya calienta con ganas.
Desayuno sin hablar con nadie ya que estoy completamente sola. Me meto entre pecho y espalda dos tostadas, un zumo y una taza de café gigante mientras veo como los demás van saliendo casi a cuenta gotas.
-Como sigas así te van a acabar usando de balón a ti.-bromea Nelly mientras pasa por mi lado con su té.
-Es la única comida que puedo disfrutar sin que la señorita Rottenmeier me recuerdo que debo masticar treinta veces cada puñetero trozo. Así que chitón.
Mi desayuno no se estropea por nada del mundo.
Después de un buen rato, cuando los chicos mueven su culo, Mark decide que es una muy buena idea ponerse a entrenar justo cuando mas chicharrina hace.
-¿Y el plan de ser detectives?-preguntamos Willy, Jack y yo desilusionados.
-Las chicas se encargan de ello.-Evans nos sonríe como si su plan fuera mejor.
-Yo soy una chica.-puntualizo.-Eso quiere decir que puedo ir. Ya nos vemos luego.
Pretendo salir casi en un sprint pero el capitán me frena corriendo.
-Me refería a las gerentes…-resopla.-Tú te quedas.
Dejo caer mis hombros y suspiro. Ese no era lo que quería hacer.
Thor también nos hace una pequeña visita y nos trae deliciosas verduras recién cogidas, cosa que agradezco enormemente.
Según hablamos con él, oímos una voz muy conocida que nos llama.
Es Hurley quien aparece volando, de nuevo, junto a su tabla de surf. Algún día acabará por hacerse daño.
-Os estaba buscando.-nos dice con una sonrisa.-Quería proponeros algo.
¿Qué querrá este chico ahora? Si trata de convencernos para enseñarnos a hacer surf, lo siento pero me niego. Eso de meterme dentro del agua y sumergirme no me mola para nada. Además, conforme sales acabas pareciendo un filete empanado por culpa de la arena. Paso de sacar ese tipo de materia de lugares escondidos de mi cuerpo una vez más.
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Fuerza (Inazuma Eleven)
ФанфикEra necesario acabar con él, y eso solo iba a ser posible gracias a su fuerza, pero no a una física si no mas bien a la de voluntad y de espíritu. Millones de aventuras le esperan a la vuelta de la esquina y no piensa vivirlas sola.