CAPITULO 51

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Empieza el segundo tiempo. Hay que remontar.
Siguen con la amenaza de que nos van a destruir. Algo muy original y que no han usado nunca…Para nada.
Sue sale corriendo en contra de ellos con el balón pero Dvaling se materializa a su lado y se lo quita a una velocidad tan grande que casi es imposible verle.
Intento detenerle, aunque lo único que consigo es caerme de espaldas. Me protejo la cabeza con los brazos y el impacto entero recae en mi espalda, la cual cruje provocándome bastante dolor.
En estos precisos momentos no le presto atención y sólo me fijo en como Hurley frena un chut con su propio cuerpo después de que haya sobrepasado tres supertecnicas.
Me levanto de un salto aún con el dolor latente recorriendo mi columna vertebral y corro hasta el capitán y el surfero.
-Hurley, ¿estás bien?-le pregunto preocupada porque sigue tirado.
-Anda, échame una mano.-me tiende la mano.
Tiro de él para levantarle.
Sigue con una sonrisa de oreja a oreja. No es un chico que pierda el buen humor bajo casi ningún concepto.
-¿Seguro que no te duele nada?-miro donde ha impactado la pelota.-Parar una cosa de estas no es moco de pavo…
-¿Y tú, señorita?-le miro confundida.-Tu espalda.
-Oh, nada, nada, está todo bien.-le hago un gesto con la mano restándole importancia.
Me alejo para que no pregunte más.
Quiero pensar que es golpe y ya está.
(…)
El capitán del Épsilon nos hace impactar contra el suelo según pasa por nuestro lado.
Eso para mi pequeña contusión no es nada bueno. El dolor va a más, pero sigo con una sonrisa sin dejar que nadie se inmute de la situación.
Evans intenta parar la Lanza de Odín. Sabemos que es prácticamente imposible sin nuestra ayuda así que unos cuantos corren para hacer de protección humana.
Todos estamos en el suelo, al igual que pasó en el primer partido.
Me trago las ganas de gritar por frustración, dolor y rabia.
Pongo las manos en el césped y me levanto. Miro fijamente a Dvaling.
A mí no me van a ganar con trucos ni piedras ni nada.
-¡No nos vas a ganar!-grito haciendo uso de todo el aire de mis pulmones.-¡Hoy no te vas a salir con la tuya!
-¿No sabes que las niñas deberíais estar calladas?-ese comentario consigue que la vena de mi frente se hinche.-¿O es que eso tu padre no te lo enseñó?
-Me enseñó a que una mujer no debe ser un florero, sino que mientras más estudie y se forme más podrá hondar en sociedades como la que personas como tú construís.-me sale el lado feminista y con razón.
Chista la lengua dándome la espalda y se dedica a pinchar al capitán como si fuese un mono de feria.
Él tampoco se da por vencido y se levanta al igual que yo, con la confianza suficiente como para volver a parar cualquier tiro que se interponga entre sus manos y nuestra portería.
Vuelve a lanzar. Tengo el corazón en un puño por el mero hecho de que esto puede determinar el partido.
Cierro los ojos mientras rezo para que Mark lo consiga.
Cuando separo mis parpados me doy cuenta de que lo ha detenido. Grito y lo celebro con los ojos llorosos.
Giro la cabeza para buscar donde ha caído la pelota. La veo a los pies del chico con el que me choqué días atrás con capucha naranja que confundí con Axel por unos instantes.
Mi corazón palpita al verle, algo dentro de mí me dice que es él, que ha vuelto. El cuerpo no me responde. No sé si es por esto último o porque el dolor es tan grande que ya ni si quiera puedo coordinarme.
El chico avanza por el campo con la cabeza gacha ocultando su rosto. Tengo la respiración parada mientras que mis manos tiemblan.
Se quita la capucha de un tirón seguro. El pelo rubio de Axel se mueve con el poco aire que hace.
Un par de lágrimas bajan por mis mejillas antes de que, en un arrebato, me lance encima de él y le abrazo con muchísima fuerza.
-Mira que te haces de rogar…-le susurro en la oreja.
-Veo que me has esperado.
Su sonrisa se clava en mí. Está incluso más guapo que la última vez que lo vi.
-Por supuesto, te lo prometí.
Él también me achucha y los demás se unen al poco.
-¡Axel ha vuelto al equipo!-chilla Jack, que es el que mas emocionado está.
De repente, toda la alegría que tenía en el cuerpo desaparece y siento como si mi cuerpo se hubiese caído en una pila de millones de cristales pequeños y ahora los tuviese clavados por todas partes.
La queja sale involuntariamente de mi cuerpo. Me maldigo por no haberla podido controlar.
El pelo pincho se separa un poco de mí y me mira preocupado por la cara de muerte que debo de estar poniendo. Enseguida me agarra con delicadeza de la cadera evitando que caiga a plomo de rodillas al suelo.
-¿Adrianne, te encuentras bien?-cuestiona. Oh, si, claro, de maravilla…-¿Qué te duele?
Me niego a hablar. Si lo hago sé de sobra que me echarán al banquillo y no quiero quedarme mirando el partido. Lo que me apetece es cerrarle la boca a Dvaling de una santísima vez.
-Es la espalda.-suelta Hurley. Le hago un gesto de que le voy a cortar el cuello.-Lo siento señorita, pero era mi deber decirlo.
Celia viene corriendo y les pide a los chicos que me siente en el suelo a la voz de ya.
A refunfuñones me quedo con mi culo apoyado en el césped y me levanto la camiseta del equipo hasta dejarla a la altura de las orejas.
Mientras juro y perjuro, la hermana de Jude analiza lo que sea que tengo ahí mientras suelta exclamaciones cada dos segundos.
-Mira que eres burra…-Erick está a mi lado.-¿Cómo se te ocurre continuar con semejante contusión?
-Mira, Eagle, no me digas nada…no me digas nada.-quería ganarles. Por su bien.-Ya me sé de sobra el discursito. Os lo suelto cada tres por dos.
-Esto con un poco de reflex para mañana está como nuevo.
Me obligan a quedarme sentadita al lado de Shawn como una niña buena y les obedezco intentando que Aquilina no me vea como un problema y me largue.
Antes de que continúen el partido, busco con la mirada a Blaze.
-¡Blaze, más te vale que estés al nivel de mi puesto como delantera estrella!
Este me sonríe y se pone en posición de aplastarles la cabeza si hace falta. Exacto. Esa es la pose.
Mi cuerpo tiembla por los nervios de no estar allí con ellos pero confío en todos y en su maravillosa fuerza.
Sé que pueden ganar y que lo van a hacer. A parte, los del Épsilon no saben de lo que es capaz el delantero de fuego.
Le veo correr en dirección a Dvaling y como en un abrir y cerrar de ojos le arrebata el balón con la mayor divinidad posible.
Me echo a reír por su forma de ser.
-Será creído él también.-susurro con cara de tonta.
Enseguida lanza con su Tornado de fuego, que ahora tiene una potencia que jamás pensé que podría llegar a obtener, y acaba metiendo un señor golazo.
Aplaudo como una foca retrasada pero, sinceramente, me da igual. Esto si que es fútbol.
Vuelven a cambiar posiciones. Eso no debe ser problema para el rubio, que sonríe de forma socarrona mientras le da la espalda al moreno.
Entre Erick, Jude y Axel consiguen marcar de nuevo asegurándonos la victoria con una supertecnica nueva. Estos chicos cuando se ponen, se ponen.
Suena el pitido final.
Enseguida me levanto sin darles tiempo a las gerentes a detenerme. Voy a toda pastilla con los demás para celebrarlo.
Los achucho a todos y me los voy comiendo a besos mientras ellos sonríen y me abrazan de vuelta.
-¿Desde cuando te has vuelto así de cariñosa?-me pregunta Blaze con una ceja levantada.
-Han pasado muchas cosas desde que te fuiste.-me río mientras me encojo de hombros.-He cambiado.
-No le hagas ni caso, sigue igual que siempre. El otro día intento matar a Hurley y casi tira a Willy al mar para ahogarlo.-Sharp aparece detrás de mí. Se lleva un empujón y una peineta sin que nadie más me vea.-¿Ves? Clavadita a como nos la dejaste.
-Ya lo veo.
-Seréis idiotas…-me cruzo en brazos.-¿A qué ahora soy yo la que se va y no vuelve?
-Ni se te ocurra.-Axel me abraza por la espalda.
Apoya la cabeza en el hueco entre mi cuello y mi hombro e inspira fuerte.
-Echaba de menos este olor.
-¿El de sudor?
-No. El de tu cuello.-se acomoda más.-Y ahora lo voy a tener para mí solo. Todo el rato.
Compruebo que Jude se ha ido unos metros más allá y se hace el despistado.
-Que cursi te has vuelto, ¿no?-levanto un brazo y le despeino.
-Contigo no hay manera de acertar.-suspira con una sonrisa que no ha desaparecido desde que ha llegado.-Te echaba de menos.
-Y yo a ti.
Mark es tan bueno que les tiende la mano a Dvaling y los demás.
Cuando están a punto de olvidar sus diferencias, aparece un destello azul que nos hace girar la cabeza instantáneamente para saber que es lo que ocurre.
Bryce está ahí quieto con una sonrisa burlona en la cara.
-Mi Lord Gazelle.
Me estampo la palma de la mano en la cara. ¿En serio?¿Lord? Lo que les faltaba.
-Mi nombre es Gazelle y lidero el equipo Diamond, un equipo de rango supremo.-fija la vista en el capitán.-Dime, ¿eres tú Mark Evans? Ya he encontrado un nuevo contrincante para entrenarnos…Pero ahora vamos a encargarnos para siempre de los fracasados de Épsilon.
Niego con la cabeza mientras desaparecen. Bryce es a veces tan bipolar que no se muy bien por donde pillarle.
Entre los brazos de Axel piedo olvidar todo. No más Academia Alius atormentándome desde mi interior. Pero no puedo.
Estar con él sería sobreexponerle a un peligro que ni yo misma sé como es de grande. Tampoco puedo mentirle. No sería justo cuando él siempre me ha contado todo. Sólo será un tiempo. Hasta que todo esto acabe.




NOTA:
A sabiendas de que mañana me será imposible publicar nada y que no sé si tendré algo para el sábado (espero que el domingo lo tenga libre) os dejo publicado hoy este capítulo.
Muchísimas gracias por los votos y por leer.
Un beso preciosuras.

Fuerza (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora