CAPITULO 25

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Llegamos al campo donde se celebran todos los partidos del Torneo Fútbol Frontier y nos encontramos con que está cerrado. No se por qué pero me lo esperaba. Es algo muy típico de mi padre, cambiar las cosas en el último momento porque ha planeado la trampa en su propia localización. Moverse nunca le ha ido mucho.
Es Nelly la que habla por teléfono confirmando que la sede del torneo se ha cambiado.
-¿Qué se ha cambiado a dónde?
-Pues…-no hace nada más que señalar al cielo.
Levanto la vista para toparme con un super estadio que nunca había visto, y que además es el instituto Zeus.
-No puede ser que el estadio de la final sea…-dice Jude con asombro.
-¿Allí arriba?
-Por el amor hermoso…-digo yo mientras lo miro boquiabierta.-Esto tiene mala pinta.
No puedo negar que el interior del estadio es simplemente grandioso, muy acorde al estilo griego de los dioses que ellos piensan que son.
Todos estamos sin poder cerrar la boca viendo la magnitud de las estatuas que adornan el lugar, pero hay algo que no deja de rondar por mi cabeza. ¿Qué trampa tendrá preparada mi padre? No es ni medio normal que en último minuto se decida jugar la final en el campo de uno de los dos institutos rivales, además de que no es legal ya que todos los partidos se disputan en terreno neutro.
Muevo mi cabeza hacia lo alto, se que nos está observando, principalmente porque siento como me atraviesan con la mirada, y segundo porque ni si quiera se esconde como siempre. Está de pie con una sonrisa pensando en como vamos a ir cayendo uno a uno.
Axel se tensa y aprieta sus puños, es normal que lo haga, ya que fue él el que hizo que su hermana sufriera ese fatal accidente que la dejó en un coma indefinido. Como estoy a su lado no me hace falta ni moverme para agarrarle la mano y apretársela para darle a entender que estoy con él y que no me pienso mover de ahí hasta que no cumplamos la promesa que tenemos con Julia.
-Mark, tengo que contarte una cosa.-es el señor Hilman el que habla. Todos ponemos atención a sus palabras.-Debes saber que es probable que Ray Dark estuviera involucrado en la muerte de tu abuelo.-abro los ojos y la respiración se me corta.
Me cuesta hasta tragar porque se me ha hecho un nudo en la garganta.
-¿Con la muerte de mi abuelo?
-Si.-el capitán se queda rígido como una tabla y después empieza a temblar de ira.
Él no es el único al que le afecta esto, yo aguanto como una campeona de pie decidida a no salir corriendo de nuevo, pero por si acaso es Jude quien me agarra de los hombros.
Me duele el pecho y respiro con irregularidad mientras pienso en lo mal que viene esto para el juego de hoy. Es injusto que todos tengamos que sufrir por algo que una persona sin sentimientos hizo hace años.
-¿Por qué ha tenido que contárselo en este momento?-pregunta Nelly cruzándose de brazos con una mirada inquisidora.
-Porque un entrenador no debe inquietar jamás a un jugador y mucho menos antes de jugar una final, pero hubiera sido un error aún mayor no decirlo ahora.-en cierto modo lo comprendo.-Nosotros no pudimos jugar la final del Torneo del Frontier por culpa de un sucio truco de Ray Dark, y eso nos afectó a todos. Maldijimos nuestro destino, caímos en el odio y al final nos acabamos alejando del fútbol.-me siento identificada en esas palabras.-Sin embargo, cometimos un grave error, porque al dejarnos dominar por nuestros rencores, abandonamos el fútbol, un deporte que nos unía.-respiro hondo para calmarme.-Por eso mismo, si creyera que vais a jugar al fútbol con sentimientos de odio hacia Ray Dark, yo renunciaría a mi puesto de entrenador y nos retiraríamos del partido ahora mismo, porque no quiero que el odio os arrebate lo que mas os gusta en el mundo.-miro a Mark con miedo. Parece estar al borde de la histeria y no se que va a pasar.
Es Blaze quien se acerca y lo agarra del hombro. Él tiene una historia similar a la suya, y comprende lo que es ese sentimiento de asco hacia un ser humano, pero es necesario no dejarte dominar por esa necesidad de querer destrozarlo con tus propias manos y enseñarle que eres mejor persona que él sin necesidad de rebajarse a su nivel.
-Mark…-decimos todos.
-Entrenador, chicos, conocer a tantos amigos y que ellos se preocupen así por mi, lo he conseguido gracias al fútbol. Odio a Ray Dark, pero así no se puede jugar al fútbol. El fútbol es divertido, es emoción, es el mejor deporte del mundo, hace que todos estemos unidos compartiendo nuestra pasión alrededor del balón. Por eso, precisamente, vamos a jugar este partido con el fútbol que hemos hecho siempre y buscaremos la victoria todos juntos.-sonríe y me parece la sonrisa más bonita y llena de entusiasmo del mundo.-Porque nos gusta el fútbol.
-Venga, preparaos para el partido.
Salgo corriendo junto a todos hacia los vestuarios, y como de costumbre me meto en el de chicos. Nanai de la china me quedo sola con Byron por los alrededores.
Nos cambiamos todos juntos y podemos observar los hematomas y alguna que otra herida que tenemos por cualquier parte de nuestro cuerpo. Son heridas de batalla.
Cuando estoy a punto de ponerme la camiseta, noto el collar que me dio David cuando casi me marcho y una sonrisa pinta mi cara de nuevo. Se que él me estará viendo y mandándome su fuerza junto a Joe y todos los demás de la Royal Academy. No por nada son los mejores amigos del mundo. Si gano, será gracias a ellos.
Una vez estamos todos preparados, salimos al terreno de juego, el cual impresiona mucho más que antes ya que está petado de personas que aplauden y vitorean.
-¡El instituto Raimon ha conseguido llegar a la final del campeonato nacional después de cuarenta años!¡¿Pero serán capaces de dar un paso más y hacerse con la victoria del Torneo de Fútbol Frontier?!
Evans da su típico discurso de antes de los partidos. Sabe perfectamente que casi no tenemos oportunidad de ganar y que sus técnicas de portero no son efectivas contra el equipo rival, pero en ningún momento ha decidido salir corriendo o abandonar sin antes haber dado lo mejor de si mismo. Siempre será para mi un gran ejemplo a seguir, porque gracias a él recordé lo que era ese deporte y como debía vivirlo.
Nos ponemos a calentar, y mientras le paso el balón a Nathan, un viento revuelve mi pelo dejándome sin visión por un segundo. Cuando aparto todos los mechones veo que son ellos, el Zeus está delante de mis narices y me dan ganas de quitarme una de mis deportivas y lanzarla a la cabeza de quien sea y luego ponerme a gritarles como una energúmena, pero me controlo y solo sonrío cínicamente hacia su capitán.
Byron, que parece que tiene ojos en el cogote, se gira y les lanza a mis compañeros una mirada cargada de burla, porque lo que se dice a mí ni si quiera se a dignado a observarme por una milésima de segundo. ¿Ahora le da la vergüenza?¿Cuando el daño ya está hecho?
El partido está a punto de comenzar y todos nos reunimos en corro para volver a escuchar unas palabras de animo de Mark.
Tiene toda la razón, si unimos nuestras fuerzas seremos invencibles y nos alzaremos con la victoria.
De nuevo, como cuando jugaron contra la Royal, aparece un tío llevando unas tacitas con ese mejunje extraño, el cual se beben sin dejar ni una sola gota. Todos tienen esa chulería que solo alguien con mucho ego puede tener y creo que a más de medio equipo nos dan ganas de quitársela de un sopapo, sobretodo a Kevin que un poco más y le empiezan a salir espumarajos por la boca.
Nos ponemos en fila para que el encuentro de comienzo.
Yo me dedico a analizarlos con la mirada, quiero saber de que pie cojean pero es muy difícil saberlo solo con un barrido visual.
Los capitanes se dan la mano, y puedo notar la tensión acumulada entre esos dos, tanto que me dan ganas de soltar un chiste tonto para ver si acabamos todos riéndonos aunque se que es imposible.
-¡Y finalmente aquí esta la final del Torneo Nacional del Fútbol Frontier!¡Comienza el partido entre el instituto Raimon y el instituto Zeus!-¿Sabéis? Sigo odiando a los comentaristas.
El pitido del arbitro, que no entiendo por qué siempre es el mismo, da paso a que ellos saquen de centro. Se como va esto y de momento me quedo quieta en mi sitio esperando a que Byron haga su gran técnica.
No tarda en ejecutarla ya que en un pis pas le pasan el balón. La “Hora celestial” consigue dejarte inmóvil y no ves cuando pasa por tu lado, simplemente desparece delante de ti y no te das cuenta de como hace eso.
Veo como Kevin y Axel salen por los aires y entonces decido plantarle cara. Quiero saber si esta vez tendrá las narices de hacerme daño, de destruirme tanto que ni si quiera pueda mantenerme en pie.
Me muevo velozmente y consigo llegar hasta él justo cuando sobrepasa a Erick y a Jude. Lo intercepto y no le dejo continuar. Él me mira como si estuviese loca.
-¿Qué haces?-me pregunta.-Apártate.-ordena.
Si me conoce bien debería saber que eso de hacer caso no va conmigo.
-Si quieres pasar, vas a tener que superarme primero.-no me dejo intimidar y busco su mirada.-Hazlo, Byron. Demuéstrame a lo que eres capaz de llegar por ganar.
Ni si quiera intento quitarle el balón. Nos quedamos con la vista puesta en la del otro mientras los segundos avanzan. Si cree que me va a achantar, la lleva clara. Ya no me importa caer al suelo porque se que tendré miles de brazos para pararme y si no lo hacen, me los extenderán para ayudarme a levantarme.
-Quita.-intenta pasar de la manera normal, pero lo paro igualmente.-No puedo hacerte esto…-susurra mientras mira al suelo con frustración.-¡Aparta!-lo estoy obligando, básicamente, a que haga su “Hora celestial”.
-Venga, hazlo. Complácele.-me preparo para el golpe.
Cierro los ojos y cuando puedo volver a abrirlos él ya no está frente a mí. Ni si quiera me giro pero él tampoco me dedica unas palabras como ha hecho con los demás.
Siento mi cuerpo elevarse y a los segundos caigo por alguna parte del campo con un gran dolor en el hombro. Algo en mí se rompe del todo, y no es un hueso, sino algo dentro de mi alma. Por alguna extraña razón, pensaba que no sería capaz de hacerlo.
Sigue con su personaje de soberbio y pasa por encima de los demás con burla. Llega hasta Mark y ejecuta la “Sabiduría divina”, un tiro muy fuerte y a la vez esplendoroso. Claramente, el capitán no lo para y acaba aplastado en la portería junto al balón.
Ni si quiera llevamos diez minutos y ya nos llevan un gol de ventaja.
Todos miran alucinados la potencia de chut que tiene el equipo y como ni si quiera la “Mano celestial” ha sido capaz de retenerlo.
Me acerco deprisa junto a otros hacia el capitán para ayudarle y paso al lado del dios sin prestarle la más mínima atención. Estoy más preocupada de como está la mano de Mark que otra cosa.
-No os preocupéis, pararé todos los demás.-lo miro insegura.
No entiendo por qué nos miente sobre algo de lo que ya sabemos la respuesta. No quiere bajar los ánimos del equipo pero igualmente van a decaer tarde o temprano viendo lo mal que hemos empezado.
Ahora somos los que sacamos, pero siguen riéndose de nosotros. No se mueven y nos dejan pasar tan tranquilos, como si supieran que no podemos hacer nada y que nuestro poder es mínimo en comparación al suyo. Están en un error muy grande, vamos a demostrarles cual es nuestro verdadero fútbol.
Tiran con el “Tornado dragón” pero el portero lo para con una delicadeza que me extraña demasiado. Y ahí no acaba la cosa, el chaval deja caer el balón a los pies de Axel para que vuelva a tirar
-Vamos a demostrarle que ha cometido un gran error al devolvernos el balón.-hago caso a Jude y me coloco en mi posición.
Lanzamos el “Pingüino emperador número dos”, pero lo para igualmente. Gruño hacia mi misma y frunzo el ceño cuando nos da la pelota otra vez.
Ni el “Fénix” sirve para marcar un gol.
Sabía que esto pasaría, por eso tenía un as bajo la manga pero quiero reservármelo para más adelante, ahora mismo el portero tiene demasiada fuerza como para chutar contra él.
Observo con tristeza como derrotan a mis amigos y nos vuelven a marcar un gol. Es peor de lo que me imaginaba, ahora son muchísimo mas fuertes que antes y lo demuestran a cada patada que le dan a la pelota.
Corro hacia Timmy y levanto su pequeño cuerpo entre mis brazos. Le hago un gesto a Celia para que traiga el botiquín porque su pierna no tiene para nada buena pinta.
-Capitán, tenemos que sustituirle.-la chica tiene razón.
-Eso por enfrentarse a un dios.-me giro tan fuerte que casi me caigo hacia atrás.
Miro con asco al chico que ha dicho eso. Estoy dispuesta a salir tras él y hacerle comerse el casco que lleva puesto, pero Jude me retiene y tira de mí hacia el lugar más alejado que encuentra mientras yo intento con todas mis fuerzas librarme de su enganche.
-Lo mato. Te juro que lo mato.-aseguro.-Jude, suéltame. Que le voy a enseñar lo que es tener fuerza.
-A ver, suicida, que si le pegas nos echan.-me explica como si no lo supiera de sobra.
-Ya, ¿y? Nosotros nos iremos pero él, te prometo, que se queda clavado en el campo para siempre.
Me lanza una mirada de que me esté quieta y controle mis instintos asesinos y no me queda otra que hacerle caso. No me hace ilusión pero va a tener que ser así.
De nuevo, veo como Bobby, Max y Todd salen disparados y como nos vuelven a marcar.
Me irrita la prepotencia con la que pasan y tengo un gran control sobre mi misma para no sacar la artillería pesada que tengo, a parte de que no puedo cometer faltas si quiero seguir luchando.
Al notar que los chicos no se ponen en pie enseguida, me preocupo y me acerco. Tenemos otros dos lesionados y veo como la tragedia se cierne sobre nosotros otra vez. No quiero volver a presenciar semejante paliza. Me prometí a mi misma que no dejaría que pasase con el Raimon.
Kevin también acaba en el banquillo y soy yo la que sube a la delantera mientras le dejo mi puesto a Willy.
Lo miro con lastima, no nos va a aguantar ni medio segundo pero le agradezco de todo corazón ese espíritu tan valiente que está poniendo. No pasan ni dos minutos y lo tenemos que llevar en camilla con los demás lesionados y las gerentes.
No nos quedan cambios, así que jugamos los que quedamos. Van cayendo uno a uno y no puedo hacer nada, solo limpiarme las lágrimas que salen de mis ojos por el dolor que me causa verlos rotos. Yo también caigo millones de veces pero mi cuerpo tiene mucho más aguante y me levanto para luchar como una jabata sin ningún miedo.
-¿Todavía quieres seguir jugando el partido?-oigo la voz de Byron a lo lejos.-Si la respuesta es que luchareis hasta el final pase lo que pase, cambiaré la pregunta. ¿Quieres seguir viendo como tus amigos y compañeros caen lesionados uno tras otro?
No pienso dejar que el capitán se rinda a estas alturas, ni por mí ni por nadie. Aún me quedan suficientes fuerzas para continuar y dar todo de mí, porque si hay algo que tengo claro desde pequeña es que nadie podrá pisotearme aunque quiera. No, no voy a volver a caer en esa oscuridad abrumadora. Quiero luchar hasta ganar y volcarme entera hasta quedarme vacía. No dejaré que el Zeus, un equipo entrenado por mi padre, se alce con la victoria. Podré haber perdido batallas pero esta guerra pienso ganarla yo junto a todos los del Raimon. Me levantaré por ellos, por mis compañeros de la Royal, por David, por King, por Julia y por todo el mundo que confía hoy en mí.
No me daré por vencida.
-Ni se te ocurra Mark…-suelto con un hilo de voz mientras me pongo recta.-No dejaré que te rindas por nosotros. Si tú puedes, los demás también.
-¿Por qué estás dudando, Mark?-Axel también está de pie.-Yo voy a luchar. Recuerda que lo he prometido.
-Ellos tienen mucha razón.-ahora es Nathan quien se levanta.-Si piensas que tienes que rendirte para protegernos, estás muy equivocado.
-Tú nos enseñaste a nunca darnos por vencidos pasase lo que pasase.-Jude también quiere seguir con el partido.
-Mark, sigue mostrándonos ese fútbol tuyo que nos gusta ver.
Vuelve a reincorporarse con una mirada llena de energía.
Si todos nos unimos podemos conseguirlo. Si ellos nos marcan diez, nosotros marcaremos once.
Cruzo la mirada con Byron, y no noto ni un poco de culpabilidad en ella. Es más, se ve que está orgulloso del poder que mi padre les ha otorgado y yo no puedo sentir mas repulsión por ello. El chico es bueno sin necesidad de trampas, y sería un digno rival contra el que jugar, pero no, ha decidido escoger el camino oscuro y lleno de problemas que Ray Dark pinta brillante y perfecto. Necesito abrirles los ojos y que vean que eso no es así, que solo son un mero instrumento, un escalón con el que llegar al poder supremo, ese que tanto ansia. En cuanto esto acabe, los tirará como si fuesen un pañuelo usado y no volverán a saber de él en la vida.
Salimos hacia delante con el control del balón sobre nuestras piernas. No se cuanto duraremos esta vez, pero necesito llegar por lo menos hasta la línea defensiva y ver como lo hacen, pero ni si quiera somos capaces de llegar a medio campo sin volver a caer contra el suelo.
Ni si quiera dejo tiempo para sentir dolor alguno y salgo pitando en dirección contraria para hacer de defensa. Ya no vale tener una parte asignada en el campo, ahora toca jugar en cualquier parte donde vaya la pelota.
Nos están presionando demasiado, casi no podemos ni respirar. Intento pararles antes de que lancen la “Flecha divina” pero me derriban muy fácilmente y vuelvo a comerme la tierra.
Levanto la cabeza para ver que sucede y presencio como Evans intenta la “Mano mágica”. Consigue parar el tiro y eso me da energía suficiente para volver a recomponerme otra vez y sonreír como si casi hubiéramos metido un gol. Sé que no está terminada ni mucho menos, pero si solo con esa nimiedad ha parado un chut, no quiero ni imaginar que parará cuando esté completada.
Van a intentar meter otro tiro dentro de la portería, pero no quiero apartar la mirada ya que siento que esto se merece mi atención, no puedo cerrar los ojos y hacer como que nada está pasando. Si soporté lo que les hicieron a mis compañeros de la Royal, también soportaré todo lo que nos hagan ahora.
El balón vuelve a impactar contra el pecho de Mark, y cuando creo que van a volver a chutar, el dios tira el balón fuera y todos los del Zeus se acercan a su banquillo donde les espera el mismo tío raro con el mejunje ese.
Ni si quiera me quiero parar a ver como se lo beben, si no que estoy más ocupada en ayudar a los chicos a levantarse ya que soy la única que de momento está de pie.
Estoy convencida de que no es una bebida normal pero no puedo salirme del partido solo para investigar, así que espero que alguien lo haga por mí. Tengo que confiar en las dotes detectivescas de Celia.
Las chicas han desaparecido y no se donde diablos están, solo puedo pensar que están bien y que saben como defenderse.
Casi no puedo ni moverme, después de ese parón han vuelto con mucha más fuerza y esta vez si que duele de verdad los golpes. Creo que he volado más veces de las que he pisado el césped, y estoy empezando a cogerle asco a las alturas y al viento sobre mi cara.
-¡Ya que el equipo rival no puede seguir jugando, proclamo ganador al instituto Zeus!-las palabras del arbitro me despiertan.
-No, todavía no.-digo apretando los dientes porque me duele hasta la última parte de mi pequeño cuerpecito.-No os dejaré alzaros con la victoria tan fácilmente, Byron.
-Este partido todavía no ha acabado.-es Evans quien me secunda.
-Pero vosotros solos no podéis...-miro mal al señor que tiene el silbato justo en la boca.
-Es que Mark y Adrianne no están solos.-miro con una sonrisa a Blaze.
-Es verdad.-mis ojos pasan por todos los que se van poniendo rectos.
-Todavía podemos jugar.
-¿No te lo acabas de creer, verdad?-le pregunta Sharp al rubio que está con los ojos como platos.-No importa cuantas veces caiga, siempre se levanta. Y cuantas más veces, más fuerte se vuelve. Vosotros no tenéis nada que hacer contra la fuerza de Mark.
-¿Ah, si? Eso lo veremos.-y tanto que lo haremos querido.
Se alza hacia arriba y prepara su “Sabiduría divina”, pero cuando va a lanzarlo contra el capitán, el sonido del final de la primera parte suena y yo dejo salir un suspiro irregular.
Axel es el que me coge en volandas y me lleva hasta el banquillo entre sus brazos. Sabe perfectamente que me quema el cuerpo por el dolor pero que bajo ningún concepto voy a admitirlo.
Le miro y le pongo mi típica cara de “estoy genial, no te preocupes” para ver si cuela y me deja andar por mi misma, pero solo gira su cabeza y me sigue llevando a aúpas.
Nelly nos relata lo que es esa bebida que se toman y soy a la única que no le toma por sorpresa. Es más, cuando dice que se trata del “Néctar de los dioses” un pequeño recuerdo viene a mi cabeza.
Sé para que sirve, y se como se usa y que intervalos de tiempo tiene. De pequeña fui obligada a probarla un sinfín de veces mientras mi padre y unas cuantas personas más me veían entrenar y ejecutar tiros después de cada toma.
Mi cabeza se bloquea y de repente no siento mi cuerpo donde se supone que debe estar. No, esto no puede pasar ahora. No voy a dejarles tirados por nada del mundo. Como puedo controlo mi respiración y abro los ojos para encontrarme con la cara de todos a cinco centímetros de la mía.
Me echo hacia atrás por el susto y luego dejo que mi espalda toque el suelo.
-Esa bebida multiplica tus fuerzas a niveles imposibles.-digo mirando al cielo.-Cuanto más la concentres más dura el efecto. Es una forma de doparse.
-¿Y tú cómo sabes eso?-pregunta Erick con una cara extraña.
-¿No me digas qué…?-se lo que Jude va a decir de sobra.
-Si, yo la he tomado durante mucho tiempo, pero nunca jugué un partido con ella. Fui el conejillo de indias que mi padre usó para el experimento.-me siento y observo sus rostros.
-Eso es horrible.-asiento con la cabeza ante las palabras de Bobby.-¿Pero a qué clase de persona hemos estado obedeciendo durante años, Jude?
-No lo se.-se encoje de hombros mientras niega con la cabeza.
-Bueno, ahora que sabemos su secreto será mas fácil ganarles.-todos centran su atención en mí y en la cosa tan loca que acabo de soltar.-Todavía tengo mucho que mostrarles.
-¡Vamos a darlo todo en el segundo tiempo!-dice Evans con una gran sonrisa.
-¡Si!-gritamos para volver a ir hacia el campo.
Salgo corriendo detrás de Blaze con Sharp y Eagle a mi lado. Como dice el pelo pincho, primero remontaremos y luego ganaremos.
Es él el primero que intenta pasar a uno de ellos, pero como no puede solo los demás también ayudamos. Cuatro personas contra uno, matemáticamente tenemos que poder superarle.
-Es inútil. No tenéis nada que hacer.-dicho esto saltamos por los aires y caemos todos de un solo golpe.
Ni si quiera nuestros defensas con tres técnicas distintas efectuadas a la vez son capaces de parar a Byron, quien va andando tan tranquilo como si fuese por su casa.
Debo ir hasta allí e intentar de nuevo que no nos marquen pero mis músculos no quieren responder a las señales y me quedo tirada por alguna parte del campo. Como puedo me quedo boca arriba y observo como el dios tira innumerables veces contra Mark con cara de frustración porque se levanta cada vez que toca el suelo. Puede que esté lejos pero noto como el rubio tiembla ante la impasibidad del capitán, y eso me causa que una pequeña esperanza viaje por mi cuerpo y lo cure poco a poco. El poder de Mark cada día me hace alucinar más.
-¡No es posible!-grita el de ojos rojos con toda su furia.
Su cuerpo parece ponerse tenso y estoy a un tris de agarrarlo con mi cuerpo para que no se atreva a lanzar un chut más por si es peligroso para él.
Si, es un idiota que obedece a Ray Dark, pero en todo lo que llevamos de partido a sido incapaz de dañarme ni una sola vez, solo cuando yo le he obligado a hacerlo. Mi mente me dice que soy tonta por creer en el chico, pero mi corazón confía en él desde el primer día que lo vio.
-¡Estamos luchando para defender el fútbol que tanto nos gusta!
-¡Capitán!-grito con la suficiente fuerza para que me oiga.
Los demás hacen lo mismo.
-¡Descubre todo el poder de un dios!
Contengo la respiración cuando lo veo saltar con el balón preparado para destrozarnos por última vez.
Justo en ese momento Mark se da la vuelta y mira hacia el lado contrario. Le observo como si se le hubiese aflojado un tornillo porque no se que leches está pensando para darle la espalda al tiro.
Evans saca la “Mano mágica”, y es más bonita de lo que imaginé en un primer momento. Se me saltan las lágrimas de la emoción por verle parar el disparo y tengo que frotarme la cara con el brazo para poder ver bien lo que sucede.
Me tira el balón directo a mí y lo recibo con una gran fuerza. Subo todo lo deprisa que puedo hasta el otro campo y esquivo a cualquiera que se me ponga por delante. Estoy llevando la pelota que contiene todos nuestros sueños, alegrías, tristezas, las horas de entrenamiento, y sobretodo la pasión por ese gran deporte.
Nadie me consigue detener y me la juego usando la supertecnica que ni si quiera sé si está lista para ser usada.
Tiro el balón hacia arriba con una maestría que ni yo misma sabía que tenía y después salto yo y lo chuto mientras pienso en todos por los que estoy haciendo esto. Un gran rayo de luz blanca ilumina la trayectoria por la que se mueve la pelota y deja ciego al portero acabando metido en la red sin mayor problema.
-¡Gol!-grita el comentarista.-¡Adrianne Dark ha ejecutado un tiro fantástico y nuevo!
-Y yo a eso lo llamo “Luz de luna”.-digo con una gran sonrisa hacia los demás mientras me siento orgullosa de mi gran tiro.
Todos me vitorean haciéndome sentir hasta vergüenza por haber marcado un gol.
La cara de los del Zeus es un poema, incluso pagaría por inmortalizar esa escena para siempre.
Mi tiro abre el marcador, pero todavía no hemos ganado. Byron tampoco parece querer darse por vencido y sigue tirando a puerta con la misma fuerza, aunque eso ya no nos intimida para nada y conseguimos marcar otro gol de la mano de Jude y Axel. El tercero lo marco yo de nuevo y el último se lo dejamos a Bobby, Erick y Mark, quienes efectúan el famoso “Fénix” con tanta fuerza que estoy por volverle a cambiar el nombre.
Oigo el pitido que finaliza el partido y la cara que se me queda es una que nadie podrá igualar en la vida. Después de tanta lucha por superarnos lo hemos conseguido. Tenemos la victoria en nuestras manos y eso ya nadie podrá quitárnoslo nunca.
Lo celebro con los chicos de una manera que jamás lo había hecho. Esta vez si que he ganado de verdad, porque a parte de un premio lo que me llevo es una gran amistad con todos mis compañeros y la satisfacción de haber peleado con uñas y dientes por lo que de verdad importa de una maldita vez.
Estoy a lo mío y no noto que Axel está encima de mí hasta que sus labios chocan contra los míos. Le correspondo el beso, este tipo de morreos no hay que desperdiciarlos por nada del mundo.
Al separarnos vemos que el equipo al completo está atentos a nuestra escena de amor mientras se debaten entre alucinar o poner cara de asco.
-¿Sorpresa?-pongo una sonrisilla nerviosa.-Jude, no me mates.-es lo siguiente que suelto cuando me acuerdo que el de rastas está a mi lado.
-¿Sabes que ya lo sabía no?-ahora soy yo la que tiene cara rara.-Son demasiados años a tu lado. Sé como funcionas.
-Oh…-ante mi contestación todos se ríen y yo me acabo uniendo.
Entre tanta emoción no me acuerdo de que los del Zeus siguen estando ahí y cuando los veo me quedo quieta de inmediato. Busco la mirada de Byron pero él la aparta para que no pueda ver la humillación que le supone perder aun teniendo el “Néctar de los dioses”.
Ni quiero ni puedo evitar ir hasta él y extender mis brazos. Él me mira con una ilusión muy mal disimulada y a los segundos está abrazándome con tanta fuerza que tengo miedo de perder algún órgano vital por la boca.
-Lo siento mucho, Adrianne.-le acaricio el pelo para que se relaje.-Yo no quería hacerte daño.
-No lo has hecho.-le digo mientras lo aprieto más contra mí.-Mírame, sigo entera.
-Pero yo quería protegerte porque él…él…-su voz se rompe y veo como sus ojos se cristalizan.
-Da igual, no te preocupes. Lo importante es que los dos estemos bien.-le aparto el pelo de la cara y le sonrío.
-¿Me crees?-si es que a veces los hombres son lerdos.-¿Después de todo?
-Claro.-suelto segura.-A ver, no voy a negar que colarte en mi casa y aparecer por cualquier lugar en la que estaba no era de acosador pero sé que eres una buena persona.
Si antes lloraba ahora parece una cascada humana, y encima me está empapando el hombro. Si esta es su manera de pedir perdón, me vale y de sobra.
-Bueno, bueno, ya está bien.-lo aparto con delicadeza.-Que ya sé que he corrido mucho pero aún me acuerdo de como ducharme sola.
-Perdona.-le dedico una última sonrisa antes de irme con los demás.
Miro hacia lo alto del estadio. Ya no puede tenerme bajo su control, eso se acabó y ahora soy libre para siempre. Mi nueva vida comienza en esos instantes y pienso ser feliz pase lo que pase, porque si hay algo que he sacado en claro de todo esto, es que solo tengo una vida y debo aprovecharla al máximo y dar todo de mí en cualquier cosa que haga. Eso lo aprendí gracias a Mark. No se que haré después pero de momento quiero disfrutar del tiempo que me quede con el Raimon.

Fuerza (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora