CAPITULO 64

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La cara de idiotas que debemos de tener tiene que ser épica. Ya no sé si es que la mala suerte nos persigue o que, básicamente, buscamos problemas como si nuestra vida se mantuviera gracias a ellos.

-Ha llegado el momento de hacer realidad mi propia ambición.-encaro una ceja.

Mi parte sarcástica está queriendo salir.

-¿Ambición? O sea, tú ambición es usar a chavales de dieciséis años para conseguir tener el control en el mundo...-me hago la pensativa.-No le veo yo mucho futuro al plan. Deberías replantearte ponerte a trabajar en la casa del terror, estoy segura de que se te rifarían todos los feriantes.

Recibo una mirada aburrida de su parte mientras todos prosiguen sin hacerme ni caso.

Estoy a punto de hacerme la ofendida cuando Nathan detiene toda mi magistral actuación sacando un balón proveniente de la Academia Alius.

Los chicos, que todavía no se habían percatado de la situación, abren la boca como peces fuera del mar.

-¿Sois conscientes de que lo acabo de decir, no?-les pregunto.-Claro, como no me hacéis ni caso...

Nada. Sin respuesta.

A veces es muy duro vivir con este equipo.

-¿Por qué, Nathan?-dice Silvia dolida.

-Considerarlo un saludo.

Lanza la pelota contra Evans que, por mucho que ponga todas sus fuerzas, no la detiene.

Avanzo y freno el tiro con mi rodilla haciendo que el balón caiga a mis pies.

Tanto los del Raimon como el resto de nuestros antiguos compañeros me miran como si yo fuese el fenómeno más raro que han visto en sus vidas.

Estoy entrenada para parar estas cosas así que no me supone un gran problema.

-¿Sorprendidos?-una sonrisa cínica llena mi cara.-¿A qué esto no lo esperabais?

-No te hagas la heroína ahora.-su personalidad ha cambiado.-Enfrentaos a nosotros.

-¿Qué?

No sé si poner los ojos en blanco por el de pelo azul o por mi propio capitán. ¿Qué pensaba que iban a querer?¿Hacer magdalenas todos juntos?

-¡Chicos esa luz es la Piedra Alius!

-Pero si tendría que estar destruida...

-Oh, sí, os estoy muy agradecido por eso. Gracias a vosotros y a vuestra ayuda he podido librarme de una vez de Astram Schiller y de su ridículo proyecto con el que no iba a llegar a ninguna parte.

-Entonces la explosión fue...

-¡Fui yo! Fue necesario para que la piedra fuese solo mía.-retrocedo unos pasos para tomar distancia. Da miedo.-Es obvio que el señor Schiller jamás comprendió su autentico valor a pesar de que era evidente.-se pone a andar hacia nosotros.-Así que tuve que llegar yo para usarla como es debido y crear unos hipersoldados supremos.-se queda donde el de pelo azul y se apoya en su hombro.

-¿Se refiere a Nathan y a los demás?

-Por supuesto. ¡Ellos son los Emperadores Oscuros!

-A ver tú, loco de la colina, abrevia que no tenemos toda la tarde para que nos cuentes tus historias.-miro mi reloj imaginario que tengo en la muñeca.

-¿A quién llamas tú loco, niñata?

Parece que no me ha reconocido. Que suerte.

-¿Hay alguno más por aquí?-oteo el horizonte.-Lo digo por ir a buscar un bate.

Fuerza (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora