CAPITULO 45

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Ha sido Mark el que nos ha dado la horrible noticia de la marcha de Nathan. Oírlo duele más que verlo en primera persona.
Puedo notar la tristeza de los chicos. En cambio, Aquilina se queda impasible ante sus quejas, se ha revestido de una armadura para que nada ni nadie le haga daño con sus ataques.
Bobby se cabrea tanto que hasta pierde la compostura, algo muy extraño en él.
Nos manda a entrenar sin querer hablar con nadie. Algo totalmente comprensible ya que ella no es la responsable de ninguna de las decisiones que tomemos hacia nosotros mismos.
-Nathan un día volverá con nosotros.-digo mirando el cielo.-Lo sé por la forma en la que hablé ayer con él.
-¿Hablaste con él?
-Sí, lo pille cuando se marchaba y nos despedimos.
Se les cambia la cara. No parece que les haya hecho mucha gracia.
-Pero…
-Nosotras también lo creemos.-me animan las gerentes.
-Venga, vamos a entrenar.-menos mal que Jude no se rinde tan rápido.-Debéis recordar que no estamos jugando al fútbol por la entrenadora. Pensad lo que Mark nos dice siempre, que lo hacemos porque nos gusta el fútbol y si queremos protegerlo debemos vencer a la Academia Alius.
No muy convencidos le siguen como corderitos, con la cabeza gacha y mirando permanentemente al suelo.
Yo también me muevo pero por mi promesa con Axel. Si le dije que le esperaría aquí, aquí me encontrará.
-No puedo entrenar.-dice el capitán con tristeza en la voz.-Ahora no tengo ganas de jugar. Ya no tengo lo que hace falta, así que hasta que tenga ganas encargaos vosotros.
Le miramos atónitos perdidos. Mark es el primero que se levanta después de cualquier duro golpe.
Sharp le sigue pero este se va sin echar la vista hacia atrás.
-Está mal.
-Bravo Einstein, ¿quieres un premio por esto?-respondo a la defensiva
Esto es lo que colma el vaso de mi estabilidad emocional. Llevo una carga pesada encima de los hombros que cada vez va pesando más y más y no parece que pueda dejarla por algún rincón.
Comencé el viaje ocultando toda información sobre la Academia Alius; luego vino la marcha de Axel que me dejó sin un gran punto de apoyo; la lesión de Kevin tampoco ayudó en absoluto al equipo, es más, los desanimó muchísimo haciéndoles creer que no conseguiríamos ser lo suficientemente fuertes; la enfermedad mental de Shawn había sido un quebradero de cabeza, me había pasado día y noche preocupada sobretodo en el terreno de juego; y la duda que Jude había sembrado esta mañana junto con la información que rechacé la noche anterior tampoco están ayudando.
La marcha de Nathan me afectaba como al resto. Para mí se estaba convirtiendo en un gran amigo con el que compartir todo. Justo igual que Erick. Y de golpe y porrazo había decidido apartarse y volver a casa porque no creía en él, no creía en nosotros.
Jude se queda callado como el resto fingiendo que no me ha escuchado. Me conoce al dedillo para saber que cualquier palabra que salga por mi boca en estos momentos no merece la pena tomársela a pecho.
Si fuera por mí, saldría corriendo sin ningún rumbo hasta que las piernas me empezasen a fallar y me obligaran a parar. Pero no lo hago por ellos.
No nos queda otra que entrenar como siempre mientras fingimos que nada ha pasado y todo sigue tal cual era ayer.
Se nos olvida que la realidad a veces no se puede disfrazar.
Corro por el campo con el piloto automático puesto. Ni si quiera presto atención a lo que sucede a mi alrededor hasta que no empieza a tronar y a llover.
Parece una señal divina que nos ha mandado el universo. El tiempo acompaña a nuestro estado de ánimo.
(…)
Subo los escalones que dan a la azotea de dos en dos con todo el equipo a mi espalda diciéndome que tenga más cuidado porque me voy a acabar cayendo.
Alcanzo la puerta y la abro sin miramientos.
Evans está sentado en una esquina sin inmutarse de la cantidad de agua que le cae encima.
Hago el amago de ir a por él con la intención de meterle dentro pero se queda en eso, un amago.
Erick me sujeta del brazo.
Miro a los demás y luego vuelvo la vista hacia él con tristeza. No quiero dejarle ahí tirado, él no lo haría con ninguno de nosotros.
-Pero…-intento protestar.
-Es mejor dejarle solo. Lo necesita.-me responde el americano aún sin soltarme.-Venga, vamos a tomar un té. Te vendrá bien.
No me deja rechazarla. En cuanto nos sentamos en la cocina Darren me pone una taza humeante de té delante de las narices junto a una cucharilla y el azucarero.
-No me apetece.-comento apartando la taza de mí.-Además, tengo que ir a pasar la noche con Shawn.
-Puede pasarla solo. El médico ha dicho que si pasaba algo nos…
-Me da igual.-le corto con un bufido.-Le prometí a Shawn que estaría con él pasase lo que pasase y eso voy a hacer.
-Vale.-Erick me mira mientras reposa su espalda en el respaldo de la silla.-No te pongas así conmigo. Yo no tengo la culpa de nada.
-Lo sé, perdona.-miro el té con una muesca de asco.-¿Vas a obligarme a tomármelo, verdad?
-Sí.-asiente.-Solo quiero cuidarte.
-Sé cuidarme sola.-arquea una ceja sin creerse mis palabras.-Casi. Además, ¿por qué tanto ímpetu en tratarme como si fuese de cristal?
-Porque Axel nos matará si no lo hacemos.-ríe.-Antes de irse nos hizo prometer uno a uno que te mantendríamos sana y salva.
-Axel…-murmuro con una sonrisa.-Como si yo fuese arriesgando mi vida por el mundo…Que cabrón.
-Que bien te conoce.-acierta a decir Eagle.
-Y que lo digas…
(…)
Llego trotando al entrenamiento después de pasar la noche con un Shawn que apenas abre los ojos ni media hora.
No he dormido. Llevo más de veinticuatro horas en pie intentando decidir que momento es bueno para hacerme un test de embarazo.
Ninguno es bueno. Tengo miedo a que salga positivo y vivir en la incertidumbre hasta ahora me ha parecido una opción ideal.
Me implanto una sonrisa y entro por la puerta.
Estoy derrotada pero no quiero hundir más el barco. Suficiente tenemos con Mark ahí tirado como un trapo.
Después del entrenamiento acabo subiendo de nuevo todo el edificio entero para ir a buscar a Evans e intentar que reaccione a algo.
Conforme empujo la puerta es Nelly quien sale disparada hacia fuera llorando.
-Mark.-lo llamo con delicadeza.-Capitán.
Ni si quiera me contesta. Está ahí sentado como un vegetal
-Que sepas que quedarte aquí quieto sin moverte no va a servir de nada.-espero que me hable pero no lo hace. Ni me mira.-¿No vas a hablar? Muy bien, pues lo haré yo.-inhalo y exhalo para calmarme.-A mí también me duele la marcha de Nathan pero no por eso me dejo caer en un vacío oscuro e infinito. Tú mismo me enseñaste que a la vida hay que echarle ganas y que si no luchas por lo que quieres no conseguirás nada. Sí, claro que entiendo que no quieras entrenar, yo tampoco quiero hacerlo, en realidad a ninguno le apetece pero no nos queda otra que entrenar arduamente para derrotar a la Academia Alius y volver a casa. Si no quieres hacerlo por nosotros ahora mismo, está bien, piensa que si los vencemos seguramente Nathan recobre su confianza en el Raimon. Porque este equipo es esto, esperanza y superación.
Conforme acabo el monologo me piro sin volverme a mirarle.
Paso la tarde en el hospital hasta que Aquilina entra en la habitación sustituyéndome durante un rato para que me pueda dar el aire.
Mi melena se agita con el viento y mi cuerpo se relaja escuchando el sonido del mar. Esta ciudad es perfecta para tener una vida tranquila. Es una pena que ahora no pueda ser así.
Agarro el teléfono móvil y marco el número de Axel aún sabiendo que no va a haber una respuesta por su parte. Hace semanas que dejó de dar tono.
Necesito hablar con alguien, contarle mis problemas y recibir palabras de ánimo. No siempre puedo ser una chica sonriente que sale adelante con todos sus problemas. Soy humana y me hundo.
Estoy a punto de llamar a Samford pero después de lo de la Royal Academy Redux, siento que no es lo mejor hablarle sobre mis propias mierdas.
Sigo deslizando el dedo por la pantalla viendo los contactos hasta que me paro en uno que dicta “Byron Love”.
¿En qué momento le he pedido el móvil a este chico? Intento hacer memoria sin éxito alguno.
Recordando el historial del chico, no me extrañaría en absoluto que él mismo lo hubiese añadido sin que yo me diese cuenta.
Bien es cierto que al final lo perdoné pero, ¿es lo indicado llamarle para esto?
Me lo pienso un poco pero al final acabo presionando el botón verde hasta que veo que da tono.
Al tercero su voz aterciopelada suena a través de la otra línea.
-¿Byron?-tartamudeo un poco pero lo consigo corregir aclarándome la garganta.-¿Por qué tengo tu número?
-Oh, bueno…pensé que en algún momento te sería útil y lo guardé una noche que me colé en tu habitación.-me quedo muda mientras el ríe con nerviosismo.-Perdona, Adrianne.
-No, no, si en realidad me vienes de perlas ahora mismo…-le digo con sinceridad.
Mentir nunca me ha llevado a nada.
-¿Pasa algo?-me resulta extraño que estemos hablando tan normal.-Si hace falta voy a donde sea.
-¿Vas a venir hasta Lucky Hill?-cuestiono burlona.
-Si es necesario cojo el tren ahora mismo.-sonrío inconscientemente.
Cuando quiere es una monada.
-No, mejor quédate en la ciudad, dudo que tarde mucho en volver.-cojo aire para lo que voy a soltar.-¿Crees que podrás hacerme un favor?
-¿Después de todo lo que has hecho tú por mí? Desde luego, y no sólo uno sino miles.
En un primer momento mi idea de pedirle que haga de psicólogo particular me parecía buenísima pero ahora que tengo que verbalizarlo suena penosa.
-Mejor dejémoslo.-suspiro.-Los problemas los tengo que resolver por mi propio pie.
-Vamos, que estás realmente jodida y no sabes a quien pedir ayuda. Has pensado que como psicólogo no tengo precio.
Será capullo…Sabe leer a las personas sin necesidad de tener que mirarlas a los ojos.
-Premio para el caballero.-digo sin ánimos.-No puedo más.
-Claro que puedes. Siempre puedes.-afirma.-Te preguntaría que te ocurre pero sé que no te lo voy a sacar ni con alicates así que sólo te voy a dar un consejo. Mira hacia delante, lo que tenga que ser será. Pero no dejes que las cosas malas te opaquen.
-Gracias.-sigo con la vista puesta en el mar.-Y pensaba que vosotros erais un equipo fuerte…No me imaginaba hasta que punto puede llegar la mente retorcida de mi padre.
-¿Tú padre tiene algo que ver en todo esto?-no le veo pero juraría que está con los ojos como platos.
-Sí. Hace poco montó una nueva Royal y metió a dos de mis amigos y a mi hermano. Postizo, por si te interesa.-aclaro antes de que pregunte.-No entiendo muy bien que pretende con todo esto pero como le pille lo desguazo.
-Que raro…Tú queriendo matar a alguien…
Suelto una carcajada relajada. Aunque siga preocupada, gracias a él estoy un poquito mejor.
-Tengo que volver.
-Está bien princesa.-me río ante tal apelativo y cuelgo.
(…)
Ya es de noche cuando entro de nuevo en la habitación, pero Shawn sigue completamente dormido.
Me siento en el sofá incomodísimo en el que duermo y me tapo con una manta que las enfermeras tan amables del hospital me han prestado para que no pase frío en la madrugada.
A no sé que horas me despierto por los incesantes gemidos de mi compañero.
-No, no soy Aiden…-en las tres noches que llevo aquí, esta es la primera vez que habla.-¡Soy Shawn Frost!
Ante tal grito y al verlo incorporarse repentinamente me levanto preocupada.
Le acompaño hasta el baño y dejo que entre solo.
No cierro la puerta del todo por si acaso me necesita en algún momento.
Él, pensando que no estoy escuchando nada, comienza a hablar consigo mismo.
-Soy Shawn Frost, no soy Aiden, pero lo que quieren todos es la fuerza de Aiden que es el delantero. No quieren a Shawn el defensa. ¿Qué puedo hacer?¿Qué puedo hacer?
Un arrebato se apodera de mí y entro al baño decidida a hablar.
Tiene que escuchar algo, aunque no sirva de nada.
-Shawn.-le llamo pero no me responde.-Shawn.-le hago girar con un leve movimiento.
Conforme le veo la cara puedo comprobar que no es él, si no su hermano.
-¿Aiden?-pregunto dudosa.
-¿Y tú qué quieres?-sí, es él. Es la misma personalidad que en los partidos.
-Quiero hablar con tu hermano, no contigo.-se me hace raro hablarle así a la misma persona.
-Ahora no.
-Ahora sí. Y si no te lo diré a ti y santas pascuas.-me mira desafiante y no me queda otra que ser igual que él.-¿No te das cuenta de que Shawn es el único que existe? Sin él, tú estarías olvidado y nadie sabría quien eres. A parte, hasta ahora todos han pesado que era Shawn el que marcaba los goles. El equipo entero quiere a tu hermano, tenlo por seguro.
Veo como se desvanece y el verdadero chico sale a flote mientras me mira desconcertado.
No comprendo muy bien si su expresión es así porque estoy metida en el baño de tíos, porque ha escuchado lo que acabo de decir o, simplemente, porque no sabe que ha pasado.
Sin darle tiempo a reaccionar le cojo de la mano y tiro suavemente de todo su cuerpo para volverlo a meter en la cama.
Necesita descansar.
(…)
Al día siguiente el entrenamiento es un autentico desastre.
Ninguno de nosotros es capaz de hacer algo medianamente bien. Se nos escapa el balón cada tres por dos.
Por mucho que intentemos concentrarnos y hacerlo bien, es imposible.
Jude da ordenes pero ejecutar hasta la más simple hoy está dando problemas. Si no falla uno, falla el otro y así no se puede hacer nada.
Sharp y yo ponemos todo nuestro empeño en conseguir sacar algo de provecho. Nos inventamos mil y una formas de mantener a los demás ocupados para que no piensen en Mark o en Nathan.
Le lanzo la pelota a Todd pero este ni la ve y acaba saliéndose del área de juego perdiéndose detrás de una portería vacía.
-Pero Todd…-voy hasta él.-¿Qué te pasa? Eres el que está más alicaído. ¿Es por Nathan? Bueno, sé que volverá.
-¡Pudiste haberle detenido y no lo hiciste!-me chilla de repente y sin venir a cuento.
-No tenía el derecho de retenerle contra su voluntad. No mando sobre nadie y cada cual es libre de hacer lo que quiera y…-intento defenderme pero no me deja ni acabar la frase.
-¡Tú tienes la culpa de todo esto!-ante tal acusación me quedo muda. Mi cara arde y los ojos se me empañan.-¡Desde que llegaste todo han sido problemas!
-Todd, eso no es verdad.-me defiende Bobby.-Ella no tiene nada que ver en todo esto.
Que equivocado estás querido amigo.
-¡No!¡¿No os habéis dado cuenta que desde que nos saludó por primera vez estamos metidos en una espiral de infortunios?! Que si Ray Dark, que si el Zeus, que si ahora los extraterrestres…
-Tío, te estás pasando.-le advierte esta vez Tori.-Adrianne no ha hecho nada.
-¡Exacto!¡No ha hecho nada cuando podía haberlo hecho!
Veo como esta vez va a ser Sue quien le cante las cuarenta. A ella lo de dialogar normal no le va mucho pero me adelanto y le corto con un movimiento de mano.
-Chicos, tiene razón, es mi culpa…Lo siento.
Dicho esto me voy del campo con la cabeza gacha para que nadie pueda ver mi sufrimiento y las lágrimas que me recorren las mejillas como riachuelos.
No tengo un rumbo, sólo quiero alejarme y que no me encuentren en una buena temporada.
Cuando creo que ya estoy sola freno. Pero enseguida alguien me abraza por detrás y apoya la cabeza en el hueco entre mi hombro y mi cuello.
Su calor corporal se transfiere al mío, el cual está completamente helado, y enseguida me siento más calmada.
Es Erick el que está aquí conmigo y el que no tarda en buscar mis manos para meterlas entre las suyas.
Puedo notar su respiración chocando contra mi piel desnuda y el palpitar de su corazón en mi espalda.
Sin decir ni una sola palabra y quedándose así durante unos cuantos minutos consigue que dejen de caer de mis ojos gotitas húmedas.
-No nos gusta verte así.-me susurra.-Todd no tiene ni idea de lo que está diciendo, sólo le duele la marcha de los chicos.
-Lo sé, pero no me mientas y me digas que no podía haberlo hecho entrar en razón.
-¿Y qué ibas a hacer si no?¿Atarlo en una silla hasta que se le pasase?-ante tal idea suelto una leve risa.-¿Ves? Estás mucho más guapa así.-se me suben los colores de inmediato.-Hombre, y sonrojada ya ni te cuento.
-Idiota.-le digo con cariño.-Gracias.
-De nada.
(…)
Un día después mi estado de animo va a peor ya que descubrimos que Todd también se ha pirado y eso sienta como un jarro de agua fría a todo el mundo.
Genial, simplemente genial.
Para una vez que conseguimos que el capitán baje sólo es para leer una carta que nos ha dejado nuestro compañero. Me pide perdón por lo que dijo, pero eso ya es redundante y me importa un pepino.
No salgo corriendo pero dejo de estar presente de espíritu en cualquier cosa que hagamos, incluso comer se me hace pesado y aburrido. Siempre acabo por dejar medio plato lleno.
La teoría de Jude está cobrando cada día más sentido en mi mente. Tengo que resolverlo ya.
Me levanto de la mesa como alma que lleva el diablo y les lanzo una mirada siginificativa a las chicas.
Estas vienen detrás de mi hasta el baño intrigadas por saber que me ocurre. Una vez entramos cierro la puerta y echo el pestillo.
-Tengo que contaros algo.-suelto sin rodeos.-Hay una ínfima posibilidad de que esté embarazada.
-¡¿Embarazada?!-Tori y Celia gritan y las otras dos corren a taparles la boca.-Lo sentimos…
-¿Estás segura?-pregunta Nelly.-¿Hace cuanto que no te baja la regla?
-Más o menos una semana…
-Eso puede ser estrés o cualquier cosa.-se lleva una mano al mentón.-Pero si quieres quedarte tranquila hazte la prueba y ya está.
-¿Y de dónde sacamos la prueba?-Silvia pone sus brazos en forma de jarras.-No vamos a poder salir sin una excusa y…
-La tengo aquí.-saco un paquete del bolsillo de la sudadera de Samford.
-¿Cómo has…?
-Lo robé en el hospital.-sonrío avergonzada de mi acto.-He tenido tiempo para todo. Shawn es como un tronco.
Todas salvo Sue niegan con la cabeza.
-¿Y tú novio no debería estar presente?-esta chica tiene un serio problema con los novios.-Tal vez decírselo no estaría de más.
-No tengo novio.-le explico.-Además, no sabemos dónde está.
-Pues vaya…-suspira.-¿Y era guapo?
-No estamos aquí para eso.-murmura Tori entredientes.-Hazte la prueba y sal de dudas. Será lo mejor.
-Y, ¿cómo es que te ha entrado esta duda tan de repente?
-Jude.-resoplo.-Siempre tiene que hablar más de la cuenta.
-Mi hermano es idiota.-resume Celia.-Seguro que saldrá negativo.
Me quedo callada unos instantes tras sus palabras. ¿Quiero que salga negativo? No he pensado en nada sobre el tema. Siempre que me ponía en la tesitura me imaginaba con un bombo, así que había preferido no darle vueltas a que haría. Pero jamás me había planteado si era un alivio que no estuviese embarazada.
-¿Quieres que salga positivo?-todas me miran con la cabeza ladeada pensando que estoy loca.
-No.-niego.-Sería un gran problema.
Eso es cierto. En estos momentos y con mi edad sería perderme muchas cosas.
-Voy a hacerme el test.
No doy más titubeos.
Me siento en el váter dispuesta a mear encima del palito. Cuando acabo dejo el test de nuevo metido en la caja y miro la hora del móvil.
-Tres minutos.-recuerda Silvia.
Va a ser la espera más larga de mi vida.
-Quiero que sepas, que si es positivo, vamos a estar…-me dice Nelly frotándome los brazos.
-Lo sé.
-Pase lo que pase.-añade Celia.
-Así tengamos que matar a Axel.-ríe Tori.
-Eso. Así voy practicando para cuando mi cariñín y yo tengamos hijos.
Todas soltamos una risa. Ella a lo suyo.
Los minutos pasan lentos pero acaban pasando.
-Ya han pasado los tres minutos.-Silvia mira su reloj.-Venga, Adri.
Cojo la caja con fuerza pero enseguida las manos comienzan a temblarme.
-No puedo.-le paso la caja a Tori.-Dímelo tú. Yo no puedo mirarlo.
Tori suspira y abre la caja con tanta calma que me da envidia. Mira por un segundo las instrucciones y luego levanta el predictor entre sus dedos.
-¿Qué pone?-pregunto nerviosa dándome la vuelta para no ver nada.-Dime que pone.
-Esto…
-¡Dios santo!¿Qué ha salido?-me giro y le arrebato el cacharro.
Lo miro por un par de segundos percatándome de que sólo hay una raya.
-¡Hay una raya!-exclamo entusiasmada.-¡No estoy embarazada!¿Por qué tardabas tanto en decírmelo?
-No sé. Pensaba que cabía la posibilidad de que si quisieras estarlo…
Suelto una carcajada contagiando a todas.
-¿Os imagináis? Un mini Axel correteando por el campo de fútbol…-vuelvo a reír.-Creo que con uno suficiente por el momento.
(…)
La entrenadora nos reúne, o eso supongo cuando nos concentramos todos en un mimo punto.
-Voy a sacar a Mark del equipo.-vale, bien. Gracias por hacer algo que ya sabemos.-Y con los jugadores que nos quedan, buscaremos un nuevo partido con la Academia Alius. Jude, a partir de ahora tú serás el nuevo capitán del equipo. Buena suerte.
-Rechazo el puesto. Mark Evans es aquí el único capitán del equipo. Sabemos muy bien que se recuperará de esto.
-Bien chicos, mañana saldremos de aquí y si alguien no viene, buscaré otros jugadores para sustituirle. Recordar que sólo me interesa derrotar a la Academia Alius.
Esto es una clara vendetta ante lo que algunos le han dicho.
Alguien golpea mi hombro y giro la cabeza para ver quien a sido.
Es Erick, que me mira con una sonrisa y luego se le une Bobby.
-¿Contenta por no estar embarazada?-susurra para que el resto no le oigan.
Pongo los ojos como platos y les miro a ambos.
-¿Qué?
-Nos has escuchado.
Pongo los ojos en blanco al averiguar que han hecho.
-Sois unos cotillas.-les echo la bronca a medias.-Espiar a través de las puertas está muy mal.
-Y no contarnos estas cosas también.-me rebate Bobby en broma.-Anda que…
-¿Le hacemos cosquillas para darle su merecido por no confiar en sus mejores amigos?-miro a Erick como si estuviese loco.
-Por supuesto.
Se abalanzan sobre mí y cada uno es el encargado de una parte de mi cuerpo.
Intento resistirme pero es tan imposible que me acabo carcajeando como una histérica sin freno.
La verdad es que no se que haría sin ellos. Son los mejores.
(…)
Se nos ocurre que la mejor idea para hacer que el capitán reacciones es que vea a Darren luchar por lo que una vez hizo.
Tras hablarlo con él nos ponemos a ello, lanzando una y otra vez entre Sharp, Eagle, y yo.
Es igual que hace un tiempo. Él tiene el mismo espíritu de no rendirse que Evans.
Tras conseguir parar uno de mis chuts me alegro tanto que me tiro encima del portero como siempre hago.
Parece que nuestro plan surge efecto y acabamos oyéndole decir que lo perdonemos, que nunca más lo volverá hacer.
También tenemos una sorpresa inesperada. Darren nos ha pedido que le dejemos unirse y eso anima más a nuestro capitán.
Shawn también vuelve el mismo día que nos vamos, mientras todos calentamos para empezar con el entrenamiento que tenemos pendiente antes de partir.
Mientras hablamos con él y charlamos animadamente el móvil de Aquilina suena.
-Al parecer en las Islas del Sur hay un jugador al que llaman “El delantero de fuego”.
Con esa información mis ojos brillan y mi corazón estalla en alegría.
¿Puede significar eso que Axel está más cerca de lo que imagino?¿Quién si no tendría ese sobrenombre?
Soy la primera que sale pitando a la caravana dispuesta a partir ya de ya. Cuanto antes lleguemos antes podré comprobar que se trata de él.
Si eres tú, Blaze, mándame una señal, por favor.

Fuerza (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora