CAPITULO 34

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Nos pasamos el día siguiente al completo metidos en el autobús rumbo a alguna parte incierta de la península.
He dejado mi sitio entre Mark y Nathan para volver a ocupar el asiento de siempre, con la leve diferencia que ahora a quien tengo a mi lado es a Shawn y no a Axel.
Niego varias veces con la cabeza mientras escucho el quinto tono de la llamada. No me van a contestar.
Llevo la mayor parte del viaje intentando contactar con David o King pero no dan señales de vida ninguno de los dos.
Tanto Jude como yo nos hemos dejado los dedos marcando su número como cincuenta veces cada uno y nadie nos ha respondido ante tal ataque masivo de llamadas.
Puede que estén cabreados porque durante todos los días que nos hemos pasado con el Instituto Alpino no nos hayamos parado a pensar en ellos, pero era más importante pararle los pies a Janus y su séquito.
Otra vez me salta el contestador de voz.
Dejo caer mi cabeza en la ventanilla y cierro los ojos mientras suelto un suspiro. ¿Y si les ha pasado algo y yo estoy aquí sin hacer nada?
Quiero pensar que tan sólo es una tontería que se resolverá en cuestión de horas pero mi corazón no lo siente así.
(…)
Alguien me balancea suavemente y yo abro los ojos con pesadez. Me he quedado dormida y no me he dado ni cuenta de que hemos parado en lo que parece una especie de tienda en medio de la carretera.
Me estiro y bajo detrás de Sharp para juntarme con los demás, quienes me esperan tomándose un refresco.
Me tienden uno a mí también y lo acepto de buena gana, después de pasarme media tarde sobada tengo la boca un poco pastosa.
Resulta que Épsilon ha avisado que atacará en la escuela Claustro Sagrado en Kioto, por lo que ese es el destino que tenemos ahora.
El nombre no se me hace desconocido y, como explica Aquilina, es un equipo que fortalece cuerpo y mente a la vez. Aunque no hayan ganado ningún partido de competición, si decidiesen apuntarse al Torneo Frontier, serían unos de los candidatos a llevarse el primer puesto.
-Así que piensan atacar a los equipos con alguna fuerza oculta.-digo mientras bostezo.-Será interesante averiguar que pretenden.
-Pareces muy motivada a derrotarles.-Erick me mira con una sonrisa.
-Solo lo hago para volver a casa lo antes posible.-explico seria.-Necesitamos tener un ritmo de vida normal, por lo menos yo.
-¿Sigues preocupada?-esa es la voz de mi ex capitán.-Estarán bien, no le des mas vueltas.
-¿Cómo quieres que esté tranquila si llevo intentando localizarlos un día entero?-no es normal que no contesten a nada.-Estoy segura de que les ha pasado algo…
-Que no, mujer.-Bobby me abraza por los hombros.-Igual están ocupados haciendo algo.
-¿En un hospital?-pregunto escéptica.
-Sea lo que sea será una chorrada, estoy seguro.
-Si tú lo dices…
Nos pasamos la noche en movimiento, por lo que dormimos todos juntos como podemos ya que no hay tanto espacio como parece.
No entiendo como el señor Veterán aguanta el trote que llevamos con la edad que tiene. A veces temo que de un volantazo y nos estrellemos contra otro conductor.
Todos están sumidos en un sueño profundo mientras yo me dedico a mirar el cielo nocturno como si nunca lo hubiese visto en mi vida. Es simplemente maravilloso y siento una gran paz cuando lo observo.
Vuelvo a revisar la bandeja de llamadas, sigue sin haber ni rastro de ninguno de esos dos.
Estoy por anunciar que me marcho temporalmente del equipo para volver a la ciudad a buscarles, pero viendo como están las cosas ahora no puedo irme y dejarles tirados, aún más cuando le prometí a Blaze que lo esperaría aquí tardase lo que tardase.
(…)
Nada más llegar al lugar de destino, nos encontramos con un socavón en el suelo de un tamaño considerable. Sin duda Épsilon ha estado aquí y a dejado la huella de la Academia Alius. La gente no parece ni inmutarse y siguen a lo suyo como si no les hubieran amenazado con destruirles por completo.
No sé que té tomarán pero quiero cien garrafas de eso para poder ser igual que ellos. Necesito esa paz interior.
Tenemos como misión encontrar el club de fútbol pero Frost se adelanta a todos. Nos lo encontramos hablando con unas chicas, que lo miran como si fuera la octava maravilla del mundo, mientras este recopila información.
El sitio mola bastante. Son pequeños templos antiguos que dan una sensación de paz que ningún otro sitio ofrece. A parte, la gente no grita ni habla con un tono elevado. Es todo tranquilidad y armonía.
Por fin encontramos el club del equipo. Entre que son todos los edificios iguales y que no conocemos el lugar, hemos tardado un rato en averiguar cual era.
El capitán sale corriendo con todos los demás a su espalda, sin contarnos a Jude y a mí que vamos andando porque no es que tengamos prisa.
Mark se resbala y uno tras otro se van tropezando con los que se han caído y acaban tendidos en el suelo formando una montaña humana.
Me muerdo la lengua para no empezar a reírme pero en realidad ha sido una caída de lo más graciosa.
Los ayudo a levantarse. Conforme pongo en pie a Willy este empieza a quejarse de su tobillo y no me queda otra que avisar a Celia para que haga algo.
Mientras, Shawn se queda a mi lado viendo que tiene en realidad el chico.
-No pasa…
-¡Claro que pasa!-señala su pie con energía.-¡He oído un crujido!¡Me ha crujido algo!
-Lo siento mucho…-pobre Jack. Está preocupado porque literalmente lo ha aplastado.
-No te preocupes que yo lo arreglo.-le digo con una sonrisa mientras cojo del botiquín una venda.-Arreglado.-se la meto en la boca para impedirle hablar y me sacudo las manos orgullosa.
Tanto la morena como el de pelo plateado me miran con los labios apretados para no reírse mientras Glass dice cosas imposibles de entender.
Seguramente no se haya hecho nada pero como es un quejica nato pues hay que aguantarle cada vez que le pasa una nimiedad como esa.
Resulta que se han resbalado porque algún listillo ha echado cera en una parte del suelo. La broma no está nada mal.
-Así aprenderéis.-se ríe un chico que puede tener nuestra edad, igual un par de años menos.-Esto os enseñará a no daros tantos aires de grandeza por haber ganado el Frontier.
-Oye, te vas a enterar de lo que es bueno.
Tori da un salto para ir tras él pero en cuanto lo hace se oye un estrepitoso ruido.
Me apoyo en la barandilla y miro abajo para ver a la pelirroja metida en un hueco hecho en la tierra que debía de estar tapado para que nadie lo viese.
El niño vuelve y le hace burla mostrándole su culo.
Se oye un voz y el niño al oírla sale corriendo para que no lo pillen.
-Os pido disculpas.-nos dice otro chaval.-Habéis sido victimas de las travesuras de uno de nuestro equipo.
Por lo que veo el chico es del club de fútbol, y ese crío debe pertenecer a él.
-Se llama Scott Banyan y es un chico muy problemático.-nos explica. No hace falta decirlo para comprobarlo.-Piensa que todos los que le rodean son sus enemigos, por eso decidimos que en vez de hacerlo entrenar lo primero sería que controlase sus ánimos y su genio así que le hicimos repetir su entrenamiento desde el principio. Hemos intentado explicárselo pero Scott cree que le estábamos atormentando por gusto y se ha propuesto vengarse con sus travesuras.
-Pues menuda joya de crío.
-Y que lo digas…-me rasco la nuca.
Esto que nos ha hecho a nosotros es solo una cuarta parte de lo que tiene.
-Me produce una gran vergüenza que pueda haber gente tan egoísta.-me giro para ver a Willy y me lo encuentro siendo masajeado por mi amigo regordete.-Uy, si, Jack ahí, ahí, un poco más a la derecha.
-¿A ti no te dolía el tobillo?-le pregunto con mala baba.-Que yo sepa la espalda la tenías perfecta.
-Esto…Sí, sí, ¡qué dolor!-suelto un bufido.
Este también es cómo para darle de comer aparte.
-¿Por qué no es capaz de confiar en sus compañeros? Es que no lo entiendo.-dice Silvia.
-Cuando era muy pequeño fue abandonado por sus padres.-me quedo helada al oírlo.
Pobre chico, eso no es nada bonito.
Este tema toca de lleno a Celia y a Jude. Bueno, sus padres murieron en accidente pero al fin y al cabo los dejaron solos ante un mundo lleno de peligros y acabaron en un orfanato a la espera de que alguien los adoptara.
Podría decirse que en cierta manera a mí también me toca el tema pero hay una pequeña diferencia, yo nunca conocí a mis verdaderos progenitores y sé que mi familia, la cual debería haberme acogido, sigue por algún punto de Italia viviendo tan felices.
(…)
El capitán del club nos dice que no tienen la menor idea de luchar por proteger su escuela, dejándonos a cuadros. Tienen la intención de explicarles su punto de vista y que les hagan caso. Ilusos cuanto menos.
La verdad es que son un poco raros y tienen una filosofía de vida que no acabo de ver clara.
Sin mediar más palabras con nosotros nos dejan ahí para irse a entrenar con toda la calma del mundo.
Aquí nadie nos hace ni caso, así que volvemos al autobús para preparar la cena.
Mientras echo un cable a la chicas con la cena, escucho a mi compañero de gafas repitiéndome una y otra vez que le pida disculpas por no creerle cuando en realidad tiene un esguince en el pie izquierdo.
Hago oídos sordos y sigo yendo de un lado para otro haciendo la cena pero él no se da por vencido y me persigue allá a donde yo vaya.
-Me merezco una disculpa por tu parte al no haberme hecho caso. Podría ser incluso peor.-dice con aires dramáticos.
-Mira.-lo amenazo con el pelador.-Como no te calles te juro que te rapo el pelo con esto.
-Solo digo…
-No, no dices ni mu. Te vas a quedar calladito y sentado en alguna parte donde yo no te vea para que no me den ganas de estamparte una olla en la cabeza. ¿Entendido?-le espeto ya sin paciencia alguna.
Este va retrocediendo hasta irse de mi campo de visión. Dios mío, que niño más cansino.
Me junto con los chicos para charlar de cómo ayudar a los del Claustro Sagrado, quienes han pasado de nuestras advertencias.
La única solución que Mark da como valida es hacer más entrenamientos especiales.
Yo me quiero morir.
-Pues hay que ir buscando un sitio porque…
-Yo conozco un lugar.-dice Shawn a nuestras espaldas.-Estas chicas me han dicho que en la rivera del rio tiene un sitio para jugar al fútbol, ¿verdad?-las mira con una sonrisa y ellas se deshacen.
-A estás les hace palmitas lo que yo os cuente.-es guapo pero tampoco es para mirarlo de esa manera.-Mirar que cara le ponen, si parece que se van a derretir en cualquier momento.
-Adrianne, tía.-me da un codazo Erick.-Que te van a oír.
-Nada, están demasiado pendientes en Shawn como para darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor.-río.-¿Si les tiramos algo creéis que lo notarán?
-No lo sé, pero tú por si acaso no pruebes.
-Aguafiestas.
(…)
Es de noche y para variar yo no consigo coger el sueño así que miro el cielo nocturno y las estrellas.
Mi padre decía que desprendía un brillo especial al igual que ellas. ¿Lo habré perdido al hacerme mayor? No tengo ni la menor idea.
Oigo un ruido afuera y, por el rabillo del ojo, veo como Jude se incorpora.
A su hermana le ha dejado tocada el tema del abandono del crío ese y seguramente tampoco pueda dormir.
-Deberías ir a hablar con tu hermana.-le digo mientras sigo a lo mío.-Está fuera, la he visto pasar hace un momento.
-¿Tú no tendrías que estar dormida?
-Ese no es el problema que tienes que resolver ahora. Venga, que te necesita.
Escucho sus pasos y como sale de la caravana. Van a necesitar un rato.
Al cabo de un buen tiempo me decido a salir yo también. Hace una hora que no les escucho y me empiezan a preocupar. No hay nadie, el lugar está vacío así que sobreentiendo que se han marchado a dar un paseo para no despertar a nadie. Celia a veces puede ser un poco escandalosa.
Giro sobre mis talones dispuesta a volver dentro a intentar sobar cuando un ruido no muy lejano me hace ponerme en guardia.
Me quedo quieta queriendo averiguar que es. Controlo mi respiración para oírlo con nitidez. Alguien susurra mi nombre por alguna parte de las inmediaciones.
Aún sabiendo que es una locura, me pongo a buscar a la persona que me llama. Voy por los alrededores pero no encuentro nada ni a nadie. El murmullo debe viajar por el aire y me está despistando.
Sólo me queda como opción acertada meterme en el bosque.
Es de noche y estoy sola pero no me importa mucho lo que me pueda pasar. Me adentro entre los árboles y percibo una sombra acercándose.
Está demasiado oscuro como para diferenciar de quien se trata pero el crujido que hacen sus zapatillas al pisar no dejan lugar a dudas de que anda directa hacia mi posición.
Cuando está a menos de diez metros de mí logro diferenciar con exactitud su silueta. Es un chico.
Ahora es cuando comienzo a sentir miedo.
-¿Quién eres?-no recibo contestación.-¿Quién eres?-vuelvo a repetir con el mismo resultado.
Doy media vuelta para volver con los demás. Ha sido una mala idea venir hasta aquí sola y en plena madrugada.
El individuo frena mis pasos agarrándome del brazo con fuerza y tira de mí hacia su cuerpo. Me tiene bloqueada y por mucho que tire no consigo deshacerme de su agarre.
Me tapa la boca con la mano sobrante y siento como huele mi cuello para después apoyar la punta de su nariz contra este.
-Déjame.-intento hablar con una mezcla de terror y nerviosismo por su cercanía.
No me hace caso, sigue en la misma posición mientras me mantengo paralizada.
Estoy a punto de ponerme a llorar cuando me da un beso en la cabeza y me suelta del todo.
Me quedo shockeada durante unos segundos, los mismos que él aprovecha para salir corriendo.
¿Qué ha sido eso?
Sin procesarlo del todo vuelvo a la caravana. No quiero darle importancia ya que esto ha sido lo más normal que me ha pasado desde que empezamos esta historia de los extraterrestres pero aún de todos modos tengo que controlarme para no abalanzarme sobre los chicos y gritarles que hay alguien raro en el bosque.
Durmiendo se pasará todo.
(…)
Creo que el total de horas que duermo no es equivalente a las horas que paso despierta.
Abro los ojos con el primer rayo de sol y me levanto con pesadez. Me visto con lo primero que pillo junto a la sudadera de Samford y salgo a dar un paseo por dentro de este lugar tan bonito.
Mientras camino vuelvo a marcar el número de mis dos amigos pero siguen si cogerme. Doy un suspiro y continuo hasta llegar al campo de fútbol, donde me encuentro con el señor Veterán y el chico travieso con un balón.
Por lo que parece, Scott tiene que quitarle la pelota a nuestro conductor pero le está costando más de lo que creía. A pesar de eso no se da por vencido y prueba y prueba.
Acabo por acercarme, parece entretenido.
-¿Cuánto lleváis haciendo esto?-pregunto mientras me siento con Celia y el hombre en el suelo.
-Dos horas.-me contestan.
-Vaya, pues si que tiene aguante…-dirijo mi mirada al chico.
Está venga a dar gritos para que vaya otra vez con él a seguir haciendo lo mismo. Menudo elemento está hecho.
De repente, una niebla negra lo cubre todo. Esta vez soy la única del Raimon que lo tiene delante.
Por suerte, los del club de fútbol del Claustro Sagrado vienen corriendo y no me siento tan desprotegida.
Se niegan en rotundo a jugar contra ellos. Siguen con el mismo pensamiento de ayer.
Como respuesta tiran el balón negro destrozando uno de sus tan bonitos templos haciendo que reaccionen y acepten luchar.
Me quedo con los chicos presenciando los grandes movimientos que tienen, pero eso no basta para vencerles porque en seis minutos contados, acaban tirados por los suelos como nos pasó la primera vez a nosotros.
Veo como levanta el balón para acabar de destruir su instituto pero Mark no se achanta y propone que jueguen contra nosotros.
Genial, vamos a volver a ser papilla.
Como nos falta Willy, que sigue lesionado, jugamos con un jugador menos y eso al equipo no le parece del todo bien.
-No os pongáis nerviosos.-les pido.-Total, Glass tampoco es que hiciese grandes cosas.
-¡Eso no es verdad!-me recrimina desde el banquillo.-Yo he aportado mucho a este equipo porque sin mí…
-¿Por casualidad no tendréis cinta de carrocero, no?-les pregunto a los del Claustro.
-Esperad un momento.-nos dice Celia mientras se mueve con gran velocidad.
La hermana de Jude ofrece que metamos en el equipo, temporalmente, a Scotty Banyan, el crío travieso.
Este la mira con una cara que refleja que ni de coña se atreve a enfrentarse a Épsilon, y no le culpo. Da un miedo que te cagas después de visto lo visto.
Mark acepta y Aquilina también lo aprueba. No hay más narices, juega quiera o no.
-No, no, yo…-el chico niega repetidas veces con la cabeza.
-Yo confío en ti, Scotty.-levanta la cabeza y la mira perplejo.-Y como lo hago, sé que lo harás estupendamente.
-Sí, te he visto y sé que tienes talento.-ya que estamos, le animo yo también.-Y si la lías, tranquilo. Que aquí tampoco es que seamos buenísimos en todos los sentidos.
-Eso dilo por ti.-pongo los ojos en blanco.
Últimamente Glass me toca mucho la paciencia delicada que tengo.
-A este no le hagas caso, sólo es excelente en tocar las narices al personal y ser insufrible.
-Lo he visto.-ríe.-Igual alguna broma no le vendría mal…
-Cuando quieras.-le susurro mientras le guiño el ojo con disimulo.
Tengo la certeza de que vamos a perder, así que da igual. Puede que con este chico incluso lleguemos a hacerlo mejor.

Fuerza (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora