CAPITULO 37

648 44 3
                                    

Por mucho que quiera pararlo no me va a dar tiempo.
Cuando consigo llegar a David él ya está gritando de manera desgarradora. Sólo puedo abrazarle en un intento de apaciguar el dolor.
Esa supertecnica es demasiado fuerte. Los músculos de un cuerpo normal no pueden soportarlo.
-¡Maravilloso!-exclama Caleb orgulloso del gol que acaban de meter.
-¿A esto lo llamas maravilloso?¿A ver cómo alguien se destroza el cuerpo por simple poder?-cuestiono mientras intento parar el dolor en Samford.
Mark debe de estar en un caso parecido pero hay más personas para preocuparse de él. Sólo echo una vista rápida hacia atrás para comprobar que no se esté muriendo.
-¿David, tú?¿Pero por qué?-pregunta Jude a mis espaldas.
Conforme se recupera me aparta de un empujón. Tengo que hacer uso de mi equilibrio para no caerme de culo.
-¿Habéis visto? Este es mi Pingüino emperador número uno.
-No vuelvas a utilizarla otra vez. Es una supertecnica prohibida.
-No debes volver a hacerlo.-le digo con seriedad y mirándole sin apartar ni un solo momento la vista de sus torpes movimientos.
-¿Os asusta ver que tengo una técnica que me permite estar a vuestra altura?
¿Todo este tiempo se ha pensado qué era menos que nosotros?
-¡No es eso!¡¿Es qué no sabes que si utilizas esa supertecnica te puedes hacer daño?
Somos el punto de mira de los demás. Quieren saber que diablos acaba de pasar.
-La derrota no vale para nada.-echa a andar como puede. Dudo que no le duela nada después de ese chut.-Utilizaré esta supertecnica todas la veces para ganar.
-¿Y cuándo te quedes sin poder jugar que harás, eh, Samford?-ni si quiera se gira.
Solo se ríe y sigue a lo suyo. Es un cuerpo sin alma, sólo rencor y dolor.
Si nadie se encarga de mi padre lo haré yo misma. Me da igual que me metan en la cárcel o en un reformatorio, solo quiero que pague por lo que ha hecho hasta ahora.
Parece qué lo único que es capaz de moverle es el poder y el gusto de ver como su hija, la niña a la que ha cuidado, sufre viendo como destroza uno a uno a sus amigos y gente mas cercana.
Esto no tiene perdón y me da igual cuantas veces me lo pueda repetir, no quiero volver a saber nada de él en lo que me queda de vida después de esto. Ha sido la gota que ha derramado el vaso.
-¿Por qué es una supertecnica prohibida?-la voz del capitán me hace volver a la realidad.-¿Y por qué puede hacerse daño si la usa?
-Verás, el Pingüino emperador numero uno es un remate creado por Ray Dark. Es una supertecnica muy poderosa pero provoca un intenso dolor en todos los músculos del cuerpo. Cuando vimos el enorme esfuerzo que suponía para el jugador que la utilizaba, decidieron prohibirla.
-Si la utilizas dos veces, a lo largo de un partido, es…el límite.-le sigo yo.
-A la tercera no podrás jugar al fútbol nunca más.-Evans da en el clavo.
-Escucha, Mark.-sé de lo que le va a advertir Sharp.-Si intentas parar ese remate por segunda vez, no volverás a levantarte.
-Ya sabemos cual es nuestro plan. Que no le pasen el balón a Samford.
Los chicos deciden alinearse de nuevo pero yo sigo en la línea de fuego. No pienso dejar que roce la pelota ni si quiera con la punta de sus zapatillas.
Ya lo he hecho muchas veces anteriormente, y daré todo lo que tengo para protegerle. No me importa salir lesionada con total de que pueda seguir practicando el deporte que tanto le apasiona aunque ahora este deseo esté un poco opacado por la sed de poder que mi padre se ha encargado de instruirles.
Voy a escasos pasos de Jude para poder hacer, junto a Erick, el Pingüino emperador numero dos.
Hace falta que recuerden cual es la verdadera Royal Academy y esta es la mejor manera de demostrárselo.
El remate se acerca a Joe. Él sigue siendo un buen portero a pesar de todo y, conociendo el tiro, tengo mis pequeñas dudas de que vaya a acabar en gol.
-¡Colmillo de pantera!-grita.
-¡No, King!
Es imposible pararle una vez lo efectúa.
Me tapo los ojos y espero a que todo pase.
-¿También han usado el Colmillo de pantera?-los dos estamos que no damos crédito a lo que vemos.
-No digáis que…
-Sí, esta también la prohibieron.-explico mientras observo con pena a mi amigo que está tirado en el suelo.
-No podemos permitir que Joe la vuelva usar.
-Entonces no podemos lanzar a portería…
No es tan fácil como parece. Sólo hay una forma de que podamos meter gol. Siendo más rápidos que el propio portero. Algo complicado, ya que es un portero con una gran agilidad.
Podemos intentarlo pero es jugársela. Si somos capaces de combinar dos tiros extremadamente fuertes y veloces es posible que tengamos una oportunidad de marcar sin darle tiempo a nada.
Caleb es un idiota. En cuanto se la intenta pasar a Samford le hago un gesto a Erick para que vaya a interceptar el pase.
El balón llega a Kevin pero ante la incertidumbre de no saber que hacer pasa hacia atrás y nos acaban robando la pelota.
David va corriendo por el campo respirando agitadamente. Noto como su cuerpo se resiente a cada paso que da.
Me acerco a él para intentar volver a convencerle de que deje esta locura de una maldita vez.
-Tienes que despertar, David. ¿De qué os sirve ganar el partido de esta manera?¿No te das cuenta que de este modo lo que vais a conseguir es acabar de nuevo en el hospital?¿Es qué no lo entendéis?
-Más bien eres tú la que no lo entiende.
-Porque la victoria es todo. Tenemos que ganar. Da igual lo que sacrifiquemos para conseguirlo.
-Pierdes el tiempo si intentas convencerlos.-me dice Stonewall.-Te aseguro que intentarán conseguir la victoria como sea. Desean ganar con todas sus fuerzas.-me deja el balón en los pies.-Venga, lanza si te atreves.
Lo miro con un gesto tenso y chuto contra él con toda mi ira contenida.
No sé que se propone pero sea lo que sea no voy a dejar que lo consiga.
Comienza un regateo entre los dos. No pienso dejar que se la pase al chico al que tanto cariño tengo. Él ha sido mi todo y, aunque ahora esté con Axel, va a seguir siendo una persona muy importante en mi vida.
Noto el colgante que me regaló en el cuello. Ese día en el que casi nos perdemos para siempre ha vuelto y no pienso dejar que ocurra.
-¡¿Por qué has tenido qué meterles en esto?!¡¿No era suficiente con hacerme daño a mí?!-pregunto mientras evito que pase.
-¡Pues porque no pienso perder contra mi hermana ni una sola vez más!¡¿Qué te parece?!
-¡Una tremenda gilipollez!
Sigo cada movimiento que hace. En uno de esos consigo divisar el brillo procedente de un colgante que lleva.
Abro los ojos pero sigo concentrada en cada paso que da. Si pierdo el ritmo él ganará.
Lo sabía. Están usando la piedra esa que daba un poder especial.
Chutamos a la vez la pelota generando una gran fuerza haciendo que esta salga por los aires y nosotros dos hacia atrás, dando final al primer tiempo.
Vuelvo al banquillo con el equipo.
Sigo sin creerme lo que está pasando. Ver a mis amigos y compañeros así me duele en el alma, pero parece que no hay forma de hacerles entrar en razón.
-Si hay que protegerles igual deberíamos dejar el partido.-dice una Silvia preocupada.
-Claro que si, así no usarán las técnicas prohibidas.-le secunda Bobby.
-No permitiré que se suspenda el partido. En el segundo tiempo vais a hacer lo siguiente: Shawn, tú regresarás a la delantera, mientras que Adrianne volverás a ser defensa y los demás jugareis para ganar el partido.
-Está bien.-la miro y sonrío.
Comprendo lo que pretende y si para eso tengo que ser defensa lo seré. Si para frenarles tengo que dejarme el tobillo parando remates también lo haré.
Sé que en sus planes no entra perder partidos y no lo vamos a hacer. Confío en que Frost haga su espectacular tiro y sea lo suficientemente veloz como para que King sea incapaz de detenerlo a tiempo.
-Si nos retiramos conseguiríamos que Samford no salga herido, pero debemos seguir jugando para conseguir abrirles los ojos y comprendan lo que están haciendo.
-Exacto, vamos chicos.-les animo yo.-Si esto acabase ahora, ninguno de los dos se quitarían la influencia de mi padre. Y algún día las volverán a utilizar y será el fin.
-¿Estáis seguros?
-Por supuesto.
(…)
Caleb intenta detener a Shawn pero lo que no sabe es que es un lobo con piel de cordero. En ese mini cuerpecito hay una intensidad que no es ni medio normal.
Cruzo los dedos cuando le veo, junto a Kevin, lanzarse al ataque con determinación. Tiene claras intenciones de poner en practica lo que yo he pensado antes. Combinar dos tiros muy potentes.
Les engaña creyendo que es un chut pero se desvía en el último momento y es un pase directo al príncipe de las nieves quien no le da tiempo a Joe para efectuar ninguna parada y acaban metiendo un gol.
-¡Si!¡Genial!-grito emocionada.-¡Sois los mejores!
Tienen pensado volverlo a hacer pero el subnormal de mi hermano postizo le hace tal entrada a Dragonfly que me duele hasta a mí.
Me acerco a grandes zancadas con cara de pocos amigos con la idea de dejarle calvo del todo.
Es Shawn quien se adelanta y levanta el puño para darle un buen puñetazo pero el de pelo rosa lo detiene antes de que nos quedemos sin él en el partido.
-¡Cuando esto acabe procura correr sin parar porque juro por todo lo que quieras que te voy a matar con mis propias manos!-chillo como una loca desde la posición en la que me he quedado.
-¿Tú y cuantos más?
-Yo y mis dos puños, que parecen poca cosa pero saben pegar de lo lindo.
-No me hagas reír.-se jacta.
Me doy la vuelta furiosa y me muerdo la lengua para no contestarle. Sería contraproducente al fin y al cabo.
El tobillo de mi amigo está destrozado pero él se empeña en seguir jugando para que mi padre no piense que ha podido con él.
No estoy del todo convencida pero acepto que sigamos así. Pienso que debería ser yo la que esté en la delantera con el de pelo plateado para tener una oportunidad pero Aquilina ha denegado todos mis intentos de pedírselo.
El partido continúa igual, sin que nadie lance a puerta y con el tiempo corriendo sin detenerse. Nos estamos cansando sin conseguir nada.
Nos flaquean las fuerzas y es cuando Caleb aprovecha para quedarse con él balón. Consigue pasárselo a Samford, no si antes deshacerse de Erick.
No puedo ayudar a David una vez tira. Pero sí que puedo echarle un cable a Mark para que no se lesione.
Por mucho que le digamos que deje que nos metan el gol, no hace ni caso.
Escucho gritar a David desde la línea defensiva donde estoy efectuando mi Campo nocturno que apenas sirve de algo.
En cuanto se rompe voy hacia atrás todo lo deprisa que puedo y paro el chut con mi propio cuerpo.
Caigo al suelo. Duele pero eso no me impide levantarme e ir hasta el de ojos naranjas, que está tirado y jadeando en el césped.
-¡David!
-La próxima vez, marcaré.-dice muy convencido.
Intento ayudarle a ponerse en pie pero me empuja de manera muy brusca y me aparta de su lado.
-Ya está bien, no chutes más.-dice Jude quien ha venido hasta nosotros.
-¿Por qué tendría que dejarlo ahora?-va a dar un paso pero le es imposible.
Pega un grito. Sus músculos tienen que estar agonizando de sufrimiento.
Sin que puede hacer nada para frenarme le vuelvo a envolver entre mis brazos por si sus piernas fallan.
-¡¿Pero es qué no lo entiendes?!-exclama mi ex capitán.-¡No volverás a jugar al fútbol, David!
-Creo que eres tú el que no lo entiende.-vuelve a alejarme y choco contra el torso de mi amigo, quien frena mi caída.-Siempre he sentido envidia de ti. Tú siempre lo conseguías todo con tu técnica y tu fuerza, nunca era capaz de ponerme a tu altura. Aunque corríamos por el mismo campo, jamás podía ver el mismo mundo que tú veías.-a él también le da un empujón.-Pero con el Pingüino emperador numero uno por fin puedo igualarte, incluso puedo superarte. Puedo llegar a un nivel superior al tuyo al cual tú nunca conseguirás llegar.
-¿Y qué hay de mí?-le cuestiono con la mirada perdida en el campo.-¿Te importa un bledo mis sentimientos?
-¿Tú hablando de sentimientos? Pasaste de mí porque era débil. Blaze tenía poder y era mucho mejor que yo.
-¡¿Qué?!-lo miro como si estuviese enfermo.-No pasé de ti, Samford. ¡Te dejé porque quería protegerte! Y Axel se cruzó en mi camino y…-no me deja acabar ni la frase.
-No esperes que me trague eso. Eres una maldita mentirosa.-se larga de mi lado sin ni si quiera dejar que me exprese bien.
Bajo la atenta mirada de todos vuelvo a mi puesto en la defensa decidida a hacer que me escuche. Si no me quiere oír ahora, ya lo hará después.
(…)
El partido no mejora, Caleb nos va quitando de en medio dándonos con la pelota tan fuerte que nos caemos al suelo.
Intento parar el pase que le hace a mi ex novio pero no puedo. Este ya tiene el balón bajo su dominio.
Me da igual que me saquen una tarjeta o me expulsen del partido, pienso jugar la última carta que me queda debajo de la manga.
Intento salir corriendo hacia él pero uno de los de su equipo se pega a mí y no me deja pasar haga lo que haga.
Veo como dispara hacia portería y juraría que puedo escuchar el crujir de sus huesos para después dar paso a un chillo que me parte en dos.
Me quedo por un segundo bloqueada observando como se desarrolla todo.
Kevin es quien para el balón, y dudo que su pierna aguante eso.
Estoy al lado de David cuando Stonewall le da un pase que se va de largo porque él ni si quiera puede moverse mientras que yo paso de jugar en ese mismo momento. Hay cosas más importantes.
Le noto temblar y le oigo jadear antes de que caiga al suelo estrepitosamente sin que me de tiempo a agarrarle para que no se pegue el tozolón de su vida.
El partido ha acabado.
Estoy tirada en el suelo con mi amigo entre mis brazos. Se ha desmayado de tanta metralla que se ha metido en poco tiempo.
Le acaricio la cara sudada con las yemas de mis dedos y le aparto el pelo que se le pega a la frente. No se merecía esto.
Tengo miedo de apretarle demasiado contra mi pecho por si causo más lesiones de las que ya debe de tener. Le veo tan frágil que parece que se vaya a romper en mil cachitos y no quiero que eso ocurra.
Joe se pone a mi lado, le miro por una fracción de segundo antes de volver a fijarme en el chico de ojos naranjas.
Me cuesta mucho verle en ese estado tan lamentable y más cuando siento que en cierta parte es culpa mía porque debí de hablar las cosas con él antes.
Podía haber sido diferente. Pude haber evitado besar a Axel delante de todo el mundo, no lo hice y ahora ya no se puede cambiar el pasado.
Es algo con lo que se tiene que aprender a vivir y se acabó, no hay mas vuelta de hoja.
Me da igual lo que le pueda pasar a ese hombre tan cruel que tengo como padre y cuando aparece el detective Smith diciendo por un megáfono que nos marchemos en cuanto antes, le hago caso sin rechistar.
Cargo con Samford en los brazos y King se sujeta en mi hombro.
Sharp no está por ningún lado y presiento que se ha ido a ver a mi padre para decirle todo lo que siente.
Quiero ir tras él para decirle que no merece la pena, que se olvide que ha formado parte de nuestras vidas y que ahora lo más importante es que estemos a salvo pero no puedo irme y dejar a mis antiguos compañeros tirados ahí así por las buenas.
Rezo porque esté bien y a salvo.
Con ayuda me subo a un bote salvavidas y remo hasta llegar a tierra firme donde las ambulancias que ha llamado Aquilina esperan.
Suben a mis amigos a una camilla y nos dejan despedirnos de ellos mientras preguntan un poco que ha sucedido ya que Ray Dark está en busca y captura por fuga.
Estoy al lado de Joe. Ninguno sabe que decir.
-Adrianne, perdona.
-No pasa nada.-le sonrío y le pongo un dedo en la frente.-Pero procura usar esto de aquí arriba de vez en cuando.
-¿No estás cabreada?
-Sí, pero vosotros no sois los culpables.-dirijo mi vista al mar.-Me las acabará pagando.
-Una cosa…¿Así qué tienes un hermano y no lo habías dicho?-suelto un suspiro.
-Algo parecido. Tenía un hermano, ahora sólo es un total y absoluto desconocido.-no quiero hablar de ese tema ahora.-Cuando vuelva ya lo hablaremos tranquilamente y después jugaremos un partido de fútbol, ¿vale?
-No sé si…-se mira las manos y después pasa la mirada a David.
-Recuerda que eres mi portero favorito, y por lo tanto te tienes que poner bien.-le doy un beso en la mejilla y le dejo descansar.
Quiero hablar con David antes de que se vaya.
-¿Te importa?-le pregunto a Jude quien está hablando con él.
-Os dejo solos, no te preocupes.
-Adri…-veo su único ojo visible cristalizado.-Dios, lo siento tanto.
-Eh, no te pongas moñas ahora.-le recrimino. No quiero llorar.
-Hacía tanto tiempo que no nos veíamos y ni si quiera puedo darte un abrazo.-no puede mover el cuerpo en absoluto.
-Da igual.-me acerco más y entrelazo su mano con la mía.-¿Ves? Arreglado.
-Si pudiese sentir algo…-aprieto los ojos para no dejar ver todas los sentimientos que estoy reteniendo.-Por cierto, todo lo que te he dicho allí…enserio que no lo pienso de verdad. Sólo estaba cabreado porque he perdido a la mejor chica del mundo.
-No has perdido nada, Samford.-digo con un hilo de voz a causa de la emoción.-Sigo aquí y no tengo la idea de marcharme a ningún lado. Prométeme una cosa, que cuando vuelva y estés recuperado del todo, volveremos a jugar juntos.
-Te lo prometo.-cierra los ojos.
Yo, por mi parte, dejo que las lágrimas fluyan por si solas.
Me inclino y poso mis labios en su frente para depositar un beso.
Le quiero mucho pero ya no es como antes. Las cosas han cambiado en muy poco tiempo.
Estoy enamorada de Axel. No me había dado cuenta hasta ahora, cuando ni si quiera sé donde diablos está y con David recordándome que aún sigue enamorado de mí.
Dejo que la ambulancia parta con mis amigos dentro y me dejo caer en el hombro de Erick.
Me hace mimos en el pelo para que me relaje un poco, porque ya tengo los ojos rojos que parece que me he inyectado sangre.
Es hora de volver a casa de una vez. Tengo muchas ganas de llegar y poder dar una vuelta por la ribera del río o ver como va la reconstrucción del instituto.
Sí, una paradita por casa no nos sentará nada mal.

Fuerza (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora