CAPITULO 42

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Empezamos bien el día. Nada mas sentarnos en la caravana para ir al lugar que la entrenadora mande, ha llegado Sue corriendo cargada con una maleta incluso más grande que la mía y se ha subido con nosotros alegando que se unía definitivamente al Raimon y que nada ni nadie la apartará de su cariñín. Tanto, que ha empujado a Bobby y se ha metido entre él y Erick.
Por si no fuera poco, ahora a Mark se le ha ocurrido que necesitamos otro cuaderno de su abuelo que se encuentra en Lucky Hill.
La ciudad a la que llegamos es igual que un pequeño pueblecito que genera cierta nostalgia por nuestra ciudad.
Ver a la gente caminar por las calles haciendo sus compras y siendo un buen vecino me recuerda mucho a cuando yo salía a hacer los recados para la casa antes de que mi padre llegase.
Aparcamos en el instituto Zauson. El tío de Nelly, quien es el que nos ha llamado, es quien tiene el cuaderno con más supertecnicas.
Dado a que la pelirroja, el capitán y Aquilina van a estar un buen rato hablando con ese hombre, a los demás nos dan tiempo libre para hacer lo que nos apetezca.
Me apetece muchísimo disfrutar de este lugar tan maravilloso por lo que decido irme por mi cuenta a pasear.
Pero la paz no dura mucho ya que cuando giro en una calle veo de lejos una cabellera pelirroja identificable a millones de kilómetros.
-Mierda. Mierda.-murmuro poniendo cara de pánico.
Doy media vuelta e intento mimetizarme entre el ambiente mientras cambio gradualmente de calle para que no me pille.
En cuanto pienso que ya es imposible que me localice, me lo encuentro de morros y ni si quiera tengo tiempo para recular.
En nada está tirando de mí arrastrándome hasta un callejón apartado de toda persona.
-Cómo me hagas algo, gritaré.-le advierto.
-No vas a gritar.-afirma con total seguridad.-Tienes que escucharme.
-Mira que eres pesadito.-me quejo cruzándome de brazos.-¿Tanto te cuesta olvidarte de mí durante un rato? Si quieres yo me puedo encargar de borrarte la memoria.
-Prefiero quedarme como estoy.-se encoje de hombros sonriendo por primera vez.-Te he visto jugar contra Épsilon y déjame decirte que eres una de las mejores. Aunque en este último estabas un poco parada.
-¿En serio has venido a decirme esto?-pongo los ojos en blanco y resoplo.-Anda, piérdete y olvídame un rato.
-Hay más. Quería avisarte de que dentro de poco iré a por ti.
-Perfecto.-elevo mi pulgar cínica.
Giro sobre mis talones con la intencionalidad de salir del callejón y volver al instituto. Se me han quitado las ganas de seguir paseando.
-No te vayas tan deprisa.-me frena agarrando la camiseta que llevo puesta.-Aún tengo que decirte otra cosa.
Gruño cansada de esta situación. Podría soltarlo todo de una vez y dejarme irme.
-Pues escúpelo y continuemos con nuestras vidas.
Se queda callado mirándome pero sin hacerme mucho caso.
Esos ojos verdes han perdido todo el brillo que tenían hace años. La esencia del verdadero Xen ha ido despareciendo con el tiempo y ahora sólo consigo ver una persona que no conozco en absoluto.
-Adiós, Xavier.-hablo al ver que no piensa decir nada.
No pienso quedarme esperando que se decida a hablar. Suficiente he escuchado ya.
Salgo del callejón debatiéndome todavía entre pasar de él o darme media vuelta para romperle la cabeza en pedacitos y pisotearlos una y otra vez hasta que me duelan los pies.
Ha conseguido convertir mi tiempo de relax en todo lo contrario.
(…)
Vuelvo a la escuela con un humor de perros disimulado por mi mejor sonrisa. No quiero ser desagradable con el hombre que está emocionado por presentarnos al equipo de fútbol del instituto.
Son unos chicos muy majos. En cuanto nos ven nos cubren de elogios y cumplidos, tantos que hasta se me olvida el por qué estaba cabreada.
El capitán nos estrecha la mano a todos y mientras tanto va echando miradas a su equipo como si buscase a alguien.
-Eh, ¿pero qué estás haciendo Darren?-dirijo mi vista hacia donde él mira.-Se trata de Mark Evans.
Lo primero que diviso es a un chico, con aspecto aniñado, escondido detrás de uno de sus compañeros y mirándonos rojo como un tomate.
-¿Qué te pasa?¿No decías que estabas emocionado por conocerle?¡Vamos ven!
-Voy.-suelta con un hilito de voz.
Le veo caminar y tengo que morderme la lengua para no soltar unas cuantas carcajadas que el momento se merece.
El chaval anda tan nervioso que parece un robot medio estropeado.
-Ma…Mark Evans…Me…me…llamo Darren.
Tartamudea tanto que estoy a nada de acercarme para darle golpecitos a ver si así funciona mejor.
-Ah, ya. Encantado de conocerte.-Evans le tiende la mano y al otro parece que se le abren las puertas del cielo.
-¡Ay va!¿De verdad quieres darme la mano?
Uh, por dios, que nervios me están entrando con el tío.
-Por supuesto.
-Que honor, Mark.-le agarra el brazo entero con ambas manos y lo agita cual maraca.-No me volveré a lavar las manos en lo que me queda de vida.
-¿Eso no es un poco de guarros?-pregunto al aire.
-Sólo un poco…-me contesta Jude con una sonrisa que parece frenar su necesidad de reírse.
Resulta que Darren era centrocampista pero como admiraba tanto al capitán acabó jugando de portero. Eso si que es ser fan de alguien.
Todos sus amigos le incitan a que nos enseñe una técnica que tiene y nosotros aceptamos encantados.
Soy yo la que se ofrece a chutar contra él para comprobar si es lo suficiente buena como para un partido nacional.
Tiro contra él con todas mis ganas. El responde a mi chut con algo que nos deja en un estado de shock a todos los del Raimon.
Incluso tengo que palmearme la cara para volver a la realidad.
El chico acaba de usar la Mano celestial. Es clavada a la de Mark.
-Flipa, colega.
Parezco un pez fuera del agua. Estoy con la boca abierta pasando mi mirada del balón a él y viceversa.
No soy la única que está así, es más, salvo sus compañeros que todos acabamos de ver un extraterrestre.
Me río mucho cuando el capitán corre hacia él y es quien lo agita un centenar de veces mientras le felicita por el gran manejo de la técnica.
El chico tiene un gran talento ya que ha sido capaz de copiarla solo viéndola repetida una y otra y otra vez.
Es para darle un beso en la frente y decirle que o mueve su culo hacia el autobús por si mismo o que ya me encargo yo de llevarle a rastras hasta allí.
No contentos con el espectáculo, tanto Mark como Darren piensan que es buena idea generar la misma técnica a la vez para chocar las manos.
Causan tal estallido que el susto que me llevo es impresionante. He pegado un gran bote y he terminado subida a la espalda de Bobby.
-Quítate de encima que pesas.-se queja.
-Lo siento, lo siento. Me he asustado.-me rasco la nuca nerviosa.
-No, si ya lo hemos visto…
No hay gran cosa que podamos hacer en un instituto así que la idea de entrenar juntos los dos equipos nos parece una salida perfecta contra el aburrimiento.
A decir verdad son bastante buenos.
Nosotros en cambio, tenemos un capitán más despistado de lo que esperaba. Cuando le lanzo el balón para que nos lo pase con mayor fuerza, este termina estrellándose en su cabeza sin querer.
Me quedo con él y con Silvia esperando a ver con mis propios ojos que está bien aunque él me lo haya repetido un millón de veces.
-¿Pensabas en lo de la ultra supertecnica, verdad?-le pregunta nuestra gerente.
-¿Cómo lo has sabido?
-Yo de eso no me he enterado…¿Qué ultra supertecnica Mark?
-Una del nuevo cuaderno de mi abuelo.-asiento con la cabeza.-¿Tú que crees que puede significar “Bam con la mano abierta, pum cerrando el puño y luego plas zum cabúm?
-Tu abuelo no es que fuese muy claro que digamos…pero podría ser una mezcla entre la “mano celestial” y el “despeje de fuego”. Pero el “zum” no tengo ni la menor idea…
-Ya se me ocurrirá algo, gracias por la ayuda chicas.
-Era lo menos que podía hacer, te he metido un balonazo.
(…)
Cenamos todos juntos. La verdad es que las chicas se lo han currado muchísimo y la comida tiene una pinta exquisita.
Estoy a punto de meterme una cucharada en la boca cuando veo como Willy, al probar un bocado, sale corriendo mientras grita que pica demasiado.
Ha sido Scotty quien a puesto tabasco en diferentes platos, siendo uno de esto el de Darren. Pero el chaval lejos de quejarse, es feliz con la comida picante.
El crío bromista acaba recibiendo su merecido ya que, para comprobar si pica o no, prueba del plato del portero.
-Bobby, pruébalo tú primero.-sin dejarle decir nada le meto mi cuchara en la boca y le obligo a tragarse el contenido de esta.-¿Pica?
-Mucho, yo que tú no me lo comería.-me dice burlón mientras aparta mi mano de su rostro.
-Vale, es comestible.
La cena transcurre llena de risas, sobretodo las mías ya que no paro de ver como Willy pica una y otra vez con lo del curri picante.
Hasta yo le he echado un par de veces en plato sin que se entere porque estaba demasiado ocupado comentado el gran talento que tiene para poner nombres a técnicas en el equipo.
Eso le pasa por ser tan presumido.
A la noche me levanto para ir a beber agua. Tanto picante y especias han acabado haciendo estragos.
Cuando vuelvo con una botella en la mano me encuentro con Shawn subido en el techo del autobús.
Está solo así que decido subir para hablar con él.
-¿No puedes dormir?-pregunto con una sonrisa.
-No, la verdad es que no.
-¿Te importa si me quedo?-ante todo no quiero agobiarle.
-Oh, no, claro, ven.-me hace un hueco y me siento a su lado.-Aquí las estrellas están mucho más cerca. En el norte se ven muy lejanas.
-Si, me fijé.
-Es como mi relación con Aiden…-susurra para él mismo, lo que no sabe es que tengo un gran oído.
-¿Aiden?-cuestiono mientras le miro.-¿Quién era Aiden, Shawn?
-Oh, nada, nada. No es nadie.
-Está bien.-no le puedo obligar, pero esto es una pista.-¿Estabas bien en el partido del otro día? Te vi raro.
-¿Raro? Estaba normal, sólo quería marcar un gol. Era necesario que marcase para ganar.
-A veces no todo se basa en victoria y derrota. No hace falta que seas perfecto, Frost. Las personas no estamos hechas para eso, es mucho más divertido tener fallos porque si no pareces un robot.
-¿Tú crees?
-Estoy segura de ello. Eres un gran delantero pero prefiero que seas defensa. No por miedo a que me robes el puesto, eso a mí me da igual, si no que cuando subes al ataque te veo más agresivo y prefiero al Shawn normal que suelo ver todos los días.
Oigo pasos y me giro para encontrarme al capitán observándonos. Creo que ya es hora de volver a mi saco de dormir y descansar como Dios manda.
-Buenas noches, chicos.-me despido.
Sin ni si quiera usar las escaleras doy un salto aterrizando de pie en el suelo para luego entrar a la caravana.
(…)
A la mañana siguiente jugamos un amistoso contra el otro instituto. Y a Aquilina no se le ocurre mejor idea que poner al príncipe de las nieves de delantero mientras que yo vuelvo a mi posición más “querida”, la defensa.
Es un partido normal y corriente, de estos en los que te lo pasas bien y no te importa perder ni ganar. Ni si quiera te acuerdas cuantos goles ha metido tu equipo.
El único fallo que tiene toda esta situación, es que Frost no está en lo que tiene que estar y arrebatarle el balón es la mar de sencillo.
Sólo espero que mis palabras de ayer no cayesen en saco roto y hayan surgido efecto.

Fuerza (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora