Unas Notas y un KitKat

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Cuando Derek abrió la puerta del despacho, la habitación estaba oscura, parecía que no había nadie, así que el chico entró para sentarse en la silla de delante la mesa. El despacho era pequeño, tenía estanterías llenas de libros de deportes, la mesa del medio del cuarto era grande y ocupaba una gran parte del despacho.
El pelinegro esperó en silencio, observando las fotos de encima la mesa, había tres, una con la esposa e hijo del entrenador, otra con sus amigos (supuso Derek) y otra de todo el equipo.
La puerta volvió a abrirse, y entró el entrenador con un café en la mano y cara de cansancio o enfado.

-Oh, por fin has decidido venir Tate.

- Es Hale, entrenador.

- Me da igual. - respondió él con voz de enfado, y después de una pequeña pausa continuó--Mira chico, hoy és viernes ¿Y sabes qué significa eso? Que hace media hora que debería estar en casa.

-Lo... - intentó disculparse el pelinegro.

- Pero en vez de eso estoy aquí para hablar con un chico que ni se ha dignado a cambiarse después del entrenamiento más penoso que ha hecho en su vida.

- Per... - volvió a replicar el muchacho.

- ¿Sabes qué es lo peor de todo? Que Le había prometido a mi mujer que iría yo a por las pizzas antes de llegar a casa, y ahora ya estará cerrado.

- Lo siento entrenador. - consiguió decir, al fin, Derek.

- Oh no sabía que diciendo "lo siento" volvieran a abrir la pizzeria.... - el chico estaba con la mirada en el suelo. - Bueno, ahora hablemos del porque te he traído aquí...

- Deberas que no se lo que me ha pasado hoy en... - Dijo Derek, pero el el profesor lo cortó, otra vez.

- Mira chico, yo tampoco, pero no has venido para hablar de hoy, eso dejémoslo para otro día. - dijo Boby - Hoy te he pedido que vinieras para hablar de tus notas. ¡Están por los suelos! ¡Tú rendimiento escolar es tan pequeño como esa rata de allí! - dijo el entrenador señalando detrás de Derek, pero a él no le hacía falta girarse, sabía perfectamente que se refería a la comadreja que tenía de mascota. - No peor, como el ratón de encima la mesa - siguió el entrenador, ahora señalando el ratón del ordenador. - Mira Tate, si no empiezas a subir las notas, deberé echarte del equipo...

- Lo intentaré, entrenador.

Derek se lavanto, y con la mirada clavada al suelo, salió del despacho.

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Stiles aún no se creía que Derek acabara de pegarle un puñetazo a ese imbècil por él, habían sido amigos hace tiempo, pero no creía que nunca volvieran a hablarse...

Después de que el pelinegro saliera toda prisa de los vestuarios, Stiles se dirigió a la biblioteca, donde le había dicho a Lidya donde finalmente se verían, pero antes de llegar, recibió un mensaje de la chica:
<<Lo siento Stiles, al final no voy a poder ir a la biblioteca... >>
El castaño no se lo podía creer, después de todo lo que había pasado, ¿encima no podría ver a la chica de la que estaba enamorado?
<<Luego te llamo ara acabar de repartirnos el trabajo... Lo siento 🙄>>
Bueno, algo era algo, pensó el muchacho.

Antes de volver a casa había de hacer algo más, Derek se había ido tan rápido de los vestuarios que no Le había dado tiempo de darle las gracias, así que por enésima vez en este día se recorrió todo el instituto para buscar al chico, pero antes pensó en pasar por la cafetería y comprar un Kit Kat como agradecimiento para el moreno.

L

o encontró saliendo del despacho del entrenador, parecía cabreado, pero aún así, algo lo impulso para ir a hablar con él. Derek se sentó en la escaleras que subían al piso de arriba del todo y Stiles se sentó a su lado sin decir nada. Derek tampoco dijo nada.

- ¿Va todo bien? - preguntó al fin el castaño.

- ¿Y a ti que coño te importa? - respondió Derek de mala gana.

- Joder tío, cada vez que intento ser amable contigo me respondes de mala gana, ¡pero intentan pegarme un puñetazo y eres el heroe!

Derek se quedó callado

- ¿No piensas decir nada? Un: oh perdona Stiles gracias por patearte medio instituto para darme las gracias y encima preocuparte por mi - dijo el chico imitando la voz del mayor. - ¡pues ahora el Kit Kat me lo como yo! - siguió stiles refunfuñando como un niño pequeño.

Se levantó y se dirigió al aparcamiento donde había su jeep.

Un cliché más ▪️Sterek▪️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora