II «Llegada a Midgard»

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Aterrizaron en un bosque donde había un edificio de unos tres pisos. No tenía idea de qué era el edificio, pero tenía una enorme "A" en la parte superior derecha. Miró confundida a Thor.

—¿Dónde estamos? —Preguntó curiosa—. Creí que iríamos a la torre en Nueva York.

—Estamos en la base secreta de los vengadores, aún es Nueva York —Contestó caminando hacia la entrada—. Stark lo llama “cuartel general”

Debía imaginarlo. La enorme “A” lo delataría desde el principio.

Lo siguió intrigada por la situación; hasta donde sabía, la torre era la base de los vengadores. Al estar ausente por cuatro años, era lógico que muchas cosas cambiaran.

Para entrar al edificio, Thor tuvo que poner su mano en una pantalla sobre la pared para que leyera sus huellas dactilares y así pasar.

El edificio era gigantesco, parecía más pequeño por fuera, pero en realidad era mucho más grande. Había vidrios en vez de paredes y la construcción se veía inminente.

Caminaron hasta llegar a un elevador, Adara observaba con sutileza y cautela. El lugar era pulcro y fresco.

Había muchas personas que les daban una mirada rápida.

Al llegar al elevador, Thor dijo “Codificado” y las puertas se cerraron.

—¿A dónde vamos? —Preguntó rompiendo el silencio que se había formado.

—Con Hill, ella... Está a cargo ahora. Es la primera que debe saber que estamos aquí —Contestó mirándola.

Ella lo miró confundida.

—¿Qué pasó con Fury? —Preguntó, asombrada.

—Digamos que se tomó unas vacaciones —Contestó no muy convencido.

Ella exhaló.

—¿Nadie sabe que estamos aquí? —Preguntó sosteniendole la mirada.

Él negó. Ella bajó la mirada pensativa. Sería una sorpresa para Steve y esperaba que fuese buena.

—Bien...

—Tranquila, ahora hasta yo pudo sentir tu angustia —Comentó con una sonrisa.

Para que Thor sintiera las emociones de Adara significaba que estaban a punto de desbordarse.

Aclaró su garganta y se puso derecha.

—No es cierto, es sólo lo que percibes.

Él rió.

—Como digas, Addy.

—Piensa lo que quieras, Thoribio —Contestó con una pequeña sonrisa.

—Estás siendo infantil —Dijo riendo aún más.

—¡No es verdad!

—Claro que sí, no estás aceptando que estás apunto de desbordar tus sentimientos —Sonrió victorioso.

Tenía razón.

Ella rodó los ojos y miró en dirección a la vista que proporcionaba el elevador de cristal.

Él sólo la miró con una sonrisa y esperó a que las puertas del elevador se abrieran.

Thor camino hacia la derecha, a una gran puerta color café oscuro, casi negro. Ella le siguió el paso un poco más nerviosa. Tocó brevemente y el estómago de Adara sintió un zoológico entero, su corazón se aceleró al mil por hora.

Tragó saliva e hizo una respiración profunda. Necesitaba tranquilizarse. Tantos años de práctica para que una pequeña situación le desbordara los sentimientos que, se supone, debería reprimir.

D E S T I N O » Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora