IV «Fiesta» •Parte I•

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"Tranquila, Addy. No es como que Steve esté esperándote en la puerta" —Se decía una y otra vez en la mente.

Estaba afligida y muy nerviosa, inhalaba y exhalaba para relajarse pero cada vez que avanzaba un piso más, su estómago revoloteaba y sus piernas temblaban un poco más.

"Todo estará bien, tranquila" —Volvió a decirse.

Tenía la vista perdida, sus brazos cruzados y una expresión seria.

Entonces las puertas se abrieron y un grito colectivo se escuchó.

—¡Sorpresa!

Adara no se había dado cuenta pero cuando lo hizo levantó la vista y su expresión cambió a una de sorpresa.

—Oh, que lindos... muchas gracias —Trató de sonreír.

Aligeró los brazos y los dejó a su costado, mientras veía a todos en una semi luna. No estaba Steve a la vista.

—Angie —La voz de Tony la hizo levantar más la vista. Estaba en un escenario improvisado con un traje elegante y una copa de vino—. Ven a decir unas palabras.

Ella trató de sonreír de nuevo mientras negaba pero todos la invitaron a pasar, así que, una mueca se posó sobre su rostro... Otra vez.

"Que bonita forma de hacerme notar, Stark" —Pensó Adara, sarcástica.

Todos aplaudieron y se abrieron paso para que ella fuera con Stark.

De mala gana caminó a Tony y tomó el micrófono que le proporcionaron. Al verlos a todos, sonrió auténticamente.

Vió a sus amigos, también a gente nueva. Recorrió la habitación con calma. Su vista por fin se encontró con la se Steve, lo miró seria aunque no podía engañarse, ella sabía que le encantaba verlo en esos elegantes trajes, suspiró y entonces apartó la vista y acercó el micrófono a su boca.

—Hola, chicos —Comenzó algo animada—. Debo agradecerles todo ésto, realmente no me lo esperaba, estoy muy sorprendida —Hizo una pausa porque todos aplaudieron—. Veo caras nuevas —Sonrió—. Para los que no me conozcan, yo soy conocida por aquí como Ángela Bloom, mucho gusto. Espero que nos llevemos bien, se ven buenas personas —Hizo una pausa y miró a sus amigos—. Eh... Yo tengo una historia bastante extraña con los vengadores, ¿Verdad chicos? —Sonrió—. Todo comenzó cuando me descubrieron y decidieron que era potencialmente peligrosa. Entonces me trajeron a la torre y me dijeron que era una vengadora sólo para vijilarme —dijo pensativa—. Yo era su misión —Habló en voz baja—. Hasta que poco a poco nos fuimos encariñando los unos con los otros —Sonrió—. Así llegamos a ser buenos amigos, buenos confidentes, un buen amante y una familia —sonrió e hizo una pausa—. Chicos, realmente los extrañé muchísimo —Dijo seria—. Sé que me perdí de mucho pero... Ahora que estoy aquí, tendremos mucho tiempo juntos así que... ¡Que empiece la fiesta!

Todos aplaudieron y la música comenzó a sonar. Ella bajó rápidamente del escenario y fue con Tony ya que él la llamaba desde que iba bajando las escaleras.

—Creí que cantarías —Bromeó el ingeniero—. ¿Cómo iba esa canción? “Hey, tú con los ojos azules, Steve” —Imitó la voz de Ángela.

Ella lo miró seria.

—Ya no hago esas cosas, Tony. Por cierto, qué buena memoria —Dijo sorprendida por haberse acordado.

—Oye relájate, sólo lo decía de broma —Sonrió y la tomó por la espalda—. Y esa canción fue buena, bastante conmovedora —La miró con un sonrisa, ella le devolvió la mirada cansada. Llegaron a un pequeño grupo de personas— Quiero presentarte a los nuevos integrantes de los vengadores.

D E S T I N O » Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora