—¿Qué haces aquí? —Preguntó Sif, confundida, mirándola.
—¿Qué haces tú aquí? —Preguntó Adara, tratando de sonar tranquila, sosteniendole la mirada.
—Uhm... Vivo aquí —Contestó sarcástica—. Se supone que deberías estar en Midgard.
Adara asintió lentamente.
—Sí bueno, la gente supone muchas cosas.
Sif le tendió la mano para subirla al puente arcoiris.
—¿Es tu nuevo sitio favorito? Creí que era el lago.
Adara la miró extrañada. No pensó que le pusiera tanta atención como para saber sus sitios favoritos.
—Algo así —Contestó distante.
—¿Por qué volviste? ¿Ese estúpido Midgardiano no te valoró? —Preguntó mirando al Bifröst.
Adara suspiró.
—¿No te alegrarás? Después de todo eso querías, ¿No?
Sif la miró con sorpresa.
—No es así. Me duele un poco que pienses eso de mí.
La diosa se encogió de hombros.
—Lo de hace un par de horas me hizo pensarlo, perdón.
Sif sonrió.
—Lamento que así fuera. Fui algo impulsiva. Sólo quería que guardaras un poco más el luto a Fandral... Pero, aprendí que cada quien lleva diferente el duelo y creo... Creo que yo aún no lo supero, por consiguiente, quiero que tampoco los demás lo hagan —la miró—. Lo siento.
Adara negó y le sonrió.
—Está bien. Te comprendo —bajó la vista.
Se produjo un silencio incómodo que duró un par de minutos.
—Entonces... ¿Te ayudo con el Midgardiano? Podemos darle un pequeño susto, ya sabes, algo de lo que se acuerde para que recapacite sobre tí —Sugirió sacando su espada.
Adara sonrió y negó.
—No, estoy bien. Debo saber sobrellevar la situación —Suspiró—. Gracias de todas formas, Sif.
La Asgardiana sonrió con sinceridad.
—Aunque no lo creas, quiero lo mejor para tí.
Adara asintió y le sonrió de igual forma. Era raro que se trataran así, por lo general se sentía el odio de ambas partes, ahora parecía que todo cambiaba. Y eso le gustaba.
—¿Qué hacen aquí, chicas? —Preguntó Hogun, llegando a ellas.
Ambas voltearon a mirarlo.
—Tomando el sol, ¿Tú qué crees, genio? Estamos charlando —Habló Adara con sarcasmo.
Hogun rió.
—Discúlpeme señorita “me iré a Midgard y no volveré” —Contestó de igual forma.
Ambos rieron. Solían llevarse así, con sarcasmo y haciéndose bullying mutuo. También hacían bromas, todos procuraban mantenerlos separados porque juntos eran imparables.
—Vine por un par de cosas que se me olvidaron —Comentó con normalidad.
—Te recomiendo que te vayas ahora porque Odín viene para acá —Contestó Hogun.
—¿Qué? ¿En serio? —Preguntó ella sorprendida.
—Sí, estoy aquí —Dijo el padre de todo a sus espaldas.
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D E S T I N O » Steve Rogers
Hayran KurguContinuación de I N M O R A L (Anteriormente llamada "La edad es sólo un numero") Si no la has leído te invitó a pasar a leerla. Ésta historia fue editada, reescrita y reesubida. (Anteriormente llamada "Mi destino eres tú.) ...