En medio de una neblina densa, se encontraba Adara buscando una salida. Bajo sus pies había agua, era tan cristalina que se podía ver su reflejo.
Llevaba un vestido blanco que llegaba hasta los tobillos. Estaba descalza y su cabello suelto de un color manzanilla.
Una voz masculina la llamaba por detrás. Volteó desesperada, sabiendo que el dueño de aquellos voz era Fandral.
Lo vió de pie justo frente a ella. Llevaba una camiseta blanca holgada y sus pantalones cafés que también eran así. Su expresión era de felicidad combinada con un poco de vergüenza.
Ambos dieron unos pasos y quedaron a escasos centímetros. Ella no podía dejar de ver sus hermosos y grandes ojos. De pronto bajó la mirada y notó que los reflejos de ambos se estaban abrazando y besando con ternura.
Ella miraba la acción de sus reflejos con tristeza, luego levantó la vista a él.
—Eres muy distraída, Addy —Sonrió Fandral—. Olvidaste tu anillo.
Él le tendió el anillo que le había dado para su compromiso. Aquel anillo de flor de loto que ella tanto había amado y al cual, le juró nunca quitárselo.
Ella lo miró con asombro y con ganas de llorar. Lo tomó y sonrió.
—Gracias por dármelo —Contestó poniéndoselo y admirandolo en su dedo anular izquierdo.
Fandral sonrió y le tomó la barbilla para hacer que lo viera. Le acarició la mejilla y luego la besó con ternura.
—Nunca me olvides, Addy.
Entonces la neblina se lo llevó.
Cuatro cuarenta y cinco de la mañana y Ángela comenzaba a ver los rayos del sol mientras comenzaba a despertar. Maldijo entre sueños, recordó que los horarios en ciudades del norte de los estados unidos amanecía más temprano.
Suspiró y se levantó. Se estiró como era habitual y abrió bien los ojos. Iba a ver la hora en el reloj de su mesa de noche pero el resplandor del anillo de flor de loto que le había dado Fandral la distrajo.
—¿Qué? Se supone que te dejé en Asgard —Susurró tomándolo.
Al examinarlo recordó aquel sueño que tuvo. Fandral la había visitado en sus sueños. ¿Eso era posible? Desde que murió, él jamás había hecho algo similar. Simplemente tenía flashbacks, sin embargo nada igual a una visita... Y menos con un regalo.
Ángela meditó el sueño, todos los elementos eran de suma importancia. Lo único que no se explicaba era la aparición de su anillo.
Le era muy extraño, se cuestionó si hablarlo con Thor o no; era un embaraño de su mente, mejor aisló sus pensamientos.
Se lavó la cara, se puso ropa deportiva que era un top negro y unos leggins del mismo color con una sudadera a juego. Amaba su ropa deportiva Midgardiana.
Steve dijo que la esperaría en el gimnasio para entrenar como en los viejos tiempos. Se le vino a la mente el poder cocinarles a todos igual que antes.
Corrió al gimnasio y esperaba encontrarse a Steve golpeando un saco de box pero lo que consiguió ver fue un par de agentes comenzando a entrenar.
El gimnasio era enorme y sólo había unas cinco personas, haciéndola sentir extraña.
Suspiró para tranquilizarse. Decidió calentar en un lugar alejado a todos y quizá para cuando llegara Steve podría entrenar con él.
Media hora después ya estaba sin sudadera y con la piel pegajosa por el sudor. Lo que al principio era "calentar" terminó siendo un entrenamiento pesado, como lo haría en Asgard.
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D E S T I N O » Steve Rogers
FanficContinuación de I N M O R A L (Anteriormente llamada "La edad es sólo un numero") Si no la has leído te invitó a pasar a leerla. Ésta historia fue editada, reescrita y reesubida. (Anteriormente llamada "Mi destino eres tú.) ...