VII «Se besaron»

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Ángela decidió entrar a la regadera.

Abrió el grifo y tocó el agua caliente. Le gustaba pensar en el agua hirviendo como símbolo del coraje femenino. Recordaba que Fandral no soportaba el agua tan caliente y le gustaba pensar que eran cosas de chicas.

Tenía dos pensamientos en mente: Fandral y Steve. Ambos eran totalmente contrarios. Y a la vez tan similares. ¿Qué estaba ocurriendo entre ella y Steve? ¿Ese era realmente su destino? Y, ¿Qué pasa con la visita de Fandral? Era tan misteriosa y... Agradable.

Después de desperdiciar quince minutos en pensamientos que sólo la desgastarían, decidió salir.

Desenrredó su cabello y lo acomodó en un moño. Se envolvió en la toalla blanca y salió del baño.

Buscó ropa con la cual estuviera cómoda para dar un tour por la base con Banner y luego ir a comer con Natasha. Tenía tantas ganas de platicar con ella.

Escogió algo casual, unos mallones negros y una ombliguera del mismo color pero con un estampado blanco que decía “Love & peace”. Se puso una chaqueta de mezclilla y unas botas negras.

Se sentó en su tocador y soltó su caballo para colocar su tratamiento para darle volumen.

Mientras lo hacía, alguien apareció en el borde de su cama y ella lo pudo ver en el reflejo de su espejo. No se dijeron nada. Sólo se miraban.

—¿Sabes que existen puertas y que se usan precisamente para respetar la privacidad de los demás? —Preguntó la chica viéndolo por el reflejo mientras ponía orden a su cabello.

—Sí. Aún así entré —Contestó Kronos sin mucho preámbulo. Lucía en su forma uno-con-el-universo.

—¿Qué quieres, padre? —Preguntó girando para verlo de frente.

—Te estás volviendo muy mal educada, Adara —Replicó parándose y cruzándose de brazos.

—Lo siento. Con tu actitud me es casi imposible no ser así contigo —Contestó la chica en su asiento.

—Como sea. Entiendo que allá en la sala de comida estabas con tus amigos y debías mantenerte al margen, así que ahora estamos solos, puedes aceptar venir conmigo.

Ella negó.

—Con o sin mis amigos la respuesta siempre será la misma, padre. ¿Qué parte no entiendes? —Preguntó con cansancio.

—No entiendo la parte en la que no quieres volver. Necesitamos tu ayuda, yo, tus hermanos. Por favor, Adara. Está en riesgo el futuro de Titan...

—Basta, padre. No quieras manipularme de ésta forma. A'Lars, Zura, Titan... Ya no existen.

Kronos se alejó de ella. Decepcionado. Ella lo notó y se sintió mal por ser tan dura con él. Exhaló y continuó:

—¿Por qué tanto interés en que yo vaya? —Preguntó con curiosidad—. No es normal que el mismísimo señor del tiempo ruegue demasiado por una presencia. ¿Me estás ocultando algo? —Preguntó mientras se giraba por completo a él—. Ocupo saber todo lo que implicaría un viaje a Titan, ya estoy harta de que siempre me ocultas algo y termine sacrificándome por tí cuando claramente pudimos tomar otro camino.

Adara sonaba aún más dura y fría que la vez anterior. Kronos sólo la veía, no decía ni hacía nada, simplemente le sostenía la mirada.

—Bien. Quédate aquí, pero no te será nada grato lo que te está a punto de suceder —La miró—. ¿Sabes que Rogers te hará un gran problema cuando se entere que golpeaste a Sharon? —Le preguntó con voz autoritaria.

D E S T I N O » Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora