XXIII «Dudas»

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Después de una larga y pacífica noche, Ángela se levantó y de dirigió al baño a cepillarse los dientes y hacer sus necesidades.

Pronto olfateó el aroma de los hotcakes especiales de Gea. Su mente  divagó por su preadolescensia en Midgard. Recuerda levantarse en su habitación color rosa repleta de peluches y pósters de camp rock, Zac Efron, Hannah Montana, los Jonas brothers y todo lo que estuviese de moda en el 2008 y todo eso justo con el olor de aquél desayuno celestial.

Sonrió al instante. Luego caminó hasta la cocina.

—Huele delicioso —Murmuró al llegar. Se deleitaba con cada suspiro mientras cerraba los ojos.

—Gracias, cariño —Sonrió Gea al verla—. ¿Cómo dormirste? —Preguntó dándole un beso en la frente.

—Bien, bastante bien —Contestó con orgullo recargándose en el marco de la puerta mirando a la pequeña ventana de la cocina—. Hace ya dos noches que no sueño a Fandral.

Gea le dió una mirada rápida, enseguida volvió a los hotcakes.

—¿A qué crees que se deba? —Preguntó algo seria.

Ángela entró en la cocina y se sirvió jugo de naranja.

—No lo sé, talvez ya se cansó de atormentarme —Se encogió de hombros—. ¿Qué haces despierta tan temprano? ¿Nat no te dejó dormir? —Preguntó angustiada.

—Claro que sí —Sonrió—. Dormimos bastante bien, de hecho. ¿Tú y Steve si durmieron? —Preguntó con algo de complicidad—. Se necesita dormir para soñar, cielo —Sonrió mirando el camisón rosa de seda de la chica.

Ángela dejó salir una pequeña carcajada.

—Sí, dormirmos. Sólo eso, Steve sigue siendo muy anticuado —Mintió, o tal vez no. No era la verdadera razón por la cual habían dormido toda la noche.

—Claro, es hombre forjado a la antigua. Me agrada bastante —Sonrió y le sirvió sus hotcakes—. Y en cuanto a tu pregunta... Cielo, recuerda que en el pueblo nos levantamos a las cuatro de la mañana a comenzar el día.

—Por Odín, no lo recordaba —Anunció—. ¿En serio son las cuatro de la mañana?

Gea negó con una sonrisa.

—Serán las cinco y veinte minutos —Contestó mientras servía otros tres platos—. Llevo años en Midgard y aún no me acostumbro a éste horrible horario. Debería salir el sol más temprano, los humanos deberían comenzar el día con la luz natural de éste hermoso planeta.

—Estuviste siglos e incluso milenios en castillos rodeada de servidumbre y  noches que duraban apenas seis horas, no los compares con unos cuantos años aquí —Asintió—. Para tí apenas es un respiro.

—Ya hablas igual que Loki, debería prohibirte verlo —Bromeó Gea.

Eso sólo hizo recordar a Ángel que debería estar buscándolo junto a Thor, Sif, Hogun y volstagg.

Iba a quejarse sobre su irresponsabilidad cuando entró Natasha y Steve casi a la par. Ambos parecían recién levantarse.

—¿Y tú desde cuándo te levantas tan temprano? —Preguntó Natasha a la chica rubia.

—Buenos días, amanecí bien, gracias por preguntar —Anunció Ángela con sarcasmo.

—Buenos días —Murmuraron a la par.

Steve con una sonrisa y Natasha con desánimo.

—¿Dormiste bien, Nat? —Preguntó Ángela con interés.

D E S T I N O » Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora