XVIII «Culpable»

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Ángela entró sin tocar. Supuso que Strange ahora sí podría detectarla y no caería de sorpresa.

—¿Hola? —Preguntó caminando al pequeño vestíbulo. Nadie le contestó, así que subió tres peldaños de la escalera, más lento que la vez pasada. Miraba cada detalle, incluso observó el techo. Era de madera y bastante alto.

—Señorita Bloom —Una voz masculina con un acento asiático la llamó.

Ella de inmediato bajó la mirada. Pudo observar a un hombre robusto y asiático frente a sí. Su expresión parecía malhumorada. También vestía como Strange sólo que sus vestimentas eran naranjas.

—Esa soy yo —Contestó Ángela—. ¿Tú eres...?

—Wong —Contestó.

—Un gusto, Wong —Le tendió la mano.

Él la miró sin corresponde a su saludo. Ella bajó su mano.

—Señor Wong —Aclaró—. ¿Espera al doctor Strange?

Ella sonrió.

—Sí. ¿Está en el santuario? —Preguntó mirando a la parte superior de las escaleras.

—Llegará en un momento. ¿Gusta té? —Preguntó caminando a una pequeña mesa en un costado de la escalera.

Ella observó que había una vajilla antigua de barro. Había miel y té de limón.

—Sí, gracias —Contestó mirándolo.

El hombre sirvió el té y le puso un poco de miel, después se lo dió a la chica.

—Está delicioso —Sonrió Ángela después de darle el primer sorbo.

Wong no contestó, simplemente bebía té mientras miraba a Ángela. Ella asintió a ello y se concentró a terminar su té.

—Hola, Angie —Saludó Strange a sus espaldas. Ella se giró para verlo en la gran ventana, de pie y rodeado de su capa. Stephen miró su reloj—. Te esperaba más tarde —Volvió su vista a ella.

Ella sonrió.

—Si gustas me voy —Bromeó la chica y Strange negó—. Disculpa por venir tan temprano.

—Está bien —Caminó a ella—. Wong yo me hago cargo. Gracias —Asintió al hombre y éste se fue. Strange bajó las escaleras hasta llegar a ella—. ¿Cómo estás? ¿Por qué no ha venido el capitán Rogers? —Preguntó poniéndole una mano en el hombro.

—Creí que no querias que entrara —Contestó mirando su té—. Fuiste claro por la mañana —Bebió de él.

—Sólo dije que yo no lo había dejado pasar por sí solo. Si viene contigo claro que puede entrar —La miró con una sonrisa.

Ella le sostuvo la mirada con una sonrisa.

—Bueno, no importa supongo —Desvió la vista y luego aligeró sus facciones—. Acabo de romper con él... O algo así.

—¿Qué? En la mañana todo iba bien, ¿No?

—De hecho... No fuí tan sincera contigo —Frunció los labios—. Estábamos "peleados" por la mañana, luego todo estuvo bien y... Decidimos darnos un tiempo —Lo miró y supo que Strange no entendió muy bien—. Es una larga historia que... No quiero contar ahora.

D E S T I N O » Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora