XXII «Nos vigila»

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Gea bebió de su taza de chocolate caliente y giró su vista a Steve quién parecía desconcertado por la actitud de Ángela.

—Será sensato que la dejemos pensar un momento. Lo que le he dicho no ha sido fácil, entiendo por lo que está pasando —Habló con voz serena.

Rogers la miró, quedando en silencio unos instantes.

—Claro, tenemos muchas cosas en juego y —Volvió su vista a la chica en la cocina, quién parecía tomar las cosas para la cena con frustración—, la entiendo de cierta forma. Wilson no es sólo su dolor de cabeza.

Gea negó y formó una pequeña sonrisa en su rostro.

—Sé perfectamente que es una conjugación de personas y situaciones las que tienen a mi pequeña Addy irritada —Asintió.

—Loki, Thor, Fandral, Odín, Cronos son algunos de ellos, sin mencionar a Carter —Habló Natasha dejando su taza de chocolate caliente en la mesa de centro y prestándoles atención—. ¿Cómo lo sabe? —Preguntó centrándose en la anciana—. Creí que sólo era la abuela de Angie, la que ayudó a activar sus poderes, ¿No?

Ambos la miraron, Steve más incómodo que nada.

—Exactamente, linda —Comenzó Gea, sonriente—. Soy la diosa madre Gea. Mi nombre no es casualidad. De mí surgieron muchas divinidades de la tierra. Entre mis dones está el porvenir y, bueno, sé lo que ocurre y probablemente ocurrirá.

—¿Usted nos puede ayudar con Wilson? —Preguntó Steve, desviando la conversación e indagando un poco más sobre el tema.

—No, en realidad no —Se levantó y llevó las tres tazas a la cocina—. Debo ayudarla, a ella.

Gea dejó a los chicos en la sala con las canciones de Gun's N'Roses de fondo. Aprovecharon para hablar sobre el tema y lo raro que fue encontrar a la anciana en el departamento.

Mientras tanto, Gea se acercó al lavaplatos y comenzó a lavar las tazas mientras escuchaba el aceite.

—¿Cómo has estado, cariño? —Preguntó la anciana, sin mirarla—. Creo que hemos empezado con el pie izquierdo.

Ángela la miró por el rabillo del ojo, enjuagaba una taza. Frunció sus labios y contestó:

—Sí, supongo que sí —Exhaló las palabras—. Me encuentro bien. Aún no pierdo la cordura —Bromeó con una pequeña sonrisa sarcástica.

Gea terminó y se giró a ella mirándola.

—Tus ojos lucían tristes cuando te ví entrar, siento tu aura devastada —El tono de voz de Gea sonaba preocupado.

Ángela pensó unos momentos la respuesta. Ella era Gea, su abuela y el ser que más confianza le tenía. No podía mentirle o evadir un tema. Se giró lentamente a ella.

—Seguramente sabes la situación que estoy pasando con Steve e ignoro el porqué lo omitiste hace unos instantes pero... —Miró a la sala en donde estaba él charlando con Natasha—. Estamos en un punto de la relación en la que no estamos juntos pero nos amamos —Volvió la vista a Gea—. ¿Cómo es eso posible? Amo a Steve y no puedo estar plenamente con él. Eso me frustra demasiado.

Gea pensó un momento la situación, estaban peor de lo que pensaba. Creía que Ángela sólo no estaba con él por un capricho, algo banal. Sin embargo tras su voz, ahora, sabía que era algo mucho más grande.

D E S T I N O » Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora