Capítulo 48: ¿Dónde está Bucky?

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48. ¿Dónde está Bucky?

Veía borroso, y no por causa de algún golpe. De la nada. Hace unos instantes estaba bien, golpeando la cara de alguien contra su rodilla o... no recuerda a qué estaba golpeando exactamente. Si es que era un qué o un quién.

Pero estaba, justo hace... ¿dónde estaba?

—¡Anya! ¡Despierta! —escuchó su nombre. Viró en dirección de ese soplo del viento que le chocó la cara, pero la visión de un brillante mundo la hizo fruncir el ceño. Vaya brillo. Como la gema que portaba Visión sobre su frente, pero, no era él. Era algo... más.

—¿Wanda? —preguntó. Tropezó un instante, figurándose de que a su alrededor todo parecía ir en cámara lenta—. ¿Cuándo nos drogamos?

Un estruendo que no escuchó y solo sintió la vibración de la tierra contra los huesos de sus pies, grito se sumó, se oía lejano, también con el efecto de estar debajo del agua. Se escuchó más cerca, luego lejos, como en degradé:

—¡Trata de despertar! ¡Es una mentira! ¡Enfócate!

No quería enfocarse, el mundo se sentía tan cálido y lindo. Oía la risa de un bebé, del bebé de su visión y la que hacía que todo pareciera hecho... amor.

Se rió de lo estúpidamente hermoso que era todo.

—¡Anya!

¿Quién hablaba? ¿Dónde estaba? ¿Quién le estaba...?

Un subidón de energía se le inyectó.

¡Ah! —gritó y lanzó un golpe a su derecha. Por reflejo. Puro y santo –asesino– reflejo. Una mujer cayó y todo volvió a Anya, de sopetón. Claro, la estaban distrayendo. Poderes mentales, maldijo—. ¿Por qué demonios tengo que preocuparme por poderes mentales cuando te tengo a ti, Wandis?

Pero no fue Wanda quien le respondió, sino una explosión que pasó volando por encima de su cabeza. La inhumana que le lanzó un maldito auto falló a su tiro. Estúpida.

Ahora estaba luchando contra casi veinte mujeres, todas con poderes y habilidades diferentes que no conocía y que estaban tratando de mantener escondidas mientras la atacaban. Bastaba decir que habían evitado, en todo momento, que usara su pesadilla, ¿cómo?

Pues ni puta idea. Pensaba en envenenarlas, en sacar las sombras de su cuerpo, pero nada venía. Nada aparecía. Ni siquiera al revisar su mente, a donde usualmente estaba su pesadilla rondando. Nada.

Parpadeó.

—¿Qué mierda...?

¡Lenguaje! —se escuchó a Tony cantar del otro lado—. Atentamente, el capipaleta.

Él había llegado, su voz de borracho irónica la hizo sentir extrañamente a gusto. Eso quería decir que también Visión y Rhodes.

—¿Alguien ha encontrado a mi padre? —dijo cuando sujetaba el gorro que traía puesto ante el potente viento de una inhumana—. Quiero encontrarlo y matarlo. Si él muere todo esto termina.

Vaya convicción. —fue lo único que dijo Tony antes de oír a lo lejos una corredera de explosiones.

Ninguna señal de Rowling —contestó Natasha, sonando agotada—. Si supiéramos, ya estaríamos atacando en esa dirección. Seguiremos buscando.

—¿Dónde está Bucky? —preguntó, pero no hubo respuestas.

Rodó los ojos. Él de seguro estaba estancado con las inhumanas, al igual que todos, y trataba de llegar a ella. Bueno, cuando llegara, iba a ver cómo pensaba castigarlo por preocuparla. Ya se estaba tardando mucho. Incluso Sam. Sam volaba, ¿por qué no aparecía siquiera por aire?

WINTER ART • Bucky Barnes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora