Capítulo 20: ¡Es para hoy!

5.4K 410 662
                                    

20. ¡Es para hoy!


Pasando saliva, los ojos increíblemente azules de Vanessa vagaron de los cubículos explotados hasta sus manos. ¿Qué había hecho? ¿Cómo pudo siquiera haber pensado en poner en riesgo a tres seres humanos inocentes? Ya habían sufrido suficiente, la misma Anya lo dijo, diez años viviendo con lo mismo, ¿no le parecía poco? ¿Y agregarle más sufrimiento?

Habían pasado ya dos semanas desde el incidente, pero todas las imágenes y emociones aún refulgían en su interior como el primer día. La mirada de todos... no pudo con muchas de ellas, pero la peor de todas fue la que no se veía. Las peores miradas de todas fueron la de los milagros, todos ellos inconscientes, conectados a respiradores y vías intravenosas.

Su metida de pata debía ser titular del record guinness como «estúpida logra impresionar de la peor forma a su jefe».

Dejó de ver los cubículos ya limpios y caminó hasta la mesa donde tenía sus apuntes. Tony le había pedido que se mudara a la Torre Stark, para así mantenerla como asistente de Pepper Potts hasta ganar nuevamente su confianza. Era algo que se merecía, lo tenía claro.

Quería enmendar las cosas y esta era una buena forma de hacerlo. Sabía que lo había arruinado, por mucho. Pero, ¿cómo enmendarlo con los milagros, quienes habían sufrido más? Pietro no quería verla ni tampoco dejaba que se acercara a Wanda. Lo mismo pasaba con Bucky Barnes, él fue muy específico al ir a su laboratorio, acorralarla contra la pared y amenazarla estrictamente con respecto a Anya.

Aún recuerda sus frías palabras:

—Si te veo cerca de ella otra vez, si respiras cerca de ella o siquiera piensas mirarla, el que seas mujer no me impedirá lastimarte.

Y había abandonado el laboratorio, pisando fuerte. Él la asustaba, después de todo lo que hizo, de cómo actuaba y cómo enfrentaba a todo el mundo... Vanessa nunca encontrará a Bucky Barnes como alguien con el que podía hablar y compartir secretos, sino que lo veía como alguien que solamente vivía para asesinar o cometer delitos. Así como un demonio.

—Fury me dijo... que te ibas.

La voz la hizo detenerse. Sus manos dejaron de moverse sobre las hojas y se limitaron a congelarse. Un sudor frío la envolvió, de la cabeza a los pies.

Por un instante, cerró sus ojos, imaginándose el cuerpo, la mirada de quien le hablaba y se estremeció. Tan guapo, tan masculino que era... Abrió los ojos de golpe y suspiró, sintiendo la decepción por el doble. Ella nunca podría tenerlo. Debía olvidar su crush por el Capitán América.

Desde que lo conoció su primer día de trabajo, no pudo olvidarlo. Era tan amable, tan dulce, no había ningún rastro de maldad en él. Un rasgo entrañable, casi primordial. Vanessa hace mucho que no conocía a alguien así. La única persona que realmente se interesó por ella fue su hermana.

Y ahora ella ya no estaba.

—Sí —murmuró, intentando ensanchar una sonrisa—. Me voy hoy mismo, de hecho ya iba de salida —tomó apresuradamente sus apuntes y los ordenó—. No dejaré todo lo que he construido, al menos. El señor Stark me dejó mudarme a su torre, ahí viviré por ahora.

Se tragó su nuevo puesto de trabajo, se ahorraba la vergüenza que eso representaría.

Al voltearse, vio a Steve jugar con unas pinzas de metal nerviosamente. No la miraba, pero se notaba algo cabizbajo.

—Lamento haber actuado así el día del accidente. Soy como un padre que se preocupa por sus hijos, cuando vi a los niños sufrir yo... sólo pensé en su bienestar —alzó la mirada –la azulina mirada– hasta encontrar la suya. Vanessa pudo jurar que su corazón se saltó un latido—. Quise buscarte antes para disculparme, pero no te encontraba.

WINTER ART • Bucky Barnes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora