Capítulo 15: Cosas «tan Bucky».

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15. Cosas «tan Bucky».


Anya. Tenía que encontrar a Anya.

La bruma oscura cubría todo, no podía ver su mano ni nada que estuviera cerca de él. La claustrofobia no era un tema delicado para Bucky, pero cierta parte de él sentía algo de terror al sentirse totalmente incapacitado. El no poder ver ni oír hacia dónde irá, ponía de los pelos a cualquiera.

Chocó contra un cuerpo e inmediatamente lo golpeó. No le dio tiempo a nadie de tener ventaja sobre él, en especial cuando estaba rodeados por enemigos. El cuerpo salió volando. O al menos eso creyó cuando escuchó un gruñido y un duro golpe de cosas rompiéndose.

Aunque ya sabía qué esperar de toda esta situación, aún tenía sus dudas. El poder de Anya era difícil de descifrar, pero pudo dar en el clavo a su inferencia cuando retrocedió un par de pasos. La bruma se hizo menos densa, dejándolo ser consciente de todo a su alrededor. Aún sin rastros de Anya.

Como supuso, la pesadilla se hacía más espesa e intolerable mientras más cerca esté de Anya. Eso quería decir que se estaba alejando de ella, no acercándose.

Madame Muriel tomó su mano de improvisto, deteniéndolo en el momento en que daba un paso para adentrarse en el lugar. Iba a empujar a la mujer fuera de su camino, creyendo que lo estaba reteniendo para ayudar a capturarlo, pero al ver el dolor y la compasión en sus ojos, se detuvo.

—No está muerto. —dijo ella, con la garganta apretada.

Anya apareció a su lado entonces, lista para salir corriendo. Bueno, a la mierda su teoría. La bruma no se hizo más espesa con ella aquí, sino que se concentró unos metros más allá.

Tenía el vestido rojo rasgado en el muslo, dejando ver un cuchillo adherido a su pierna. Muy... atractivo. Sintió como su sangre comenzaba a hervir, extrañamente. Pero no era tiempo de analizar lo que sintió al verla. Bucky la estudió con la mirada, no estaba herida, sino ilesa. A salvo. Y con un chico al lado. El tal llamado Byron. O Brian. O cómo se llame.

La pelirroja pasó la mirada de Bucky a Madame Muriel.

—¿Qué es? ¿Qué pasa? ¿Por qué no se mueven?

—Axel no está muerto —dijo la mujer apresuradamente, apartándose de Bucky para acercarse a Anya—. Está vivo, pero corre peligro, ¿de acuerdo? Jacob lo mantiene en una cámara donde duerme, no sé qué es... No es algo en lo que puedan interferir. Ahora... corran. Rápido.

Bucky tomó el brazo de Anya, empujando a Brett de su camino y la obligó a correr a su ritmo. El chico, para su desgracia lo siguió.

—¿Por qué nos sigues? —preguntó en el momento en que Anya se apartaba de él e iba corriendo a los brazos de Madame Muriel.

El chico tragó saliva.

—La señorita Anya permitió que la acompañara —alzó sus manos encadenadas—. No quiero estar al mando de Devereux nunca más. Sufro.

Incrédulo y algo irritado, preguntó:

—¿Señorita Anya?

—¿Es todo lo que te importa? —escuchó que gritaba ella a sus espaldas.

—Supongo —respondió Bucky en voz baja—. ¿Qué quieres realmente, niño?

Volvió a pasar saliva, con más fuerza.

—Volver con mi familia.

Se compadeció de él simplemente porque nunca lo miró a los ojos, delatando su miedo. Le recordaba un poco a él cuando estaba en manos de HYDRA. Bucky se estiró y tomó las ataduras con su brazo de metal, rompiéndolas. Así también hizo con la de los tobillos, liberando a Bastián.

WINTER ART • Bucky Barnes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora