kapitel dreiundvierzig. (43)

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Una breve nota de la autora antes de comenzar.

No tengo palabras para agradecerles lo mucho que ha crecido esta historia. Cuando llegamos a los 100K las visitas empezaron a aumentar más de lo esperado, y eso es algo que sólo puedo debérseles a ustedes. Son increíbles, las mejores, siempre leo con mucho cariño sus comentarios (los que de verdad me inspiran y me llenan el corazón. Ustedes saben quiénes son), sus opiniones y sus votos. De verdad, significa muchísimo para mí, no puedo expresarles lo mucho que las aprecio a todas. Son chulísimas, las mejores lectoras que alguien pueda tener.

Gracias por todo, en serio. Por entender mi tiempo y mi trabajo. Esto es solamente para ustedes. Las quiero mucho ❤️

Les dejo este meme porque me dio mucha risa y me sentí súper identificada, ggg. ¡No sean así! :(

Ahora sí, muñecas, continuemos

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Ahora sí, muñecas, continuemos...

🍼🧸🍼🧸

043.

—Tuvo un ataque de asma muy prematuro, desencadenado gracias a un resfriado. Es muy común, Verena —expresó el doctor Parker retirando el estetoscopio del pecho de Marlene. Una sonda de oxígeno la ayudaba a respirar por la nariz, pero estaba muy despierta. Estiraba las manos hacia mí, y gimoteaba porque yo no podía cargarla. Sin embargo, evité soltar su pequeña mano—. La mantendremos unas horas con el oxígeno, o si es necesario toda la noche. La trataremos con esteroides mediante broncodilatadores.

Asentí en silencio. Volker cruzó los brazos sobre el pecho y siguió al doctor afuera del consultorio.

Viktoria dormía en una silla acolchada que consiguió una de las enfermeras y nos prestó muy amablemente.

—Pequeña, le diste un buen susto a mamá —le dije a Marlene acariciando su sedoso cabello rubio cenizo.

Ma... Ma. Mama..., ma —balbuceó. Sonrió para sí y llevó su mano libre a la sonda que salía de su nariz, intentando inútilmente jalarla. Su rostro se veía muy diferente gracias a las bolsas oscuras bajo sus ojos azules.

Su primera palabra fue mamá. Pensé que a Milen le habría dado un infarto si hubiera estado ahí. Planté un beso sobre su frente y ella se removió, nuevamente estirándose hacia mí. No la cargué por completo, pero sí la abracé. Volker regresó al consultorio más pronto de lo que esperaba.

—¿Cómo estás? —Me preguntó. Tomó asiento a un lado de la camilla, extendiendo la mano a la espalda de Marlene para acariciarla.

—Estoy bien. No esperaba que sus ataques empezaran tan pronto.

—Tampoco yo —admitió—. Menos mal que tienes muy buenos doctores a tu alcance —sonrió levemente y le respondí de la misma manera—. ¿Hablaste con Milen?

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