--Después de la transformación tendréis ganas de hacer "eso" que las parejas hacen, usen protección, es importante --se leía en el blanco papel, sonrojando al mayor, aunque solo se calentó ante la idea de hacer a Natsu suyo, el cual no paraba de deleitarse con su cuello, sacándole gruñidos y jadeos placenteros por cada lamida o mordida.
Estaba atardeciendo y el viento movía el cabello de ambos, que ahora mismo estaban haciendo otra cosa más importante que mirar al cielo.
Natsu había marcado cada centímetro del cuello de su novio, el cual lo tumbó en el suelo para darle un largo lametón desde la clavícula hasta la mejilla, quitando la bufanda que siempre llevaba y lanzándola a un lado. El menor soltó un gran gemido al sentir la húmeda lengua del azabache sobre su cuello y mandíbula. Ante el sonido, Gray sonrió con lujuria y retiró el chaleco de Dragneel para empezar a acariciar cada parte del cuerpo ajeno, sintiéndolo temblar bajo su tacto.
El pelirosa estaba cegado ante el calor que sentía debajo de su piel por cada caricia que recibía, volviéndolo loco, situando sus manos en los anchos hombros de su novio para luego pasarlas a su espalda, acariciando cada músculo a su paso.
El mago de hielo estaba perdiendo la cordura ante las caricias de su pareja, tanto, que ya no pudo aguantar y quitó los pantalones del otro chico como los suyos propios sin parar de escuchar los lascibos gemidos que salían de la boca del menor.
--Gray, tengo calor, apágalo --pidió con lujuria opacando su mirada, ensanchando la sonrisa perversa que Gray tenía en su rostro.
--¿Cómo quieres que lo haga? --preguntó burlón, deslizando su mano derecha por la piel tersa del muslo del pelirosa, haciéndolo gemir más fuerte.
--Da igual, solo... hazlo --suplicó entrecortado, atrayéndolo contra su cuerpo en busca de más contacto entre ellos.
Sin responder, Fullbuster apresó los labios del otro en un beso fogoso, devorándolo con hambre, invadiendo su cavidad bucal sin pedir permiso, siendo aceptado en seguida.
Las manos de ambos recorrían cada centímetro de piel del cuerpo del otro, hasta que se quedaron sin aire y se separaron para seguido unirse otra vez. El azabache comenzó a retirar la ropa interior de su novio, quitándola por completo y dejándolo a su mereced, suyo y únicamente para él.
Mordió el tentador cuello de su pareja junto a sus clavículas y pecho, llegando hasta sus botones rosas, que ya estaban duros, y los chupó a su antojo.
Cuando sintió que ya había hecho sufrir al menor lo suficiente introdujo tres dedos en la lasciva boca que su pareja poseía, contemplando como los lamia y succionaba con perversión, mirándolo directamente a los ojos, excitándolo más si es que se podía.
Retiró los dedos a prisa para besarlo al mismo tiempo que introducía el primer dígito en la virgen entrada del otro, notando como ahogaba un gemido en el beso que se estaban dando, para luego separarse quedando unidos por un hilo de saliva. La separación no duró mucho ya que Dragneel la volvió a cortar, ocasionando que la saliva saliera por las comisuras de sus labios junto con todo el sudor que ambos tenían por lo que estaban haciendo.
Un segundo dedo entró más profundo en el interior del menor, sacándole otro gemido ahogado al pelirosa.
--Por favor, más --rogó cuando se separaron del intenso beso que se estaban dando.
La cordura salió del sistema del mayor, sacando los dedos del cálido interior del pelirosa, ganándose un gruñido de enfado por la acción, para posteriormente retirar sus propios boxers e introducir su erecto miembro de una sola estocada en la estrecha entrada de Natsu, el cual soltó un fuerte y prolongado gemido al sentir el placer que lo hecho por el mago de hielo le había causado.
--¡Más, más! --reclamó sin pudor alguno, colgándose del cuello de Gray y enrollando las piernas en su cadera para atraerlo y hacerlo entrar más profundo.
--Como pida mi dragoncito --habló cegado por el placer que la sensación de estar en la estrechez de su novio le causaba.
Las embestidas rápidas y certeras no tardaron ni un segundo en llegar, sintiendo como el interior del pelirosa se estrechaba perfectamente en su miembro, almoldándose esquisitamente.
El vaivén se volvía cada vez más intenso, hasta que llegó a tal punto que el dragón de fuego soltó un gemido más alto que en comparación con los otros.
--¡Gray, ahí, más por favor! --exigió mientras lágrimas bajaban de sus ojos jade por el placer que estaba recibiendo.
Cegado, el cuerpo de Gray solo seguía las órdenes que su dragoncito le mandaba, embistiendo únicamente ese punto que volvía loco al pelirosa debajo de él.
Cada vez estaba más cerca de llegar al ansiado clímax, y notaba que el mago de fuego tampoco tardaría al notar como sus paredes se contraían contra su erección, dificultándole el movimiento, forzándose a entrar para alcanzar el punto dulce de Dragneel.
--Te quiero... dentro --mandó en un gemido el menor mirando suplicante al chico que le estaba haciendo experimentar un placer inexplicable.
--Lo pensaba hacer de todos modos --se burló para después, por instinto que no sabía que tenía, acercar su boca al hueco que hay entre el hombro y el cuello del pelirosa, mordiendo en esa zona con una fuerza sobrehumana al mismo tiempo que se corría abundantemente en el interior de su novio mientras este lo hacía en los abdómenes de ambos.
Cuando terminó de correrse separó sus colmillos del cuello del menor y lamió la herida al verla sangrar.
--Lo siento, no sé por qué lo hice --se disculpó al ver la gran marca que había dejado.
--Es... una marca de propiedad... significa que ahora... únicamente... te pertenezco... a ti, lo hizo tu instinto... no te preocupes, quería tenerla --explicó, recuperando el aire perdido por la acción recién cometida, acariciando la zona alrededor de la marca.
Gray se tumbó después de salir de el interior de Natsu y lo acurrucó contra él, tapando su desnudez con la capa que siempre llevaba este en la cadera, sintiendo como cayó dormido nada más poner la cabeza sobre su brazo como almohada. Sonrió al ver eso, mientras que miraba con orgullo la marca en su cuello, algo le decía que hacer eso fue lo mejor que pudo hacer, ahora eso era una prueba de que el pelirosa le pertenecía a él y viceversa, no podía estar más feliz ante esto.
Siguió al menor al mundo de los sueños más tarde, con la idea de él y el amor de su vida teniendo una familia más adelante.
Lo que no pensó es en que no había hecho caso a la nota, y no había usado protección.
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Nueva familia
FanfictionSiempre había servido fielmente al gremio, y se lo pagan expulsándolo por no confiar en el poder que su padre le cedió para cumplir una misión imposible para él. Se fue del gremio y de Magnolia, pero no estaba solo, su amor hasta entonces oculto lo...