Estás preciosa. – me dijo Keisha mientras terminaba de hacer mi trenza.
Tú también estás genial. – me giré para mirarla. Esta noche Cassandra y Max harían una cena en honor a su boda. Él no estaba muy animado, pero yo en estos días trataba de distraerlo y que me enseñará el lado bueno de las bodas.
No seas hipócrita. Tú no quieres que él se case con esa muchacha. A ti te gusta que él te preste atención. Te has acostumbrado a sus caricias y a sus abrazos, que te mataría verlo con otra.
Esa idea no dejaba de rondar en mi mente y creo que Keisha lo noto porque se acercó a mi y me abrazó.
Quiero que sepas que te agradezco todo lo que haces por mi hermano, pero no es justo lo que te estás haciendo a ti. – la miré y sentí mis ojos llenos de lágrimas.
Tú hermano me hace sentir diferente... - ella me miró sorprendida. – Me hace sentir querida... Nunca me había sentido así, Keisha. Cuando estoy con Maximus mi cuerpo se estremece y me pongo más nerviosa de lo que ya estoy.
Pero eso no es malo, Greta. Te sientes atraída por mi hermano y sé que él esta por ti también. – me sonrió.
Keisha le mentí. – me miró sin entender. – Le dije que estaba prometida cuando no lo estaba.
¿Qué? ¿Por qué? – dijo divertida.
Me puse muy nerviosa... - ella comenzó a reírse.
Esta noche debes decirle la verdad. – la miré y negué efusivamente.
Por supuesto que no. -abrí la puerta y ella bufó a mis espaldas. Al salir vimos a Maximus.
Ey... - dijo él. - ¿Listas?
¿Cuánto tiempo llevas ahí? – pregunté preocupada. Me sonrió y miré a Keisha que se encogió de hombros.
¿Vamos? -nos tendió sus brazos y ambas nos enganchamos a él. Yo aún conservaba el miedo en el cuerpo. ¿Y si nos había escuchado? Esperaba que no.
Llegamos hasta el salón donde ya se encontraban los invitados. Yo me fui a apartar del brazo de Maximus, pero este me lo impidió.
Entráis las dos conmigo...-nos dijo y yo miré a Keisha no muy segura.
El guardia real dio la entrada de Maximus y luego de nosotras para entrar todos juntos.
George ya se encontraba entre los invitados, se acercó a nosotros en cuento nos vio llegar.
Hija estás hermosa...-sonreí mirándolos.
Gracias, padre. – beso su mejilla y George me miró y me hizo un gesto para que me acercara.
Hacéis una gran pareja, pero evita que Cassandra os vea así, no quiero que esa loca te haga algo, hija. – beso mi frente y le sonreí.
Gracias por el consejo, majestad. – sonó una música y los tres nos giramos para ver entrar a Cassandra con su familia. Maximus se acercó hasta ellos y le tendió la mano caballerosamente, a lo que ella enseguida respondió enganchándose a su brazo.
Es una bruja... - Keisha susurró a mi lado. La miré y luego hacia la mesa. - ¿Nos sentamos? – tire de ella y caminamos hasta la mesa para sentarnos al lado de George que ya nos había reservado sitio.
Aquella mesa era enorme y ya estaba repleta de invitados. Nunca había visto un lugar tan lleno de humanos.
Maximus se sentó en su lugar correspondiente y enfrente de George se sentó Cassandra seguida de sus padres. Ella hacía el papel de mujer enamorada, pero sabía que tramaba algo.
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Mi extraña maldición
FantasyMaximus Williams, un joven rey aún aprendiendo de los errores de la vida, conoce a una sirenita un tanto soñadora y de corazón puro, quien lo enseña a ver la vida con amor y dulzura. Pero tras esta batalla en el amor a la que se enfrenta Maximus, ha...