Al llegar, Greta y Maximus se separaron. Maximus se dirigió hasta la habitación de su padre, el cual estaba sentado apoyado al cabezal de la cama, mientras leía tranquilamente.
Padre... ¿Cómo se encuentra? – Maximus se acercó hasta la cama de su padre.
Pues bastante bien, Cassandra llegó hace un momento. – le señaló la taza de té en la mesilla.
¿Qué? ¿Cassandra esta aquí? Ordené que no la dejarán entrar. – Maximus se alarmó.
Ella parecía bastante indignada, pero le dije que no me apetecía el té y se marchó. – dijo George.
¿A dónde padre? – Maximus caminó a la puerta.
No lo sé, pero no te preocupes por Keisha y Azariel. Ellos están en el invernadero. – Maximus abrió los ojos al pensaren Greta y salió corriendo.
Greta entró en su habitación y caminó al armario para sacar su ropa e ir a ducharse. Entró al baño y cerró tras de sí, lo que no esperaba Greta era la sorpresa que le esperaba dentro.
Cassandra apareció detrás de la puerta y le posiciono el cuchillo en el cuello. - ¡Me estás arruinando mi plan, sirena!
Cassandra...- Greta intentó soltarse, pero solo provoco que Greta le cortase el cuello levemente.
Como grites te mato...-apretó aún más el cuchillo contra el cuello de Greta mientras le tiraba del pelo hacia atrás. – Esto te lo has buscado por entrometida. Pero sabes que, te voy a dar el gusto de saber cual será mi plan una vez hayas muerto.
Maximus ya lo sabe... -golpeó la cabeza de Greta contra la pared y la tiró al piso. Lo único que recuerda Greta es otra sombra aparecer al lado de Cassandra y tomarla en brazos.
¡Greta! – Maximus entró en la habitación de la sirena y la busco por cada rincón de la habitación, también la busco en el baño y solamente al entrar y ver la sangre en el piso, Maximus sintió un escalofrió de los pies a la cabeza y pensó en lo peor. - ¡Guardias!
¿Sí señor? – el guardia se posiciono al lado de su rey.
Reúne a todos los soldados y buscar a Greta, Cassandra y Marco Zappellini. – caminó firme a la habitación de George. – Y dígale a mi hermana que venga a la habitación de mi padre. ¡YA!
Señor, Marco Zappellini está desaparecido. – dijo el general.
¡Está en este castillo! ¡Y lo quiero muerto! – el general observó por primera vez a su rey bastante enfadado. Maximus nunca había sido un hombre gruñón y nunca había tratado mal a su gente. Esta vez habían tocado lo mas importante para Maximus, la mujer de la cual estaba enamorado.
Después de registrar el despacho y la habitación de su hermana, camino hasta la de su padre.
¡Padre! – entró en la habitación.
¿Dónde esta mi hermana, Maximus? – Azariel se acercó al rey alarmado.
No lo sé, Azariel, pero Greta tenía razón esos dos estaban compinchados. Querían matar a mi padre. – Keisha se acercó a su hermano.
¿Qué vas a hacer, Max? – su hermano besó su frente.
Voy a salir con los muchachos para buscarlos en el bosque. Creo que sé a donde han ido... -gruñó.
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Mi extraña maldición
FantasyMaximus Williams, un joven rey aún aprendiendo de los errores de la vida, conoce a una sirenita un tanto soñadora y de corazón puro, quien lo enseña a ver la vida con amor y dulzura. Pero tras esta batalla en el amor a la que se enfrenta Maximus, ha...