Capítulo 30: Mi extraña maldición

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Al llegar, Greta y Maximus se separaron. Maximus se dirigió hasta la habitación de su padre, el cual estaba sentado apoyado al cabezal de la cama, mientras leía tranquilamente.

Padre... ¿Cómo se encuentra? – Maximus se acercó hasta la cama de su padre.

Pues bastante bien, Cassandra llegó hace un momento. – le señaló la taza de té en la mesilla.

¿Qué? ¿Cassandra esta aquí? Ordené que no la dejarán entrar. – Maximus se alarmó.

Ella parecía bastante indignada, pero le dije que no me apetecía el té y se marchó. – dijo George.

¿A dónde padre? – Maximus caminó a la puerta.

No lo sé, pero no te preocupes por Keisha y Azariel. Ellos están en el invernadero. – Maximus abrió los ojos al pensaren Greta y salió corriendo.



Greta entró en su habitación y caminó al armario para sacar su ropa e ir a ducharse. Entró al baño y cerró tras de sí, lo que no esperaba Greta era la sorpresa que le esperaba dentro.

Cassandra apareció detrás de la puerta y le posiciono el cuchillo en el cuello. - ¡Me estás arruinando mi plan, sirena!

Cassandra...- Greta intentó soltarse, pero solo provoco que Greta le cortase el cuello levemente.

Como grites te mato...-apretó aún más el cuchillo contra el cuello de Greta mientras le tiraba del pelo hacia atrás. – Esto te lo has buscado por entrometida. Pero sabes que, te voy a dar el gusto de saber cual será mi plan una vez hayas muerto.

Maximus ya lo sabe... -golpeó la cabeza de Greta contra la pared y la tiró al piso. Lo único que recuerda Greta es otra sombra aparecer al lado de Cassandra y tomarla en brazos.




¡Greta! – Maximus entró en la habitación de la sirena y la busco por cada rincón de la habitación, también la busco en el baño y solamente al entrar y ver la sangre en el piso, Maximus sintió un escalofrió de los pies a la cabeza y pensó en lo peor. - ¡Guardias!

¿Sí señor? – el guardia se posiciono al lado de su rey.

Reúne a todos los soldados y buscar a Greta, Cassandra y Marco Zappellini. – caminó firme a la habitación de George. – Y dígale a mi hermana que venga a la habitación de mi padre. ¡YA!

Señor, Marco Zappellini está desaparecido. – dijo el general.

¡Está en este castillo! ¡Y lo quiero muerto! – el general observó por primera vez a su rey bastante enfadado. Maximus nunca había sido un hombre gruñón y nunca había tratado mal a su gente. Esta vez habían tocado lo mas importante para Maximus, la mujer de la cual estaba enamorado.

Después de registrar el despacho y la habitación de su hermana, camino hasta la de su padre.

¡Padre! – entró en la habitación.

¿Dónde esta mi hermana, Maximus? – Azariel se acercó al rey alarmado.

No lo sé, Azariel, pero Greta tenía razón esos dos estaban compinchados. Querían matar a mi padre. – Keisha se acercó a su hermano.

¿Qué vas a hacer, Max? – su hermano besó su frente.

Voy a salir con los muchachos para buscarlos en el bosque. Creo que sé a donde han ido... -gruñó.

Mi extraña maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora