Capítulo 16: Me he enamorado de él

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Después de que Maximus se alejara con Marco y Keisha volviese con George, Cassandra se había quedado totalmente en silencio. Solo me observaba de una manera que no comprendía. Que no comprendía porque yo nunca le había hecho nada.

Mira, Greta, creo que no entiendes como va esto. Ser la esposa de un rey requiere todo el esfuerzo y, además, toda la importancia del mundo. Pero, desde que tú has aparecido en la vida de Maximus, nuestros mundos han dado un vuelco. – dijo.

Cassandra nunca fue...-me interrumpió.

¿Quién te crees que eres para venir a este palacio y alterar el orden de las cosas? Tú no eres hija del reino del Oeste, pero juro por lo que más quiero, que voy a desenmascararte. Todo el mundo se enterará de tu falsa vida y yo estaré ahí para sonreír victoriosa y ser buena esposa cuando Maximus lo descubra. – la última parte fingió sentir pena por Maximus, pero si solo ella supiera quien soy en realidad no tiraría tanto disparo al aire.

Estás malinterpretando las cosas, Cassandra, si tan solo me dejaras explicarte...- volvió a interrumpirme.

No quiero mentiras de una... sinvergüenza como tú. – caminó a mi alrededor. – Maximus nunca se fijaría en alguien tan poca cosa como tú. Solo eres una humana más para él. Una mujer más que él utiliza a su antojo. – sentí mi corazón encogerse.

Entonces, tú eres una mujer más, ¿no? -alcé mi mirada a la de ella y está me abofeteó.

No te equivoques...-llevé mi mano a mi mejilla. -...para eso ya estás tú. Pero cuando nos casemos, no le hará falta ninguna mujer porque yo soy suficiente mujer para él. – giró sobre sí misma. - ¿No lo ves?

Lo único que veo es una mujer insegura que necesita sentirse el centro de la atención y, además, necesita a un hombre para valerse. – alcé mi rostro y tensé mi mandíbula. – Nunca me vuelvas a pegar, porque te arrepentirás de ello. Tal vez no te conozca como lo hacen Keisha o Maximus, pero me es suficiente ver lo que he visto para saber que tienes un corazón podrido y que eres lo peor como mujer. Si tú te haces llamar mujer correcta para Maximus, entonces pobre vida le espera al rey y que malo tuvo que haber sido él para merecer a una bruja como tú. Porque de donde yo vengo, a las mujeres malas se les llama brujas.

¿Y sabes lo que veo yo? Una niña malcriada y aprovechada que seguramente ha dejado a su familia de lado solo para que el rey Maximus correspondiese su corazón, pero se equivocó de rey porque este ya está escogido...- sus palabras hablando de mi familia me partieron el corazón.

Hablas de Maximus como un objeto. -dije sintiendo una extraña energía que me hacía perder las fuerzas que tenía hace un momento.

Es que es un objeto. Nosotras y ellos. Somos dos mundos muy distintos. Los hombres solo sirven para hablar de terrenos y obtener más y más, y nosotras adquirimos todas sus riquezas, eso sí, siempre complaciéndolos para que no nos quiten lo nuestro. – dijo divertida.

Solo quieres la fortuna de Maximus...- una punzada en el corazón fue lo único que sentí.

Exacto, a mí Maximus, me da exactamente igual. Bueno, no del todo, puedo utilizarlo a mi antojo. Y le daré todo lo que él desee, solo para ser la mejor. – dijo divertida y de repente su semblante cambio. – Y por ello no voy a permitir que una cualquiera como tú intervenga en mi plan. Así que andate con los ojos bien abiertos. -me sonrió y entró dentro de palacio.

Me dejé caer sujetándome del muro y algunas lágrimas expresaron lo que estaba sintiendo mi corazón ahora mismo. No quería volver a entrar a esa fiesta, no quería volver a verlos. Los humanos eran muy crueles.

Mi extraña maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora