Capítulo 23: La ruptura

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Narrador Omnisciente

Greta y Max eran dos personas con caracteres muy parecidos, ambos querían proteger a su familia y siempre dejaban de lado sus sentimientos, pero en esta ocasión ambos se necesitaban, se notaba en el ambiente.

Maximus giro a Greta sobre sí misma para mirarla a los ojos. Ella parecía sorprendida ante las palabras de Max, pero sabía que lo ansiaba tanto como él a ella. Dejó caer sus manos en el pecho de Maximus y este tomo su pequeño cuerpo pegándolo al suyo.

Greta, te amo. Me da igual lo que pase alrededor, solo me importas tú y mi familia. – Greta sabia que las palabras que pronunciaba Maximus eran ciertas, pero algo en ella no la dejaba estar bien, sabía que su familia no estaba bien y no podía disfrutar del momento ante las desgracias de otros.

Maximus, amo cada cosa que me dices y amo como me tratas, pero ante todo somos reyes y...-Maximus sujetó el rostro de Greta y besó sus labios cortando sus palabras. Esta se separó levemente y alzó una ceja de manera interrogante.

Tú misma me dijiste que para que un pueblo sea feliz, deben ver a su rey feliz. Si tu no eres feliz, ¿cómo vas a conseguir que tu pueblo lo sea? – Greta se quedó sorprendida al ver que Max se acordaba de las palabras que ella misma mencionó una vez y se distrajo por un momento con los labios de su querido amante.

Max... - este rozó sus labios con los de Greta.

No pienses, Greta. Sé egoísta por un momento...-ella se puso de puntillas y con las palabras de Maximus en su cabeza, lo besó con todas las ganas que la llevaban a desearlo tanto. Este la alzó con sus grandes y fuertes brazos para caminar hacia la cama.

Espera, Max...-susurró ella en sus labios. – Tú brazo. Estás delicado aún. – él dejó varios besos en sus labios y luego bajo estos por su mejilla y cuello.

Estoy bien, Greta. No quiero pensar en mi brazo ahora, solo tú y yo, ¿recuerdas? – ella acarició su mejilla y ambos se fundieron en un verdadero beso de amor.

Maximus colocó a Greta en la cama posicionándose sobre ella y está rodeó el cuello de Maximus con sus brazos. Greta subió sus manos que estaban posicionadas en la nuca de Max hacia su pelo, hundiéndolas en este. Max mordió el labio de Greta y provocó que un jadeó saliera de ambas bocas.

Max...- susurró ella sobre los labios del atontado hombre.

Mmmm... - ella mordió el labio de él imitando el gesto que había provocado él antes y lo miró a los ojos.

Hazme completamente tuya. – susurró sobre los labios de este que lo dejaron completamente aturdido.

¿Estás segura de ello, Greta? – dijo con una sonrisa boba que la hizo reír.

Hazme el amor, Maximus Williams. Demuéstrame que todo por lo que hemos luchado ha valido la pena. – él enamorándose de las palabras que decía Greta, una tras otra, le tomó la palabra e hizo un camino de besos por el cuello de la joven que la hacían estremecerse.

Max, necesito tú...-pero a ambos se les olvidó un pequeño detalle y fue cerrar la puerta de la habitación. - ¡Maximus! ¿Qué haces? – gritó Keisha molesta al verlos de aquella manera a su hermano con su mejor amiga y ambos se separaron. Greta se ocultó detrás del cuerpo de Maximus avergonzada y Max la miraba cabreado por la interrupción.

Keisha, ¿qué maneras son esas de entrar a mi habitación? – ella lo miró sorprendida.

Esa no es la pregunta, la pregunta es ¿qué le estabas obligando a hacer a Greta? – Max se sintió herido ante la acusación de su hermana.

Mi extraña maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora