Capítulo 24: El retorno

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Narrador omnisciente

<6 meses más tarde>

Gracias, os doy las gracias soldados por haber puesto vuestra vida en mis manos para ayudarme a ganar esta dura guerra. Sé que me ausenté durante mucho tiempo, pero después de estos largos meses de incansables luchas y dolorosos sacrificios, ¡hemos vencido a Aqua! – la euforia de todos los soldados y sus familias se hicieron notar en el reino. – Ahora es tiempo de descansar y reponer fuerzas para estar siempre precavidos, pero Aqua ya no nos molestará más. Podéis marchar tranquilos a vuestros hogares.

Hace unas horas, Greta había dado el discurso que cerraba un horrible ciclo de la vida de sus sirenas y daba paso a una nueva Oceana, pero, aunque viese a su familia y su pueblo feliz, una parte de ella había muerto. Porque esta añoraba a Maximus...

Flashback

Y bueno se supone que he venido aquí para eso...- el ratón se quedó observándome detenidamente, me robó el trozo de comida que traían en aquella pequeña tablilla y huyó entre los huecos del bloque. - ¡Traidor! Solo estabas escuchándome por interés.

¿Con quién hablas? – alcé la mirada para observar esos intensos ojos verdes observarme a través de los barrotes. Rodé los ojos y le di la espalda.

No me hablo con usted. – me crucé de brazos.

Vengo a disculparme por dudar de usted, de su identidad. – me gire y me acerque hasta él.

¿De verdad? – dije emocionada. – Oh, menos mal. Creo que me hubiese vuelto loca, aquí encerrada. – lo vi abrir el calabozo y se apartó para que pudiese salir. Me tropecé por la debilidad de mis aletas, al no estar en constante movimiento se habían quedado dormidas.

Sujetó mi brazo y lo mire sonrojada. - ¿Está bien?

Lo siento, no sé manejarlas. – señalé las aletas o piernas como le decían ellos.

Sujétese de mi brazo. – hice lo que me pidió y lo seguí.

Fin del flashback

Sonrió mirando su cola y sintió un nudo en la garganta que no podía explicar.

¡Greta! ¿Qué haces aquí dentro? ¿No vas a disfrutar de la fiesta? – miró a Malia que entraba junto con su marido.

Es verdad, majestad. Debería estar celebrando su victoria y la de sus soldados. – dejó escapar un suspiro.

No estoy para fiestas, Malia. Arthur, no me digas majestad por favor. Nos conocemos desde que era una niña. – nadó hasta el gran ventanal y se sentó allí observando el gran arrecife que ahora estaba plagado de seres y los corales lucían con colores vivos.

¿Qué ocurre, hermanita? – Malia se acercó hasta Greta y colocó sus manos en sus hombros.

¿A veces no sientes que no perteneces a un lugar? – Malia frunció el ceño y respondió con total sinceridad.

Bueno, yo no me arrepiento de ser parte de Oceana. – Greta suspiró.

Yo tampoco, Malia. – Greta miró a su hermana. -...pero él se quedó mi corazón.

Pues tráetelo. – Greta negó.

No es tan fácil, Malia. Maximus es rey también. – esta se abrazó a si misma y a su vez, su hermana la abrazó a ella también.

Lo siento, Greta. Ojalé pudiera hacer algo que te devolviese la sonrisa. – suspiró. – Bueno, nosotros queríamos dar una noticia esta noche, pero consideramos prudente que la reina de Oceana la sepa primero. - Greta se giró sobre sí misma y miró a su hermana y a su cuñado.

Malia nadó hasta Arthur al cual se abrazó y después de una mirada cómplice, ambos observaron a Greta.

Vamos a ser padres. – Greta abrió sus ojos de par en par y nadó hasta su hermana para abrazarla.

¡Por Poseidón! – ambas rieron y Greta abrazó a Arthur. – Seréis unos magníficos padres. Os felicito a los dos.

Por fin os encontré. – los tres miraron hacía la puerta donde entraba por la puerta, Kai. - ¿Qué hacéis tan abrazaditos? ¿Me perdí algo?

Malia y Arthur están embarazados. – Greta tapó su boca y mi hermana rió.

¿Qué? – Kai nadó hacia Malia y la abrazó. - ¿Voy a ser tío? ¡Toma ya! -chocó los cinco con Arthur.

Ojalá Azariel estuviera aquí. – dijo Malia apenada.

Estoy aquí. – los tres hermanos se giraron hacia el sonido y Azariel estaba en la entrada.

¡Azariel! -Kai y Malia nadaron hacia él para abrazarlo.

¿Mi hermanita pequeña no viene a saludarme? – sonrió feliz de verlo y nadó hasta él para abrazarlo.

Te echaba tanto de menos. – susurro Greta contra el pecho de su hermano.

Tenemos que hablar. – susurro su hermano en el oído de Greta.

¿Sabes Aza? – ambos se giraron y miraron a Malia abrazarse a Arthur, mientras que Kai los miraba a ellos. – Nuestra hermanita, nos va a hacer tíos.

¿Qué? – Azariel miró a Malia. - ¿Enserio? – nadó hacia ella y la abrazó haciéndola girar. – Un pequeñajo. – Greta observaba a su familia feliz, ella los quería con todo su ser y estaba orgullosa de ser tía. Pero las palabras de su hermano la habían alterado, ¿le había pasado algo a Maximus? ¿Cómo estaba George? ¿Y Keisha?

Azariel tú visita me tiene preocupada. ¿Qué es lo que ocurre? – Greta senté en la caracola y él la imitó.

Después de que te fuiste de palacio, las cosas no han ido nada bien. – Greta sintió un nudo en su garganta esperándose lo peor. – Keisha se ha quedado embarazada...-llevó sus manos a la boca. – Unos días después de que te marcharás, ella tuvo varios desmayos y vino el doctor a chequearla... el abuso provocó un embarazo. Ella está metida en la habitación durante todo el día y solo sale cuando se lo pido yo, pero ya la situación es extrema, me voy a volver loco...-Azariel cerró su puño y Greta colocó la mano sobre la de él. – Quiero mucho a esa mujer Greta, y me siento muy culpable de lo que le hicieron porque si yo hubiese estado ahí...

Tú no sabías que ese desgraciado le iba a hacer eso, Azariel. Créeme, todos nos sentimos culpables por no haber acudido antes para ayudarla. – Azariel respiró hondo.

Lo de Keisha no es lo peor, George está enfermo. Ese hombre esta postrado en una cama y su vida se está haciendo un infierno allí. Maximus no levanta cabeza y la bruja de Cassandra volvió a él. Él se ha refugiado en ella porque tú no estás... se va a casar con ella. – Greta abrió sus ojos de par en par y se levantó bruscamente de la caracola.

¿Qué? – dijo la reina anonadada.

Cassandra trama algo. Lo sé, desde que ella llegó todo va a peor. Necesito que vuelvas conmigo, eres la única capaz de ordenar las cosas y sobre todo, la cabeza de Maximus. Ahora se ha dedicado a beber y si George llegase a morir, ni Maximus ni Keisha sobrevivirían. – Greta buscó a su alrededor y nadó hasta el cofre donde guardaba su medallón de la suerte, el cual era una botellita que le había dado su madre con plantas sanadoras. Su madre siempre le dijo que siempre que estuviese triste o en problemas, abrazase el medallón y pensara en lo que realmente quería.

Volvamos al palacio. – dijo Greta de manera firme.



Malia necesito que te encargues del reino mientras yo estoy fuera. Eres mi única esperanza. Cuando haya algún problema envía un delfín mensajero. Estaré atenta. – mi hermana me abrazó.

El pueblo de Oceana estará bien, Arthur y yo nos encargaremos de ellos. Ve con tú rey y hazlo entrar en razón. -Greta respiro hondo y dijo:

Él ya no es mi rey. – sentenció y tras despedirse de sus hermanos nadó junto con Azariel hasta la superficie. Sería un viaje de vuelta al castillo muy largo y pensativo. 

Mi extraña maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora