Shawn
‹¿Por qué sigues llamándola “mamá” cuando sabes que no lo es, Shawnie?›
Sven llegó a este mundo cuando yo tenía cuatro años y 5 meses. La idea de tener un hermano me gustó desde que supe que mi madre esperaba a un niño, aunque era muy pequeño para entenderlo todo. Lo único que sabía era que iba a tener alguien con quien jugar, a quien enseñarle todo lo que sabía sobre helados y por supuesto, que el de mango era el mejor.Cuando por fin nació fui uno de los niños más felices del mundo. Crecimos y compartíamos los mejores momentos juntos, la verdad, compartíamos todo, hacíamos siempre lo mismo. A medida que fui cobrando consciencia de mis actos, decidí que tenía que ser el mejor ejemplo que Sven pudiera tener, quería esforzarme al máximo para motivarlo a él y demostrarle que podía lograr todo lo que llegara a proponerse. Debía ser un hijo y una persona ejemplar. Pero nuestras acciones, como los medicamentos, pueden traer reacciones adversas, aún cuando nuestras intenciones son las mejores.
Sven se esforzaba mucho, siempre hacía las cosas lo mejor que podía, pero de algún modo no todo le salía de la mejor manera. Mi madre siempre lo entendió, le hacía entender que esas cosas pasaban, pero que su esfuerzo era suficiente. Mi padre en cambio no paraba de usarme como punto de referencia. “Tu hermano tiene las mejores notas, vamos, ¿qué es lo que él hace que tú no? Sabes que puedes hacerlo mejor” Eso no era lo que yo quería. Yo también me habría odiado.
La situación empeoró cuando Sven llegó a la adolescencia, todo se fue por la borda cuando un día descubrió el acta de matrimonio de mis padres, calculando fechas y sacando conclusiones llegó a la única que me habría gustado jamás descubriera.
Yo era 2 años mayor de lo que mis padres tenían de casados, tuvieron que decirle que Cristal no era mi madre biológica. Y después de eso, todo se trato de competir por su amor, al menos, para él todo se resumió a eso.Mi madre jamás había hecho diferencia entre nosotros, nos cuidaba y apoyaba por igual, nos amaba por igual. Pero Sven, no estaba dispuesto a permitir que aquello permaneciera de la misma manera.
«¿Por qué sigues llamándola “mamá” cuando sabes que no lo es, Shawnie?» Aquella frase me dolió como cien bisturís abriendo mi piel, sin anestesia. Sin previo aviso. Mi hermano pequeño estaba lleno de rencor hacia mí y, por el contrario, yo lo quería demasiado.
Shawnie, me llamo así desde que pudo comenzar a dirigirse a mí mediante el habla, pero después de lo antes mencionado, cuando me llamaba así jamás volvió a ser con cariño implícito. “No te preocupes Shawnie, tal vez sólo eras muy feo y tu mamá se espantó en cuanto te conoció. No la culpes.” Lo soportaba porque amaba a mi hermano y en el fondo esperaba que cuando adquiriera madurez cambiaría su manera de actuar, quería que lo hiciera. No quería perder a mi hermano.
El tiempo pasó, pero las cosas no cambiaron y cuando todo lo que provenía de él se convirtió en ofensas, agresiones y toda otra cosa con el fin de hacerme sentir mal decidí que no iba a tolerarlo. No fue sano para mis padres que sus hijos no se toleraran, las cenas y cada momento que pasábamos juntos se llenaban de tensión. Tuve una esperanza cuando Sven anunció que estudiaría medicina, yo ya me encontraba en la residencia, tal vez podríamos acercarnos de nuevo. Yo podría ayudarlo si algo se le complicaba. No sucedió.
La última vez que vi a Sven fue hace 7 años, cuando mis padres se fueron a Alemania él también se marchó de casa, a algún lugar del país del que no me informó, donde comenzó sus estudios, si todo ha seguido su curso, debe de estar en su último o penúltimo año de residencia. Mientras que Pauline y Kristine están aquí. Debería estar pasando los primeros años de vida junto a Kristine, viéndola crecer, estando allí para su hija. Mi hermano hizo todo mal.
Pauline recurrió a mí hace 4 años cuando quedó embarazada y Sven se desentendió de ella. Lo primero que sentí fue ira, después de años quise tener frente a mí a Sven y solo fue para poder golpearlo en la cara por ser un cobarde.
Al principio, quise mantenerme lo más alejado posible de Pauline. La iba a ayudar, pero sólo proporcionándole una cantidad de dinero al mes y todo lo que necesitara para estar bien. No planeaba acercarla a mi familia, no era responsabilidad mía, era de Sven, era de alguien a quien prefería fuera de mi vida. Pero cuando Kristine llegó al mundo, aquello cambió. La niña no tenía la culpa de que su padre fuera un completo idiota, y si no lo tenía a él, tendría a un tío para ella.
Había una cosa que esperaba, que Kristi no se pareciera a él. Y afortunadamente, sólo conservó la sonrisa de Sven. La mía, dicho sea de paso. No, la de mi padre, podía con eso.
Aunque quisiera mucho a Kristine, las cosas con Sven seguían igual, no lo toleraba. No toleraba su recuerdo, y tampoco toleraba en lo que se había convertido. Prefería mantenerlo en las sombras, lo más lejos de mi que se pudiera. Yo no tenía hermano desde hace 7 años.
Hablar de Kristine implicaba tener que hablar de Sven, por lo tanto, ni siquiera se lo he contado a la mujer de mi vida, cosa que me hace sentir mal. No tengo secretos para con Eva, le he contado todo. Todo a excepción de esto.
Lo haré, en cuanto le pida matrimonio. En máximo 2 semanas Eva sabrá esta parte de mi vida.
―¡Cielo! ―grito en cuanto veo a Kristine salir por la puerta y acercarse a mi corriendo. Y ahora que lo pienso, Eva estará encantada de que Kristi sea pajecito en nuestra boda.
He estado planeando todo para pedirle a Eva que se case conmigo, Mike y Camille me han estado ayudando con eso. No ha sido fácil actuar como si nada pasara frente a ella, especialmente para Mike y para mí. No puedo esperar para escuchar el “sí” de Eva.
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Jelouu, hasta hoy pude actualizar de nuevo. Ya andaban odiando al Chon y él ni culpa tenía xD
Bueno, aquí está la presentación de nuevos personajes jeje, yo la neta si odio a Sven alv.
Gracias por leerme, por sus votos y sus comentarios❤ Musho amor para todos ustedes💙💙

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Hospital [Shawn Mendes]
Fanfiction«Serás un gran médico» le decía toda persona que conocía a Eva Harvey. El tercer año en la carrera de medicina estaba frente a ella, aún tenía muchísimo que aprender. «No estoy aquí para ser amable y mucho menos su amigo» había advertido el Dr. Men...