XVIII

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Junio, 2 años después.

La interrogante ha permanecido en mi cabeza desde hace semanas, cuando volví a plantear aquella posibilidad. Cuando cursaba el segundo semestre de la carrera me enteré de que el internado podría realizarlo en otra ciudad, a mi yo de 18 años, queriendo comerse el mundo la idea le pareció grandiosa. Pero ahora, con la graduación a la vuelta de la esquina, no estoy tan segura de eso.

«El internado puede ser la mejor experiencia de la vida, o la peor, sólo depende de ti» había escuchado decir un par de veces. Pero también había escuchado que lo llamaban "infiernado".

No tenía ni idea.

¿Que ganaría? La aventura de vivir sola en otra ciudad, de conocerla en los ratos libres, de hacerme responsable y cargo de mis asuntos por mí misma, de ser lo más parecido a un adulto, a los 23 años.

¿Que perdería? Los encuentros con mis amigos, la cercanía de toda la vida con mis padres, lo reconfortante de mi hogar y por supuesto, no verlo a él. No ver con la misma frecuencia a Shawn, no tenerlo cerca.

No me preocupa en lo absoluto el que mi cambio de ciudad pueda repercutir en nuestra relación, con el paso de los días, ésta sólo se fortalece. Son casi tres años juntos, tres años de toda una vida que quiero pasar junto a él. ¿Debería consultarlo con él?...

¿Vale la pena? ¿En realidad quiero hacerlo?
Necesito algo que me ayude a aclarar mis pensamientos, algo que me distraiga pero me relaje, así que me preparo para salir a correr.

El reloj suspendido sobre la pared de mi habitación indica que son las 6:35 de la mañana, para mí el sueño se ha ido. Y cómo no, después de cinco años en la escuela de medicina esas cosas suceden. En los días libres no puedes dormir más de 6 horas, cuando no tienes cansancio acumulado, debo aclarar. No mienten cuando lo dicen, es verdad. Es maldita y miserablemente verdad.
«Te servirá en el internado, allí apenas duermes 20 minutos en una guardia de 36 horas»

Doy un paso fuera de mi casa y avanzo por el camino que lleva desde la puerta de la casa hasta el portón principal. Me detengo para asegurarme de que las agujetas de mis tenis estén atadas firmemente, y aún cuando lo están hago un segundo nudo. Me incorporo y salgo del patio de mi casa, me coloco los audífonos y pongo Spotify en aleatorio.

Aquí vamos.

Voy dejando atrás una calle tras otra hasta llegar al parque más cercano a mi casa, he decidido que le daré unas vueltas.

Hay una que otra persona dispersa por el lugar, algunos, al igual que yo corren, otros se ejercitan en los aparatos presentes al centro del parque, otros descansan y se hidratan.

Correr. ¿También has experimentado esa sensación de libertad al hacerlo? ¿Has sentido que dejas todo de lado, al menos por un momento? Tus piernas lo sienten, y cuando comienza a incrementar tu frecuencia cardíaca te sientes más lleno de energía que nunca. Más listo y dispuesto a todo que nunca.

Debo tomar una decisión lo más pronto posible, no sólo porque quiero dejar de sentirme presionada por esa interrogante, sino también porque en caso de decidir que sí, debo informárselo a la escuela para que hagan el papeleo necesario. La fecha límite para comunicarles esto es la próxima semana, un día antes de la ceremonia de graduación, pero la decisión la tomó hoy. Estoy convencida de eso.

¿Nueva ciudad? ¿Gente nueva? Eso no es un problema, respondo en mi mente. ¿Familia, amigos, Shawn? Siempre estarán a una llamada o un mensaje de distancia, además podría visitarlos ocasionalmente, en los días festivos. Tampoco suena tan mal. ¿Por qué siento que necesito hacer esto? Oh, no tengo una respuesta para eso...

Vamos Eva, vamos.

Sí. Hagámoslo.

~×~×~×~

―Entonces, ¿ya está, te vas?―pregunta Camille del otro lado de la línea.

―Sí, sabes que lo he pensado desde se estábamos en segundo semestre.―respondo acostándome sobre mi cama y fijando la mirada en el techo de mi habitación, habitación que abandonaré en unas semanas.

―Sí. Supongo que si. ―hace una pausa y chasquea la lengua.―Oye, te odio. Voy a extrañarte Meredith.―dice. Oh Camille, no me hagas reconsiderar esto. ―Espera, ¿ya se lo dijiste a Derek?

―¿Qué?

―A Shawn, Eva. ¿Cuando vas a entender mis referencias?―su tono de voz ha vuelto a ser divertido.

―No soy el capitán América para ir por la vida entendiendo referencias, Camille.―También puedo ser graciosa, creo. Camille se carcajea.―Pero no, no se lo he dicho. Lo haré en cuanto pueda.

―Prométeme que seré la primera en saber a dónde te iras.

―¿Por qué debería hacer eso?

―Porque me amas, ¿no está claro?—-dice y me envía un beso que solo escucho.

—-Lo sabrás Camille, pero antes tengo que saberlo yo.


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Holuu, ya llegué con un salto de DOS AÑOTES AMONOOOOOS.
¿Vieron que cambió de portada este fanfic? Espero que les haya gustado tanto como a mi 😍❤
Pues ya saben, les amo y les agradezco que sigan aquí, que voten y que comenten💙💙💙
Todo comentario sugerencia y duda es bienvenido xD

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