Los primeros en acercarse son nuestros padres.
Mamá me mira como si estuviera observando a su pequeña de cinco años mostrándole el dibujo que ha hecho en el colegio. No hay más que ternura, amor y de cierta manera orgullo por ver cómo su hija crece. Me acerca a ella y me abraza con fuerza.—―Mi niña, soy tan feliz por ustedes. —confiesa.
—Mamá, no tienes una idea. Cuando estoy con él soy la mujer más feliz del mundo. —su olor es el mismo de siempre: jazmín. Me suelta de su abrazo y retrocede un paso para mirarme a la cara— Y ahora es para siempre. —levanto mi mano y enseño el anillo.
—Te equivocas, pequeña. Sé lo que significa uno para el otro —pasa su mano sobre mi cabeza, alisando mi cabello—. Antes de venir aquí, Shawn habló conmigo, me explicó todo y me contó sus planes. Te juro que desde ese instante fuí feliz. Siempre he creído en su relación, los veo desde afuera y veo cómo se complementan.
—Gracias, mami. —la abrazo de nuevo y en ese momento siento el tacto de una mano sobre mi espalda.
Mamá lo ve antes que yo, entonces habla: —¿No te lo dije, onco-boy?
—Ustedes los padres siempre son más sabios que nosotros. —coloca su mano en mi espalda baja para atraerme hacia él, acto seguido besa mi mejilla y permanece por un momento allí. Con su frente sobre mi sien y su nariz tocando un poco más arriba de la piel que previamente ha besado.
Sin haberme dado cuenta, creo que mi madre y yo nos habíamos alejado un poco de ellos, pero de nuevo, mi padre y los papás de Shawn se acercan, formando un pequeño círculo.
—Estás tan preciosa como la última vez que te vi —la madre de Shawn es quien habla primero. Su manera de dirigirse siempre es dulce, cálida, parece que siempre habla con un bebé, Shawn ya me lo había contado pero no fue hasta el año pasado que lo comprobé—. Ven aquí, cielo.
—Sólo es lo enormemente feliz que estoy lo que ve en mí. —me acurruco en el pecho de Shawn, quien ha desplazado su mano y ahora me rodea con su brazo.
—Dedicaré mi vida entera a que así sea siempre, amor mío. Que siempre seas feliz.
—Eso es lo que espero, nada menos Shawn. —interviene mi papá. También está feliz, lo conozco tan bien que casi puedo asegurar que se le ha escapado una lágrima estando dentro del salón.
—Eva está en buenas manos, William. Y estoy seguro de que mi hijo también —agrega Manuel, el padre de Shawn. Después me sonríe.
La noche se va entre felicitaciones, recuerdos y lágrimas de Camille mientras me dice que se siente como una madre dejando a su hijo el primer día de preescolar. En algún punto de la noche, Shawn se aclara la garganta y solicita la atención de los presentes en el lugar.
—Gracias —sonríe y asiente una vez que todos lo miran— Bien, una vez más le agradezco a cada uno de ustedes por haberme ayudado en esto. La noche aún no termina pero todavía hay un lugar a donde quiero llevar a mi futura esposa.
Cuando lo escucho llamarme de esa manera, volteo a mirarlo inmediatamente. Me encuentro con sus ojos brillando, llenos de emoción.
—Dios, no puedo creer que por fin pueda decir eso. —confiesa. Toma mi rostro entre sus manos y me besa. Lo único que sé ahora, es que quiero llorar.
Los invitados comienzan a aplaudir, pero Camille grita. —¡Los amo!
Acción que nos hace reír.—Como decía, Eva y yo vamos a retirarnos. Pero ustedes pueden quedarse aquí cuanto gusten, Sven se queda a cargo.
Sven levanta la mano y sonríe. Shawn me toma de la mano y me conduce fuera del lugar.
—¿A dónde vamos? —pregunto.
—A un lugar que espero te guste. Tenemos toda la noche para nosotros.
La ciudad está tan viva como suele estarlo un viernes por la noche. Ha manejado al centro de la ciudad y ahora caminamos por una de las avenidas principales. Aún no se me ocurre ni un poco a dónde es que vamos.
—¿Recuerdas qué le dijiste a Camille que querías hacer después de que te pidieran matrimonio? —se detiene frente a un establecimiento y entiendo todo.
—Ir por un helado. —apenas puedo creer que incluso haya planeado esto.
—Y estos son mis favoritos. El de mango es especialmente bueno.
—Amor, siento decepcionarte pero, no estamos en temporada de mangos. —lo único malo del invierno es que no hay mangos.
—Y es por eso, que este es mi lugar favorito. Siempre hay helado de mango aquí.
Lo observo pedir nuestros helados con la emoción de un niño. Cuando se los entregan me extiende el mío y espera a que lo pruebe.
—Bueno, ahora no sólo es tu lugar favorito. Tendrás que compartirlo conmigo. —le digo. El helado es verdaderamente bueno.
Caminamos por la avenida, hablando sobre las decoraciones de los locales, el nombre de éstos y un montón de cosas más. De pronto se detiene y saca su celular.
—Quiero hacer una foto. Yo sé que he contratado un fotógrafo que tiene fotos mejores de nosotros hoy, pero en este momento, estoy que no puedo más de felicidad Eva —se coloca detrás de mí, toma mi mano y la extiende. Entonces hace la foto—. Se la enseñaremos a nuestros nietos y les contaremos lo felices que estábamos en este lugar.
Me muestra la foto, besa mi nariz y después, tomándome de sorpresa me levanta en brazos y me da una vuelta.
—También les voy a contar que todos nos miraron raro después de que me levantaste en brazos y me hiciste girar —advierto percatándome de las miradas curiosas de los transeúntes.
—Ahora, ¿estás lista para nuestra siguiente parada? —pregunta.
—¿Me juras que hay más?
—Siguiente y última parada. Y espero que de esto si lo sospeches un poco, mein Schatz —no lo creo. Si es lo que estoy pensando no lo creo.
—Tú —antes de que pueda decir algo, coloca su mano sobre mi boca.
—Ah, mejor no digas nada. Espera a verlo —me guiña un ojo y de nuevo, me conduce a su auto.
Otra cosa de la que hable con Camille cuando platicamos sobre cómo queríamos que fuera cuando nos pidieran matrimonio, fue dónde queríamos terminar la noche. Ella dijo que quería que literal, su príncipe azul la llevara a montar a caballo por la playa mientras observaban la luna.
Yo, por mi parte, dije que las cabañas me parecían un lugar romántico. Y si es allí a donde Shawn me conduce, después de decirle que lo amo, voy a llorar sin consuelo.Estoy impaciente.
———————
He regresado después de mucho tiempo, más de lo que desearía. Yo sé que no merezco su perdón.
Les dejo esto, y bueno, regresaré con más. Mientras tanto, gracias por tanto y perdón por tan poco, los amo💙
No tienen idea de lo que sus comentarios y su amor para este fic significan para mí.
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Hospital [Shawn Mendes]
Fanfiction«Serás un gran médico» le decía toda persona que conocía a Eva Harvey. El tercer año en la carrera de medicina estaba frente a ella, aún tenía muchísimo que aprender. «No estoy aquí para ser amable y mucho menos su amigo» había advertido el Dr. Men...