II

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–La belleza de ese tipo es inversamente proporcional a su amabilidad, ¿no? - me dice Camille cuando el doctor Mendes ya no está.

–Acaba de advertirnos que será uno de los cursos más intensos que hemos tenido y tú te detienes a pensar en si es bello o no, no tienes remedio.

–¿Quieres relajarte genio? - Frota mi hombro mientras enarca una ceja.

– ¿Relajarme? Ahora más que nunca no debemos relajarnos. Tenemos que estudiar Camille, es-tu-diaaar, ¿te suena?

– Voy por algo a la cafetería mientras se te pasa el estrés que Mendes te ha transmitido.—se levanta de su asiento y abandona el aula.

××

Mientras estudio en casa por segunda vez la clase del doctor Mendes, lo recuerdo a él frente al salón y recuerdo también las palabras de Camille sobre su atractivo. Analizo su imagen en mi mente y Camille tiene razón, es un hombre bastante guapo. Recuerdo su cabello, sus mechones castaños en ondas,  ¿Cómo se verá su cabello mojado?... WAIT. Qué rayos estoy pensando. Hay mil cosas sobre su clase en las que debo pensar antes que en su físico.

– Amooor, mamá y yo hemos llegado, ¿sigues despierta? -La voz de mi papá suena detrás de la puerta de mi habitación, al abrir me lo encuentro con una sonrisa y me extiende una rosa.

Thank you dad, I love you. –Me acerco y lo abrazo.

Ich liebe dich noch mehr. –Decirnos frases en otros idiomas es algo entre nosotros, desde que supo que era hábil para memorizar palabras y oraciones me ha enseñado.

– ¿Cómo estuvo su día?—indago dirigiéndome a mi cama, donde tomo asiento en la orilla.

– Productivo, pero cuéntame del tuyo ¿cómo está Camille? ¿Qué dice Mike?

– Camille está loca, igual que siempre. Y ahora que lo mencionas, hoy no he visto a Mike.

Mike es el tercer mosquetero. Él, Camille y yo hemos estado siempre juntos. Culpo al estrés del primer día por mantenerme ocupada y no darle tiempo a mi mente para procesar que no había visto a Mike hoy.

–Bueno, supongo que más pronto que tarde lo verás. ¿Estabas estudiando? - pregunta mientras entra en mi habitación y mi mamá aparece.

– Si, con oncología parece que tendré que poner un extra.

– ¿Quien imparte la clase?

– El doctor Shawn...

– Oh, Mendes - interrumpe mi papá

– Si - asiento y antes de que diga algo más mi mamá habla desde la puerta de mi habitación, donde se había quedado de pie.

– Así que onco-boy es tu maestro. -se cruza de brazos.

–¿Onco-boy? -enarco una ceja

– Es su apodo en el hospital. Pero como estoy seguro de que pudiste darte cuenta, no es de muchos amigos así que nadie se lo dice de frente.—responde mi papá a mi interrogante.

– Y no lo culpo, tampoco me gustan los apodos, Camille me llama Meredith Grey aunque le repita que no me gusta que lo haga.

–¿Meredith Grey? - preguntan ambos con curiosidad.

– Cosas de ella. - contesto sin querer mencionar más.

– Bien, mamá y yo iremos a dormir porque mañana tenemos reunión temprano en el hospital. Al parecer pronto habrá nuevo director.

– Éxito cielo, tu puedes con todo -mi mamá se acerca y besa mi frente.

– Gracias,  los quiero.

– Nosotros a ti, mi niña. –Mis padres son mi inspiración, como profesionales y como personas.

××

El Dr. Mendes ha llegado, está sentado en el escritorio frente al aula y mientras le da un sorbo a lo que asumo es café, pasa una mano por su cabello, no sé si trata de acomodarlo o sólo está muy cansado. Seguro estuvo de guardia.

– Quien no haya estudiado puede retirarse. Es su última oportunidad. –No está mirándonos, pero apuesto a que todos estamos evitando el contacto visual. –Bien, como todos estudiaron, saquen una hoja y escriban en ella todo lo que sepan del tema, tienen 15 minutos. Y no olviden colocar su nombre en la parte superior de la hoja.

No sé que rumbo vaya a tomar esto, pero estoy temiendo por aquellos que no estudiaron y aún así permanecieron en el aula. Porque estoy segura de que al menos hay uno que lo hizo.
Pasados los 15 minutos se encuentra hojeando nuestros resúmenes, en algunos se detiene y lee un poco de ellos, mis manos están sudando y estoy rezando internamente para que lo que sea que vaya a hacer, no sea con el mio.

–Eva Harvey. –Maldita sea. ¿Por qué yo Señor, por qué?

– Aquí, doctor. –Estoy sintiendo el nerviosismo inundar mi cuerpo, me las arreglo para levantar la mano y que no tiemble. ¿Por qué tengo tantos nervios? Puedo hacer esto, estudié el tema.

– ¿Eres algo de William y Elena Harvey? –La pregunta me ha tomado por sorpresa, es lo último que pensé que me preguntaría.

– S-si, su hija.

– ¿Y eres tan buena como tus padres? –Estoy segura de que ahora toda mi cara está en llamas, mis orejas y mejillas arden. –Bueno, supongo que lo iremos descubriendo. –Vuelve sus ojos a los resúmenes hasta que vuelve a detenerse en otro... Acto seguido estoy escuchándolo decirle a un compañero que no debería estar aquí si no le importa, que sus padres no deberían gastar su dinero en alguien como él y que es un pésimo estudiante. Palabras fuertes pero si somos sinceros tiene razón. Tampoco estoy de acuerdo con aquellos que no le dan la importancia suficiente a esto.

Hospital [Shawn Mendes] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora