―¿Has pensado en qué quieres especializarte?―pregunta Shawn sin apartar la mirada de la carretera. La pregunta me ha tomado un poco de sorpresa.―Es decir, yo sé que aún te queda tiempo para pensar y reconsiderar cosas, pero ¿lo has pensado?―me mira unos instantes y sonríe.
―Si te lo digo probablemente pienses que has influido en eso, aunque la verdad es que no, no lo has hecho.―he estado aprovechando que él maneja para apreciar su perfil y entre más lo analizo a detalle, más me doy cuenta de la belleza en cada una de sus facciones. Camille lo llamó Dios griego alguna vez y yo estuve de acuerdo. Ahora no lo estoy, aquellos Dioses son nada comparados con Shawn, estoy malditamente loca.
―¿Ah no?―pregunta deteniendo el auto por el semáforo en rojo y voltea hacia mí. Está levantando una ceja y sonríe de lado. Su cabello hoy se ve más natural, sus ondas no están controladas como suele llevarlas cuando está en el hospital y en la universidad, si las comparamos con el mar hoy no son un mar quieto, hoy son uno con el tipo de olas que a los surfistas les gustan.
―No. La verdad es que lo he contemplado desde antes de conocernos. Además, de que tengo otras dos especialidades dentro de mis opciones.―le confieso sonriendo.
―Bueno, podríamos inclinar la balanza sobre una…―se inclina y apenas toca mis labios. Oh no Shawn, eso es injusto.―O tal vez no influya en nada.―sonríe y se aleja para volver a poner atención en el tráfico y el auto vuelve a avanzar.―¿Cuáles son esas otras dos especialidades?
―Endocrinología y cardiología.―contesto, observando a través de la ventana las calles por donde pasamos. Lo miro brevemente y él se limita a asentir al escuchar mis palabras. Cuando regreso mi atención a lo que sucede fuera del auto siento su mano entrelazándose con la mía, lo cual hace que de nuevo tenga mi atención.
―Cualquier especialidad que elijas, serán afortunados de tenerte en ella.―me dice y lleva mi mano hacia sus labios para depositar un beso en ella.
¿Es extraño que en el tiempo que llevamos juntos sienta que es él con quien quiero pasar el resto de mis días? Porque eso es lo que siento ahora mismo, le daría mi vida. Cada aliento.
―Bien, hemos llegado.―dice mientras apaga el motor del coche y desabrocha su cinturón de seguridad, acción que imito. De un instante al siguiente está abriendo mi puerta y me ofrece su mano para que salga del auto. Un caballero.
Cuando bajo del auto, me encuentro con un lugar que en el cual no recuerdo haber estado antes, el aire se siente impregnado del olor característico a pinos, entonces recuerdo que he escuchado hablar de el. Solo lo había visto en fotos que posteaban algunos amigos en redes sociales. Es un parque que se encuentra al otro extremo de la ciudad, siempre me ha parecido contrastante con todo lo que lo rodea, es un oasis en este desierto llamado ciudad. Por su ubicación casi a la salida de la ciudad, no es muy frecuentado. Doy unos pasos alejándome del carro, cierro los ojos y respiro profundo, sintiendo el viento golpear mi cara y mover mi cabello.
―Es mi lugar favorito en la ciudad, siempre puedes obtener tranquilidad aquí. ―lo escucho decir detrás de mí, cuando volteo veo que carga una canasta.―He traído algunas cosas―explica, respondiendo a la pregunta que no he hecho.
―¿Has organizado un picnic?―pregunto curiosa, inundada en ternura por este hombre.
―Eso espero, creo haber traído lo necesario.―responde mirando la canasta.
Shawn tenía razón, la tranquilidad te invade aquí. Acaricio su cabello mientras estoy sentada y él está acostado sobre la manta que ha traído, su cabeza se encuentra sobre mis piernas, sus ojos están puestos en el cielo y los míos en él.
―Cuando era pequeño mamá, papá y yo solíamos frecuentar este lugar. ―dice de pronto, está relajado, sus manos yacen en su pecho entrelazadas.―Supongo que eso contribuye a que me guste este lugar, me recuerda a mi familia.
―¿Dónde se encuentran ellos ahora?―pregunto interesada, no es la primera vez que me habla de sus padres pero antes no creí oportuno preguntar más.
―En Alemania, a mi padre le hicieron una muy buena oferta de trabajo allá cuando yo hacía la residencia, debido a eso no podía irme de aquí. Estaba dispuesto a rechazarla, pero no lo permití, no podía ser así de egoísta. Les aseguré que yo estaría bien sólo, y desde entonces me las he arreglado. Aunque la casa no es lo mismo sin ellos, es enorme para mí sólo.
―Tu padre es médico también, ¿no? Creo que he escuchado sobre él.
―Sí, es uno de los mejores. Y no lo digo sólo porque sea mi padre. ―dice mirándome a los ojos, la luz del lugar hace que el café de sus ojos se convierta en un tono casi miel.
―Lo sé Shawn, pero no puedo decir menos de ti. Tu también eres uno de los mejores.―acaricio su mejilla mientras hablo y el cierra los ojos disfrutando mi tacto.
―Cuando tengamos hijos vendremos aquí por lo menos una vez al mes, lo volveremos una tradición.―dice girándose para quedar más recostado sobre su lado izquierdo que sobre el derecho. ―Espera, ¿te gusta el lugar?―termina preguntando pero yo aún estoy procesando el “cuando tengamos hijos” en mi mente.
―Me encanta, Shawn. Y espero que a nuestros hijos también les guste. ―respondo y veo sus ojos iluminarse, seguro los míos lucen igual.―Te quiero, Shawn.―agrego.
―Eva, si pronuncias mi nombre una vez más saldré corriendo a comprar un anillo y te pediré que te cases conmigo mañana mismo. ―se incorpora para quedar sentado de rodillas frente a mi y me besa.
Es la mejor cita que jamás he tenido y sólo he necesitado su compañía y este lugar. Alguna vez leí que cuando estás con la persona correcta nada más es necesario para ser feliz, ahora puedo confirmarlo.
La semana que viene es de exámenes, así que esto ha sido como una carga de baterías.―Me gustaría ser yo quien se lo diga a tu papá. Si estás de acuerdo. ―dice cuando estamos en su auto de regreso en mi casa. ―Verlos a ambos estos días en el hospital sin mencionarles nada ha sido extraño. Hasta me he sentido un poco culpable.
―¿Culpable? ―eso no esperaba escucharlo.
―No en un mal sentido, sólo en la manera de que ellos no tenían ni idea de que “onco-boy” salía con su pequeña, no quería que sintieran que estaba traicionando la confianza que me han brindado. ―dice y cuando escucho que se refiere a él mismo por su apodo casi me suelto a reírme.
―Así que conoces tu apodo, ¿eh?
―Lo hago, y sólo me divierte cuando tus padres lo usan, creo que se debe al respeto que siento por ellos que no me resulta disgustante.―confiesa tomando mi mano.
―Bueno, por mi no hay problema en que se lo digas a papá. ¿Crees que te mencione el discurso de todos los padres? El de “cuídala como a tu vida y si le haces daño te rompo la cara”.
―No estoy dispuesto a hacer menos, Eva. Te cuidaré más que a mi vida, siempre.
―Shawn…
―¿Si? ―pregunta mirándome a los ojos.
―No me importa si es muy pronto para decir esto, y no espero que lo digas de regreso pero… Te amo, Shawn.―suelto, no pudiendo retener más el sentimiento.
―Joder, Eva.―se acerca a mí, coloca su mano en mi nuca y me atrae hacia él. Nuestras narices se tocan y sentimos el aliento del otro, ni siquiera es necesario besarnos para que ese momento esté lleno de significado.―Te amo.―dice en casi un susurro. ―Como un loco.
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Halloooo, es un poquito tarde pero aquí estoy de nuevo. Este capítulo está cortito y meloso(?) Pero bueno, no le hace daño a nadie.
Gracias por leer, trataré de actualizar pronto💜 Saludos y beshos❤
De verdad espero que les guste la historia, porque ya tengo pensado un buen tramo de ella. En la próxima actualización le haré una pregunta importante🙊 Por ahora, eso es todo.
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Hospital [Shawn Mendes]
Fanfiction«Serás un gran médico» le decía toda persona que conocía a Eva Harvey. El tercer año en la carrera de medicina estaba frente a ella, aún tenía muchísimo que aprender. «No estoy aquí para ser amable y mucho menos su amigo» había advertido el Dr. Men...