Lunes por la mañana y Sabrina estaba ansiosa por primera vez escucharía los latidos del corazón de su bebé y no sólo ella estaba ansiosa Matías también lo estaba. Ella se baño, se colocó su uniforme porque había perdido mucha clase con lo de la re-inauguración así que solo había pedido permiso para falta la primera hora. Bajó a comer y cuando termino se subieron todos en el auto para llevar a Sebastián a su colegio y luego a Matías y a Sabrina a el consultorio de la doctora. Se despidieron de Rodrigo y Diana y entraron al consultorio, la recepcionista los saludo con una sonrisa y les pidió que esperara unos minutos ya que la doctora acaba de llegar y estaba acomodando todo.
-¿Cómo crees que sea?. -Preguntó Matías sosteniendo la mano de Sabrina.
-Lo más seguro es que ya dejo de ser una semillita y su corazón no se, no me lo he imaginado, ¿Tú sí?.
-Tampoco, siento que estos meses han pasado muy rápido.
-Yo también siento lo mismo, me gusta pero a la vez me aterra porque significa que pronto estará en nuestro brazos, empezaran los llantos, los cambios de pañales, despertar en la madrugada.
-A lo ultimo yo estoy acostumbrado por esos antojitos que el bebé tiene. -Sonrío. -Pero también están la sonrisa, verlo crecer,.
-¿Crees que seremos buenos padres?.
-Haremos nuestro mayor esfuerzo. -Aseguró.
La recepcionista les hizo una seña para que entraran, tomados de la mano caminaron hacia la puerta y entraron.
-Buenos días. -Saludo la doctora atrás de su escritorio blanco con una sonrisa.
-Buenos días. -Saludaron los dos y se sentaron enfrente de ella.
-¿Cómo les ha ido?.
-Bien, todo tranquilo. -Respondió Sabrina.
-¿Segura?. -Preguntó alzando una ceja.
Los dos asintieron y ella suspiro.
-Bien, entonces vamos a ver a ese bebé. -Se levanto y ellos junto a ella.
Sabrina se levanto la camisa, ella echo aquel gel frío que hizo que su piel se erizara, Matías tomó su mano y ella le sonrió.
-El bebé está muy bien. -Los dos soltaron un suspiro de alivio. -De verdad te has cuidado muy bien, estás haciendo todo lo que te he dicho.
-Claro, absolutamente todo lo que usted me diga de cómo cuidar mi embarazo y tener un bebé sano y fuerte lo haré. -Sabrina aseguró.
-Me alegra escucharte decir eso, ¿Quieren escuchar su corazón?.
-Hemos estado esperando eso todo el mes. -Dijo Matías y Sabrina asintió dandole apoyo.
La doctora sonrió por la impaciencia de los adolescentes que no paraban de mirarse y apretar sus manos. En la habitación empezó a sonar como si un cabello galopando, era un ritmo rápido pero era hermoso, para Matías y para Sabrina era el sonido más hermoso que hayan escuchado en su vida, los provocaba ternura y ganas de llorar, era su bebé, el estaba bien.
Sabrina se volteó para ver a Matías y se encontró con un par de lagrimas que bajaban por su mejilla.
-¿Estas llorando?. -Preguntó sorprendida.
-El negó limpiándose las lágrimas. -Se me metió una basura en el ojo.
-Matías. -No podía engañarla, ella sabía que estaba llorando.
-Bueno está bien. -Admitió. -Es lo más hermoso que he escuchado en mi vida, es mi bebé. -Miro el monitor y luego a Sabrina. -Es nuestro bebé. -Juntaron sus frentes. -Dios, los quiero tanto.
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Embarazada a los 15
Roman pour AdolescentsVoy a tener un bebé, un bebé y yo solo tengo 15 años ¿Qué voy hacer?.