¿Cómo podía saberlo? ¿Cómo podía saber si de verdad estaba o no embarazada? ¿Si entraba a una farmacia y pedía un tes de embarazo se lo darían?.
-¡Eres una tonta Sabrina! Una chica muy tonta. -Se miro en un espejo.
Solo tenía 15 años, 15 años ¿Cómo iba a tener un bebé a esta edad? Es casi la misma edad que su madre tuvo a su hermano un año menos, su mamá, la iba a matar. Su madre era una mujer muy estricta, siempre la tenía en cintura y no le gustaba que su hija saliera solo salía con sus amigas, ¿Cómo pasó esto?.
-Ay no, otra vez no. -Dijo mientras corría al baño y vomitaba otra vez.
No quería ni comer, ya que todo lo que comía lo regresaba. Suspiro, se cepillo los dientes, estaba pálida, con enormes ojeras.
-¿Si no estoy embarazada, entonces que me pasa?. -Se preguntó.
Tocaron la puerta del baño, se lavó la cara y salió, su mamá estaba ahí.
-¿Todavía te sientes mal?. -Le preguntó y ella asintió. -Vamos a tener que llevarte al medico.
-Trago saliva nerviosa, un médico. -No.
-Si, mañana te llevo. -Le dijo antes de apartarla y entrar al baño.
Listo, su muerta ya tenía fecha.
No durmió en toda la noche, daba vueltas en la cama y rezaba porque no fuera un bebé lo que le causaba tantos malestares, mareos, náuseas y demás, pero ¡Tenía todos los síntomas! Si no era un bebé ¿Qué más podía ser? Su madre entro a la habitación la mañana siguiente y ella ya estaba sentada en el borde de su cama, su madre la miro se acercó a ella y con un beso en la frente le aseguro que todo saldría bien. Entro a la ducha, se baño, se colocó un pantalón negro y una camisa manga larga verde, no se peino, no se maquillo, no hizo nada. ¿Para qué estar tan arreglada el día de su muerte? Su padre las llevo a la clínica, esperaron como una hora antes de que la llamaran, su madre le explico todo lo que sentía su hija, que a veces se mareaba, otra veces vomitada. La doctora miro a la niña, la cual no era capaz de sostenerle la mirada ni a la doctora, ni mucho menos a su madre.
-Entiendo. -Dijo la doctora. -Acompáñame. -Le pidió a la niña.
Hizo que se subiera a una camilla, le pidió que se levantara la camisa y le esparció un gel muy frío en su vientre, ella tomó aire y lo soltó, cerrando los ojos aún tenía fe de que no era eso. La doctora en aquel monitor le apareció una pequeña semilla en su vientre.
Oh genial, se acordó de la semilla de sandia que se había tragado sin querer hace una semana, ¿Era eso lo que le molestaba? Claro que no.
-¿Qué es eso?. -Preguntó su madre sería.
-Todos esos síntomas son porque, estas embarazada. -Lanzó esa bomba así como así. -Tienes un mes de embarazo.
Lagrimas empezaron a rodar por sus maquillas, sus padres la van a matar lo sabía por la mirada furiosa de su madre. Se quitó el gel, la doctora le dio algunas recomendaciones y medicamentos que tenía que tomar para el embarazo, las dos salieron del consultorio, su madre no había dicho nada, nada y ese silencio la estaba matando. Su padre la esperaba en el coche.
-¿Cómo les fue?. -Preguntó con una sonrisa que siempre lo acompañaba.
-En la casa hablamos. -Fue lo único que su madre le respondió.
El camino se le hizo muy corto, a pesar del tráfico el camino fue corto. Llegaron a la casa y lo primero que recibió Sabrina fue un fuerte golpe en la mejilla, su padre se quedó impresionado e iba a impedir que segundo golpe le llegara al rostro de su hija hasta que escucho que su pequeña estaba embarazada.
-¡Embarazada!. -Gritó su madre. -Estas embarazada, ¿Quién fue el maldito?.
Ella no lo diría, no diría quien fue el que la embarazo, ese fue el trato jamás decir a nadie lo que pasó entre ellos dos y más cuando hace exactamente un mes no se han vuelto a hablar.
-¡Responde!. -Gritó. -Responde quien fue el que te embarazo antes de que te mate a golpes ahora mismo.
-¿Que te pasando?. -Preguntó Raimundo, su hermano mayor. -¿Por qué tantos gritos?.
-Tu hermanita, la "bebé". -Su madre hizo comillas con sus dedos. -De la casa, irónicamente está esperando un bebé, tu hermana está embarazada. -Gritó, dándole otro golpe.
Sabrina solo lloraba, no sabía qué decir ni qué hacer más que aceptar cada golpe, insulto y gritó de su madre y más tarde de su padre, quien la miraba con una profunda decepción, ella era su orgullo, su niña, ¿Cómo podía estar embarazada? Solo era una bebé, una bebé que en 9 meses cargaría a otro bebé.
-¿Por qué no dices quién fue el tipo que te embarazo?. -Le preguntó su padre. -Dime, para ir a romperle la cara ahora mismo.
Oh no, claro que no... Su padre era alto, fuerte muy fuerte con muchos músculos, un solo golpe de él lo llevaría al hospital al pobre chico que era más bajo que él, de piel blanca y cabello castaño, era tan pequeño al lado de su padre que le daba miedo de que lo lastimaran, no lastimarían al padre de su hijo aunque él nunca supiera que iba hacer papá.
-¿Lo vas a proteger?. -No hablo. -Genial, bravo.
Golpe, tras golpe, tras golpe. Sabrina ya estaba en el suelo, con mucha sangre en sus ojos y con una costilla rota eso era lo más seguro, intentaba proteger su vientre. No quería que nada le pasara aquel bebé que no tenía la culpa de nada, solo ella era la culpable de todo.
-Lo siento. -Suplico ella desde el suelo, mientras sus padres le gritaban. -Lo siento muchísimo.
-Cállate. -Gritó su madre molesta. -Cállate ya, estoy cansada de escucharte.
Y aunque ella solo esa vez había hablado se callo,no quería más golpes ni más gritos.
-Sabrina no podía más, estaba apunto de desmayarse. -Te quiero fuera de esta casa mañana en la mañana. -Le dijo su madre. -Yo ya no tengo una hija.
Y con esas palabras, Sabrina se desmayo.
(***)
¡Estoy muy emocionada por esta nueva historia! Esta es mi segunda historia y si quieren leer la primera busquen La nerd apuesta.
¡Disfruten la historia! No olviden comentar y votar. ✨
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Embarazada a los 15
Fiksi RemajaVoy a tener un bebé, un bebé y yo solo tengo 15 años ¿Qué voy hacer?.