Sabrina y Matias estaban más que felices cuando sintieron las primeras pataditas de su bebé y que desde ese entonces no paraba de moverse. Matias no quitaba su mano del vientre de Sabrina y de hablarle al bebé ya que la doctora le había comentando que el bebé ahora podía reconocer la voz de su madre y de su padre.
-Matias. -Sabrina hizo una mueca. -Ya te dije, lo mejor es que tu duermas en tu cama y yo dormiré en otro lado.
-No me quiero separar de ti. -La miro a los ojos. -Y ahora menos que empieza a moverse, por favor Sabrina.
-El bebé seguirá moviéndose mañana.
-Lo sé. -Suspiro. -Solo hoy. -Suplico.
Sabrina se quedó en silencio y luego lo miro.
-No. -Dijo firme. -Mejor terminemos de ayudar a tu mamá con el árbol.
Salieron de la cocina con el chocolate caliente y unas galletas que Sebastián había pedido para hacer de esta decoración más divertida.
-Tengo un regalo para el bebé. -Dijo Diana. -Pero... Para dárselo tengo una condición.
-No te vamos a decir si es niña o niño. -Se adelantó Matias con una sonrisa divertida.
-¿Tú lo sabes?.
-Me lo dijo hace rato. -Se encogió de hombros.
-¡Pero faltaste a la consulta!.-Exclamó indignada. -Y me dijo que no se lo iba a decir a nadie, que falta de respeto.
-Lo siento, pero es el papá.
-Yo le di la vida a su papá, tengo aún más derecho que él.
-Sabrina soltó una carcajada. -Por favor, ya mi doctora y Matias lo saben, nadie más debería saberlo.
-Si me equivoco, no se molesten. -Levanto las manos y siguió con la decoración.
Cuando terminaron se sentaron a admirar su hermoso trabajo, la casa había quedado tan linda.
-Aún queda la decoración del restaurante, así que con los adornos que sobraron adornaremos el lugar. -Rodrigo levanto la caja. -Iré a llevarla al auto.
-Te ayudo. -Sebastian salió atrás de su papá.
-Necesito una foto para el moral que tengo en la habitación. -Matias sacó la cámara. -Ponte enfrente del árbol. -Le pidió a Sabrina.
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-Ahora una ustedes. -Dijo Diana.
-¿Tú quieres?. -Le preguntó a Sabrina y esta asintió.
-Claro. -Sonrío.
Matias se agachó enfrente de Sabrina y tocó su vientre.
-Hola mi amor. -Susurro. -Soy tu papá, si reconoces mi voz ¿Verdad?. -Sabrina sonrió. -No sabes lo feliz que estoy al saber que vas a ser... -Sabrina le pego en la cabeza. -Bien, no puedo decirlo, lo siento. -Miro a Sabrina con una sonrisa divertida. -Te amo mucho, los amo mucho. -Beso el vientre de Sabrina y esta limpio una pequeña lagrima que salió de su mejilla.