- No deberían irse, ¿Por qué no se quedan otro día más?. - Preguntó la madre de Sabrina.
Un día con sus nietos y ya la madre de Sabrina los quería con ellos las 24 ahora del día. Había ayudado a Sabrina a cambiarlos, darles de comer, dormirlos y no solo su madre también su padre.
- Mamá ya, déjala en paz. - Raimundo abrazo a Sabrina y le dió un beso en la mejilla. - Ahora es un madre que tiene su propia casa.
- Está en la casa de sus suegros, eso no es están en su propia casa, está en su casa. - Exclamó con los brazos cruzados.
- Mamá, nos has visto el hermoso apartamento que tiene y su trabajo, deberías ir al restaurante y ver el pequeño negocio que le dieron ahí.
- ¿Son unos angeles no? A comparación de tus padres que te dejaron a tu suerte.
- Yo no estoy diciendo nada. - Suspiró.
- Te recuerdo que aún eres menor de edad y tu deberías estar con nosotros no con un extraños que no tienen nada que ver contigo.
- ¿Extraño? ¿Me estás jodiendo?. - Exclamó Sabrina.
- ¿Ahora dices groserías? ¿Eso fue lo que te enseñaron?.
- No, me enseñaron a cuidar, amar, proteger y apoyar a la familia sin importar que, no abandonaron a Matías y me cuidaron cuando tuve el peor mes de mi vida, pagaron cada medicamentos, cada cita médica, no puedo creer que te pongas de esa manera por estar en su casa, no significa que los haya dejado de querer ¿Bien?.
Salió de la casa y se subió al auto de su padre, quien minutos después salió y subió al auto.
- Tu madre, está afectada con todo esto.
- ¿Afectada?. - Sabrina bufó. - Estuve un mes sin poder moverme en cama, golpeado, con hematomas por todo mi cuerpo, costillas rotas, casi pierdo a mis bebés, estos nueve meses no fueron nada faciles para mí, me costó mucho acostumbrarme a esa casa, a su gente pero lo hice porque ellos se encargaron de eso, después estuve casi dos días inconsciente y ¿Para ella esto es difícil? Desde hace meses deseaba venir a la casa, poder tener un día con ustedes y mi hermano no que me estén dando sermones ni amenazando porque soy menor de edad.
- Pero lo eres y tienes que estar con nosotros.
- Eso no fue lo que pensaron hace 9 meses atrás. - Concluyó Sabrina con el tema.
El resto del viaje fue en un silencio incómodo, nada comparado con el viaje anterior. Matías esperaba a Sabrina en el jardín delantero con Sebastián y Alex en el césped jugando con una manta y junto a Ros y su pequeño perro. Sabrina se bajó rápidamente y corrió abrazar a Matías una lágrima resbaló por su ojo derecho, no quería que la separan de él o de su familia.
- ¿Que sucedió?. - Le preguntó Matías, la fuerza que Sabrina utilizaba para ese abrazo le indicaba que algo malo había pasado.
- Después te cuento. - Susurro, se alejó para sacar sus cosas y Matías la ayudo con los bebés. - Gracias por todo papá.
Le regaló una sonrisa a Sebastián y a Álex y se acercó para darles un beso y un abrazo. Su padre suspiró, Rodrigo y Diana salieron para recibir a Sabrina.
- Llegaste juntos a tiempo para comer mi niña. - Diana le regaló un abrazo. - ¿Cómo te fue? Seguro que la pasaste muy bien.
- Si, fue divertido.
- Me alegra tanto saber que estás de vuelta con tus padres, espere mucho tiempo para que la familia esté completa. - Le sonrió. - Buenas tardes señor Torrealba.
- Buenas tardes. - Sonrió a medias.
- Bien, es hora de entrar y lavarse las manos, ¿Se quedará?. - Le preguntó Rodrigo mientras tomaba el bolso de Sabrina.
- Tengo que ir con mi esposo, gracias. - con un suspiro se subió al auto y le puso en marcha.
Matías ayudo a Sabrina con los bebés y entraron todos a la casa. Ros le abrazo y tomo a Connor entre sus brazos.
- Son unos niños muy hermosos.
- Gracias Ros. - Sabrina le sonrió. - Iré a la habitación a dejar las cosas.
- Te ayudo cariño.
Matías sabía que Sabrina no la había pasado tan bien como le dijo a su madre, algo le había pasado. Así que le dió a Elizabeth a su padre y subió las escaleras junto a Sabrina, al llegar a la habitación, Sabrina se sentó en la cama y lo miro.
- Mi madre quiere que me mudé con los bebés a su casa, dice que debería quedarme ahí.
- Pero, ¿Tú no quieres?.
- Ayer me di cuenta de que ya esa no era mi casa, es decir estuve 9 meses fuera, no es igual, mi madre cambio casi todo y mi habitación... - Bufó. - Es decir, ya nada es igual, amo que mis padres estén conmigo que amen a sus nietos que los quieran cerca, pero no fui allí para que me amenazaran.
- ¿De que hablas?.
- Mi madre me dijo que soy menor de edad que debería estar con ellos y yo no quiero, no digo que lo vaya a hacer pero cuando ella quiera pueda utilizar eso. - Se encogió de hombros. - Mi vida va muy bien como está y no quería a mis padres cercan para que empezará otra pelea, otra manera de sentirme lastimada.
- Todo va a estar bien hermosa. - Se sentó a su lado y la abrazo. - Tu madre solo quiere estar contigo y sus nietos, quiere de vuelta a su hija.
- Pero no de esta manera, no después de 9 meses en los cuales no quiso saber nada de mi, tengo dos bebés recién nacidos ¿ En serio crees que necesito una discusión con mis padres en este momento? Quiero estar aquí, quiero estar con tu familia, contigo.
- Está bien, estoy seguro de que ellos entenderán.
***
- Sandy, creo que deberías de dejar de insistirle a Sabrina que venga a vivir con nosotros.
- ¿Por qué Humberto?. - Dejo de cortar el tomate y lo miro. - Es nuestra hija y debería estar con nosotros.
- ¿ En serio?. - Humberto se rió. - ¿Te das cuenta de eso después de nueve meses?.
- Estaba molesta y decepcionada.
- ¿Y como crees que se sintieron Rodrigo y Diana cuando se enteraron que su hijo empezaron a una chica de 15 años? Ellos seguramente se sintieron igual pero les dieron su apoyo, Sabrina estuvo grave el primer mes de embarazo y fue por nuestra culpa, lo ayudaron, pagaron los tratamientos, medicinas, consultas todo lo que necesitaba, pagaron su escuela, le dieron un negocio, tiene un hogar, me di cuenta que la quieren mucho.
- Y nosotros también.
- Por favor Sandy, deja de amenazarla, tenemos que estar con ella no en su contra, ha pasado por mucho.
- ¿Y nosotros no? Todas esas noches de insomnio, la preocupación, la decepción.
- Sabrina está bien, no fue maltratada ni abusada todo lo contrario, Diana y Rodrigo tienen las puertas abiertas para nosotros cada vez que queramos ir a verlos, Sabrina vendrá cada vez que ella quiera, no nos están prohibiendo ver a nuestra hija o nuestros nietos, Matías y toda su familia la quieren mucho. - Sandy suspiró. - Hay algo que no podemos negar, Matías es el padre de esos niños y tiene igual o incluso más derecho que nosotros en ellos y él no hace nada para impedir que los veamos y Sabrina tampoco, seamos justos, ella es feliz y nosotros también deberíamos serlo.
***
Bueno chicas, como pudieron darse cuenta en el anterior episodio volverán a salir en la historia ¿Les gusta la idea?
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Embarazada a los 15
Novela JuvenilVoy a tener un bebé, un bebé y yo solo tengo 15 años ¿Qué voy hacer?.