Sabrina estaba ansiosa, ya quería irse de ese hospital, estuvo hablando con Diana, ella le aseguro que tendría su apoyo en todo lo que ella pudiera ofrecerle, quería ayudarlos, a su hijo y a Sabrina. Matias se encontraba en su casa, descansado un poco después de haber pasado toda la noche en vela pensando y cuidando a Sabrina y a su bebé.
-Solo tienes que estar en reposo. -Le pidió el doctor a Sabrina. -Tu embarazo esta en riesgo, eres muy joven para tener un bebé y aparte los golpes volvieron tu embarazo de alto riesgo.
-Si Doctor, cuidare muy bien de mi bebé. -Le aseguro Sabrina, lo menos que quería era perder a su bebé.
Ya había perdido a sus padres, no quería perder a su hijo.
El camino hacia la casa fue corto y lleno de mucho silencio, Diana aún seguía asimilando que sería abuela acabando de tener un bebé, Rodrigo también lo estaba asimilando y no se diga del pobre Matias que aún no sabía que iba hacer ni por dónde comenzar, por los momentos cuidar a Sabrina sería lo primero, él tampoco quería perder a ese bebé. Llegaron a la casa, era muy linda y sencilla, de dos pisos, con cinco habitaciones, una cocina, sala de estar, no era nada del otro mundo.
Se estacionaron enfrente de la casa y con ayuda de Matías, Sabrina se bajó del carro de Rodrigo, el cual bajo las maletas y el bolso de Sabrina.
-¿Segura que puedes caminar? ¿No quieres que te cargue?. -Le preguntó Matias muy preocupada.
-Ella sonrió. -Estoy bien, aparte el doctor dijo que podía caminar aunque sea un poco.
-Si, pero... -Ella lo miró.
-Estoy bien. -Le aseguro.
Sebastián le ayudó a abrir la puerta, entraron a la casa y con mucho cuidado Matias ayudó a Sabrina a subir cada escalón de la escalera. La guió hasta su habitación, donde la ayudo a acostarse, ella soltó un suspiro, estar acostada todo el día en la cama aunque era un sueño para mucho, para ella no. No le gustaba para nada no poder ni siquiera caminar porque Matias no la iba a dejar mover ni un dedo, tenía miedo y ella también.
-¿Tienes hambre?. -Le preguntó a Sabrina. -Mi mamá va hacer pasta.
-Si, tenemos hambre. -Dijo acariciando su vientre.
Ya se estaba acostumbrando a tener a otro persona a quien cuidar, alimentar, ya no existía un yo para Sabrina, ahora era nosotros.
-Iré a traer tus cosas.
Sin embargo, Matias no se había acostumbrado...
-¿Cómo está?. -Le preguntó Diana a Matias, quien había bajado por las metas de su... Ahora una pregunta ¿Qué eran Matias y Sabrina? ¿Novios? O ¿Solo padres de aquella criatura? Ni él ni Sabrina lo sabían y ninguno de los dos iba a hablar de eso, por ahora...
-Esta bien, ya está en la cama. -Le aseguro. -Me dijo que tenían hambre.
-¿Tenían?. -Preguntó Diana. -Ah cierto, el bebé y ella. -Diana tampoco se acostumbraba.
Ellos no tenían muchos lujos y aunque el restaurante les daba buenas ganancias no era una vida de millonarios que ellos tenían, era lo suficiente para cinco personas, ahora se sumaron dos más, significa 7 personas en una pequeña casa donde solos cinco cabían, una de ellas no puede moverse y la otra aún no llegaba a este mundo y le faltaba algunos meses para venir pero igual eran 7.
-Si, el bebé y ella. -Suspiro Matias, ¿En qué se había metido? Se preguntó.
Subió las maletas y se encontró con Sabrina hablando con su pequeño vientre.
-Ahora tenemos una nueva casa. -Le dijo a su semillita, ese sería su apodo hasta que supiera si era niña o niño. -Se que tus abuelo no tomaron muy bien la noticia de tu existencia pero estoy segura de que con el paso del tiempo se van acostumbrar y te van a querer muchísimo. -Una lagrima corrió por su mejilla. -Por los momentos vamos a estar en la casa de tu papá, la verdad es que no estoy muy segura de que te quiera pero pronto lo hará, pronto todo el mundo te va a querer así que como yo lo hago.
Matias hizo una mueca, no es que no quisiera a su hijo, solo que no se acostumbraba a el hecho de que con 17 años iba a tener un bebé. Se tomó un tiempo para entrar, Sabrina era una buena chica, era hermosa e inteligente, pero él nunca se imaginó tener una vida con ella, nunca se imaginó tener una relación con ella y mucho menos un hijo, no iba a comprometerse nada más por el bebé, si algo sabía él perfectamente era que podía hacerse cargo perfectamente de su hijo sin necesidad de casarse con la madre, llevaría el una vida triste llena de peleas y su hijo tendría que crecer con eso y no, su bebé iba a crecer lleno de amor y felicidad, aún que le tocará como muchos padres hacían un fin de semana con su hijo, ese fin de semana él haría a su hijo feliz.
-Voy hacer un espacio en mi armario, para tu ropa. -Le dijo a Sabrina, ella estaba perdida en sus pensamientos y no se había dado cuenta de que Matias había entrado con sus cosas a la habitación.
-Mejor deja la maleta en una esquina, cuando me vaya a vestir saco la ropa de ahí. -Le dijo Sabrina.
-Pero, puedo hacer un espacio en mi armario aparte es mucho esfuerzo para ti subir la maleta, agacharse y todo eso. -Le explico Matias. -No seas terca Sabrina.
Camino hasta su armario, era algo pequeño para la ropa de Sabrina y sus zapatos, él ya tenía su espacio, un espacio que él no pensaba compartir y cuando lo hiciera pensó que sería en su propia casa con el amor de su vida, obviamente esta no era la situación.
-Como quieras. -Sabrina suspiro, no se iba alterar ni a discutir por cosas que realmente no valen la pena.
Cerró sus ojos y respiró profundamente.
-¿Te sientes bien?. -Le preguntó Matias.
-Ella asintió aún con los ojos cerrados. -Estoy de maravilla. -Le aseguro.
Matias no dijo nada y abrió la maleta para empezar a doblar y arreglar las cosas. Sabrina abrió los ojos.
-Te ayudo. -Intento levantarse pero Matias corrió.
-No, tú te quedas en la cama.
¿Ven? Era imposible que ella se quedara quieta por vaya a saber cuántos meses en esa cama.
-Pero, quiero ayudarte.
-Hazlo desde la cama. -Le entregó unas cuentas prendas para que ella empezará a doblaras mientras él hacía espacio en el armario. -No puedes moverte de ahí, indicaciones del doctor. -Le recordó.
-Esta bien, está bien. -Tomo una camisa y empezó a doblarla.
Más tarde Matias subió con una bandeja que contenía dos platos llenos de espaguetis con carne molida y bastante queso palmesano junto con dos vasos lleno de hielo y coca cola y pan de ajo. Normalmente Diana no dejaba que ninguno de sus hijos subiera a sus habitaciones y comieran en ellas (Ellos lo hacían cuando ella no estaba) pero debió a la situación de Sabrina, ella dejó de Matías subiera con ella y comieran los dos juntos.
-Oh Dios, se ve delicioso. -Exclamó Sabrina al ver el plato lleno. -Gracias Mati, Matias. -Se corrigió.
Él simplemente sonrió, tomo el control y busco una buena película para poder disfrutar de aquel almuerzo. Sabrina disfruta de cada bocado, cada momento con Matias lo disfruto.Sabrina y él, tomaron distinto caminos solo porque así Matias lo decidió, ahora el destino los juntamente nuevamente de una manera que ninguno de los dos los pensó y los unía para siempre, porque así no sean pareja un hijo los unirá por el resto de sus vidas.
(***)
Una pequeña semillita está en camino, ¿Qué les parece este capítulo? ¿Qué piensan sobre Matias?
Voten y comenten. ❤️
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Embarazada a los 15
Teen FictionVoy a tener un bebé, un bebé y yo solo tengo 15 años ¿Qué voy hacer?.