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POV Paul.

Odio cuando Phoebe tiene que viajar, y más ahora que está embarazada, tiendo a preocuparme por ella. Puede que sea un tanto excesivo, pero es lo que soy. Tiene su carrera, lo sé, y también soy consciente de lo mucho que ama lo que hace, es parte de ella. 

Dejo mis gafas a un lado, no es necesario que las utilice todo el día, me las he de colocar para leer o cuando paso demasiado tiempo frente al monitor. Ha sido un día de noticias. La visita del tío Björn, la tía Mel y Jasmina ha sido inesperada, me alegra el hecho de que pudimos solucionar nuestros problemas, y que ella se encuentra en recuperación, que tomase todo con tan buena actitud, es un alivio. Estuvieron unas horas por aquí, pero luego se marcharon con mis padres, se reunirían con mis suegros para pasar la tarde. 

— ¿Papi? —la voz de Rose atrae mi atención.

Me levanto de mi silla para ir a abrirle la puerta de mi despacho, recién regresa de pasar unas horas con el abuelo Manuel. 

—Hola, cariño. —Me inclino para tomarla en mis brazos y besar su frente. — ¿Cómo te has portado?

—Bien, el abuelito Manuel me regaló dos helados. —Me comenta con emoción. — ¿Y Manuel?

—Eso es estupendo, mi vida. —Le dejo en el suelo. —Tu hermano está durmiendo. ¿Quieres cenar?

— ¿Podemos comer pizza? —me pregunta, con esos sus ojos pispiretos que me ponen muy tonto. 

—Ve a tu habitación, iré a pedir una pizza para que podamos cenar.

—Papi, el abuelito está en la sala. 

Se va dando sus típicos saltitos. Adoro a esa niña con todo mi corazón. Phoebe va a matarme si se entera de que cenaremos pizza en lugar de algo nutritivo. LLamo a la pizzería para hacer mi pedido mientras camino por el pasillo que lleva a la sala. Rose se me pierde de vista cuando sube las escaleras. 

—Hola, abuelo. —Le saludo una vez que estoy cerca del sofá donde se ha sentado. — ¿Cansado?

—Esa niña tiene unas energías tremendas, y se ha comido dos helados, en cuestión de nada. 

—A Rose le puedes dar helado y chocolates, es feliz con ello. —Tomo asiento a su lado. — ¿Te quedarás a cenar con nosotros?

—No, solo he venido para dejar a la niña. Aprovecho y descanso un poco, pero en unos minutos le diré a la garrapata que nos ha seguido toda tarde que me lleve con tus suegros. Han organizado una cena por la visita de los amigos de tus padres. Por cierto, comentaron que no aceptaste ir. 

—Han venido por la mañana, y los he saludado. No me gusta salir con los niños por la noche, Rose no suele quedarse quieta y Manuel es un niño muy activo, pese a que ambos se duermen a mitad de camino. Sé que mis suegros querrían que me quede esta noche en su casa, lo que de alguna forma me sería favorable porque podría dejarles ahí al irme a la empresa mañana. Rose no es muy partidaria de estar fuera de casa, sobre todo ahora que Phoebe está de viaje, prefiero quedarme aquí con los niños, ya mañana comeremos juntos o algo. 

—Me parece que la pequeñaja no es la única alicaída porque mami no está. 

—Obviamente extraño a mi esposa.

—Ustedes son un drama puro, estos matrimonios de ahora. —Se mofa. —La familia es lo más importante que podemos tener, las esposas y los hijos, son una piedra filosofal en la vida. ¿La morenita americana vendrá para el cumpleaños de Rose? 

—No, su calendario de firmas se lo impide. Sé que has venido para pasar esas fechas con los niños, pero me gustaría llevarlos con ella. 

—Paul, te acabo de hablar sobre la familia. El tiempo que he pasado con los críos, para mi es suficiente, me basta con verles y poder convivir con ellos estos días. Si quieres viajar con ellos para alcanzar a su madre, no te lo pienses dos veces, consigue los boletos de avión de una vez. 

TRES ZIMMERMAN PARA UNA GREY (THREE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora